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Faltaban tres horas para el show de Camila.

Yo ya estaba lista. Me hice una media coleta y dejé mis rulos al aire libre. Me maquillé y ya me había puesto el vestido que los chicos me regalaron.

Lo combiné con unas texanas y arriba tenía una chaqueta de cuero. Me puse uno que otro accesorio. Agarré una cartera negra y coloqué dinero y mi documentación.

Me eché perfume y bajé a la planta baja de mi casa.

— ¡Whooo! — Dijo mi papá. Se encontraba mirando la TV.— ¿A dónde irás?

— Al show de Camila — Sonreí.

— ¿Ah, sí? — Dijo él.

— Sí — Reí— Es que luego tiene una fiesta, y bueno, me invitaron.

— Entiendo. ¿Tienes dinero? — Asentí— ¿Quieres que te lleve?

— Pues, tengo que ir al hotel. Shawn me espera ahí, para luego ir al show.

— Bueno, te llevo — Me dijo y sonreí— Aún no puedo creer que seas amiga de famosos — Dijo en voz baja. Y yo me reí.

Fuimos hasta el auto, arrancó y le di la dirección del hotel.

Quince minutos después, ya habíamos llegado. Había muy pocas fans afuera.

— Cuídate mucho, ¿entendido? — Asentí y salí del auto. — ¡Y si te llega a dar otro ataque, llámame! — Reí antes de entrar al hotel.

Dentro, encontré a Shawn junto a un guardia de seguridad. Levantó la mirada y sonrió.

— Sigo sin creer que seas Martina — comentó con una sonrisa. Yo reí.

Me acerqué y lo abracé.

— Parece que se ha vuelto una costumbre vernos y abrazarnos — susurró en mi oído, provocando un cosquilleo en mi estómago.

— Shawn, la camioneta ya está lista — anunció el guardia a mis espaldas.

Shawn se separó y tomó mi muñeca. Caminamos juntos hacia la van, que esperaba en la puerta.

Durante el trayecto, conversamos de tonterías, como diríamos los argentinos. Me apoyé en su hombro. ¡Oh, olvidé contarles cómo iba vestido!

Llevaba unos pantalones negros, zapatos también negros, y una camisa ancha de gamuza oscura. Su cabello estaba perfectamente peinado, y su colonia desprendía un aroma increíble.

Se veía absolutamente perfecto.

Al llegar al estadio, nos dirigimos directamente al camarín de Camila.

Al entrar, la encontramos lista, con el pelo rizado suelto y solo faltaban unos retoques en su maquillaje.

— ¡Llegaron! — exclamó, celebrando nuestra llegada. — ¡Mar, estás espectacular! — dijo.

— Gracias, pero tú eres la más hermosa — le respondí, y ella fingió llorar.

Camila ya estaba lista, aunque se le notaba nerviosa. Shawn la abrazó y besó su cabeza, tratando de calmarla. Le susurró algo al oído y ella sonrió. Amo a estos dos tortolitos.

Nos dirigíamos hacia el pasillo detrás del escenario. Todos aplaudían y le enviaban buenas vibras a Camila. Ella comenzó a gritar, su forma de liberar el miedo y los nervios. Shawn gritó también, y ella lo siguió.

— ¡Vamos, Mar! Es tu turno — me dijo ella.

¿Mi turno para qué? ¿Debo gritar?

Así lo hice, grité, y se sintió genial. Su entrenador grita. Todos gritamos. Somos unos locos.

Conociéndote ~ SMNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ