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La fiesta de cumpleaños de Camila se acercaba rápidamente. No esperábamos muchos invitados, solo sus amistades más cercanas.

Preparamos platillos de comida, juegos y muchas otras cosas más.

A tres horas del inicio de la fiesta, ayudé a la mamá de Camila a decorar un poco más la sala y luego me fui a dar una ducha.

Al salir de la ducha, encontré a Camila ya lista. Vestía unos pantalones cargo negros con un crop top blanco, dejando su precioso cabello suelto.

"¡Camila!" gritó su madre. "¡Ven por favor, tienes visitas!" Camila dejó de arreglarse el cabello y salió de la habitación.

En mi caso, me sequé el pelo y me vestí. Opté por unos jeans y un crop top con mangas de tul con un diseño especial. Me puse las botas, me maquillé muy poco y me dejé el pelo atado en una coleta alta. Luego, fui hasta la sala para ver si necesitaban ayuda, pero me llevé una gran sorpresa.

Shawn estaba allí. Me quedé observándolo con asombro y decidí hacer como si no lo hubiera visto. Fui hasta la cocina para ayudar a la madre de Camila.

—¡Martí! ¿Qué haces, cariño? —preguntó ella.

—Vengo a ayudarla —dije, y ella sonrió.

—En la sala está Shawn, ¿no lo viste? —preguntó ella. Negué.

—¿Shawn está aquí? —fingí asombro.

—Ay, niña —se rió.

—Hola, Tina —escuché la voz de Shawn a mis espaldas y me estremecí—. Suegra, Mila te necesita —la madre de Camila asintió y abandonó la cocina.

En mi caso, hice como que ordenaba.

—Me llamas idiota porque te estoy evitando y ahora tú me evitas a mí —oí que se reía—. ¿Quién te entiende? —Me di la vuelta y lo miré con el ceño fruncido.

—¿Perdona? —hablé con ironía.

—Disculpa aceptada —dijo él, pero en su voz había una pizca de burla.

—No, no me entendiste —dije haciendo señas con las manos—. ¿Quién te hace creer que esa "indirecta" —dije haciendo comillas— era para ti? —Cambió su expresión.

—¿Por qué te comportas así? —se lo notaba serio—Frunció el ceño—. ¿Qué has hecho con mi mejor amiga?

—Ah, ¿ahora soy tu mejor amiga? —alcé una ceja.

—Tina, ¿qué te sucede? —habló confuso.

—¡No me llames Tina! —No quería hacer un escándalo, menos allí.

—Pero así te llamo yo —Shawn estaba enloqueciendo. Se tocó la frente con la mano y me volvió a mirar—. ¿Estás en tu día, Tina? —Abrí los ojos en blanco y le lancé una servilleta.

—¿Esa va a ser tu ofensa? —me miraba con asombro por mi reacción.

—No, claro que no —se atajó—. Lo lamento mucho si te ofendí —suspiró—. No entiendo qué te sucede.

—A ti, ¿qué te sucede? —lo señalé—. No me hablas por semanas, me clavas el visto, no respondes a mis llamadas y vienes aquí haciéndote el bueno como si nada hubiera pasado —ya me estaba alterando.

—Tina, baja la voz —dijo él—. No queremos que Camila se preocupe —rodé los ojos—. Además, estaba ocupado —se excusó y bufé—. En serio, recuerda que empecé la gira y solamente tengo tres días de descanso antes de retomarla de nuevo.

—Mentira, por qué no me hablas desde aquella vez en Las Vegas —su expresión cambió en un instante, no podía descifrar qué pasaba por su mente—. Y me dolió.

—¿Es Nathen, no? —lo miré sin entender—. Claro, es el culpable. Él está tratando de que nos peleemos porque desconfía y se cree esos rumores falsos —rió sarcásticamente.

—Nathen no tiene nada que ver en esto —lo miré seria.

—¡Claro que sí! Tina, Nathen te está manipulando —el enojo me cegó y, del impulso, mi mano chocó con su mejilla izquierda, haciendo que ambos nos sorprendiéramos. Él posó su mano en el lugar afectado.

Le di una bofetada a Shawn.

Quería disculparme, pero no podía articular ni una sola palabra; aún estaba en shock. Estaba asustada por cómo iba a reaccionar, pero él parecía estar igual que yo; ambos estábamos perplejos. Sin más, salí de la cocina, dejándolo solo allí, parado y tocándose la mejilla.

Corrí hacia el baño y me encerré a llorar. Las lágrimas fluían, me sentía terrible por haberlo golpeado; no se lo merecía, no debí reaccionar así.

— Mar, ¿estás ahí? —Camila hablaba del otro lado de la puerta. Me sequé las lágrimas y respondí:

— Sí, linda, ya salgo —contesté.

— Está bien —dijo ella, y se alejó.

Al salir, me senté en un sillón alejado de Shawn, ya que él estaba sentado con Camila. Conversé con una amiga de Camz para no sentirme sola.

Ignoré a Shawn en todo momento, no le dirigí la palabra y mucho menos lo miré.

Cuando llegó el momento de cortar la torta, Camila sopló las velas y luego comenzó a tomarse fotos con sus seres queridos.

En un momento, ella me llamó a mí y a Shawn, y fue muy incómodo. Me coloqué a su lado, ignorando a Shawn, posamos y luego volví a mi lugar.





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