-023-

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No se imaginan la migraña que tengo en este momento, me parte la cabeza.

Mi papá estaba en el sofá viendo la televisión.

Y yo, aquí estoy, en la barra de la cocina. Tomando un té a las cuatro de la tarde. Normal.

— ¿Cómo te fue, hija? — preguntó sin apartar la vista del televisor.

— Bien — respondí, frotando mis dedos en mi sien.

— Con la resaca que traes, es evidente — se rió.

— Estos gringos — bufé.

Escuché mi móvil sonar a lo lejos. Así que me levanté de mi asiento y fui hasta mi cuarto.

Dos llamadas perdidas de Camila. Genial.

Pero volvió a sonar, así que contesté.

— Hola — saludé.

— Hola, linda — dijo Camila. — ¿Estabas ocupada?

— No, no, tranquila.

— Oh, bueno, hoy es nuestra última noche aquí. ¿Tienes algún plan en mente? — preguntó.

Después del descontrol de anoche, ¿aún quieren salir? Madre mía.

— Los invito a comer — sonreí.

— ¡No! — se oyó a Shawn en segundo plano.

— Oh, cállate tú — le respondí a Shawn. — No estoy hablando contigo. — Se oyó la risa de Camila. — Bien, los espero en dos horas.

— ¿Vendrás a buscarnos, no? — preguntó Shawn.

— Sí — reí.

— Okey, en unas horas te queremos aquí — añadió.

— Ahí estaré — dije y corté la llamada.

¡Los acabo de invitar a comer y no sé a dónde llevarlos!

Bajé las escaleras desesperada y fui con mi papá, él sabrá.

— Papi — lo llamo y me observa— Supongamos que invitas a dos de tus amigos súper famosos a cenar. ¿A dónde los llevarías? — lo veo confundido.

— ¿Invitaste a esos estrellitas a cenar? — alza una ceja. Asiento y suelta una carcajada.

— No te rías — le lanzo una mirada fulminante— Ayúdame — le suplico.

— Pues, los llevaría a algún restaurante de su entorno — encoge los hombros.

Bueno, no era la respuesta que esperaba. ¡Esperaba que me diera algún nombre de restaurante! Suspiro y corro a mi habitación, agarro mi móvil y empiezo a buscar restaurantes. No los iba a llevar a comer choripán en la costanera.

Comienzo a buscar en Google restaurantes. Tengo dos horas para encontrar uno y hacer la reserva, antes de quedar como una tonta.

Hasta que lo encuentro, veo un restaurante. Suspiro y llamo para hacer la reserva, espero que haya lugar, porque si no, me mato.

(*)

Ya iba camino al hotel. No me vestí muy "elegante", apenas me maquillé y me hice una coleta alta, dejando mis aros de perlas a la vista. Llevo un crop top blanco, unos pantalones cargo y unas botas con tacones bajos. Mi bolso pequeño es tornasolado, con una cadena. Mi atuendo es bastante simple y espero que no sea insuficiente.

Al llegar al hotel, pagué y bajé del Uber. Un hombre me abrió la puerta, a quien le agradecí con una sonrisa.

Al entrar al lobby, no vi a esos bobos por ningún lado. Saqué mi móvil y le mandé un mensaje a Camila por WhatsApp.

Conociéndote ~ SMWhere stories live. Discover now