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El sonido de mi móvil me despertó.

Lo cogí y era nada más y nada menos que Alice.

-Buenos días -bostecé-. ¿Qué ocurre, Alice?

-Disculpa que te hable un domingo, linda, pero surgió algo imprevisto y te necesitamos -dijo ella.

-Alice, estoy en la casa de mi novio -contesté.

-¡Lo sé! Pero es urgente. Kylie Jenner quiere que seas su modelo a seguir para su campaña de maquillaje.

-¿Hablas en serio? -respondí asombrada.

-Sí, cariño. Tienes que estar mañana en Los Ángeles. La reunión es a las tres, en su casa.

-Vaya... -murmuré-. Allí estaré.

-Gracias, cariño -dijo ella y finalizó la llamada.

Estaba muy emocionada. ¡Conoceré a Kylie Jenner!

-¿Qué ocurre, cariño? -habló Nathen, aún con los ojos cerrados.

-Acaba de surgir algo imprevisto -contesté, mordiéndome el dedo meñique-. Es trabajo y me necesitan.

Él abrió los ojos de golpe.

-Está bien, cariño, no pasa nada -sonrió y besó mi mano-. ¿Puedo ir contigo? -me dio pena decirle que no, así que asentí con la cabeza-. Le diré a mi madre.

-Está bien, yo voy a empacar -asintió y salió de la habitación.

Le mandé un mensaje a Alice, informándole que Nathen me acompañaría, y ella aceptó.

Me levanté y me di una ducha, luego empaqué mis cosas. Nathen trajo una bandeja con el desayuno y lo ayudé a empacar sus cosas.

A los minutos, Alice nos mandó por correo electrónico nuestros pasajes, en los cuales el avión salía por la tarde.

Benito🤭: debemos hablar.

lo siento Shawn, ahora no puedo.
✓✓

En la tarde, los padres de Nathen fueron generosos al llevarnos al aeropuerto.

-Cuídense, ¿sí? -dijo Joanna.

-Lo haremos -contesté.

Mi móvil empezó a sonar, así que me alejé de ellos para contestar.

-¿Qué pasa? -contesté.

-Tina, debemos hablar -dijo él.

-Ahora no puedo, Shawn -contesté.

-¿Por qué no? Es urgente -oí un suspiro.

-Porque estoy a punto de abordar un avión. Si quieres, cuando aterrice... -y cortó la llamada. Maldito.

-¿Vamos, cariño? -preguntó Nathen y asentí con una sonrisa.

Nos despedimos de su familia y embarcamos.

Horas más tarde, nos encontrábamos en Los Ángeles. Christian estaba allí y sonreí al verlo.

-¡Christian! Tanto tiempo -hablé emocionada.

-Señorita, ¿cómo ha estado? -contestó él.

-Bien, muy bien -sonreímos.

Sin más, nos guió hasta la camioneta que nos esperaba.

Conociéndote ~ SMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora