-045-

1.1K 68 0
                                    

14 de septiembre

Bueno, permíteme resumirte esta última semana:

Hace unas semanas, recibí un email de una academia de modelos citándome para enseñarme cómo ser una modelo. Sí, también tuve esa reacción.

Ayer, almorcé con Nathen y estuvimos hablando de muchas cosas, como su deporte, y le conté lo de la academia. Siempre fue un amor y me deseó mucha suerte.

También ayer, merendé con Aaliyah y Camila. Hicimos FaceTime las tres y fue muy divertido.

Hoy es otro día.

Hoy tengo la cita con la academia de modelos. Por suerte, no queda muy lejos, gracias a Dios, y mi padre me lleva, lo cual es un punto a favor para mí, desde luego.

Hoy decidí vestirme un poco más "decentemente". Según mi papá, mi ropa es muy "llamativa" y colorida. Así que opté por unos jeans azules, una blusa blanca con volantes y una chaqueta de cuero encima. En los pies me puse unas botas y me hice una coleta alta. Me coloqué un poco de polvo y ya estaba lista.

Agarré mi bolso y el sobre. En ese sobre tenía mis datos; tuve que rellenar un formulario que tuve que imprimir y colocar una foto mía. Sí, eso.

Salí de casa y me adentré al auto.

Al llegar a la academia, mi papá optó por quedarse dentro del auto, así que bajé sola, sintiendo muchos nervios.

El edificio era bastante amplio, diría. Al entrar, un guardia me abrió la puerta de cristal y a unos metros estaba la recepción. Una mujer obesa, de unos cuarenta y pico, estaba allí.

Me acerqué a ella, ofreciendo mi mejor sonrisa. Y una vez frente a ella, comencé a hablar.

— ¿Qué tal? — Dije, tratando de llamar su atención. Mis manos sudaban y mis piernas temblaban. Ella me observó.

— ¿Sí? — Me miró confundida. — ¿En qué te puedo ayudar?

— Me han citado para hoy — Tragué saliva.

— ¿Con quién es tu cita? — preguntó ella.

Me quedé muda. ¡Ay, la recalcada de la lora! No me dijeron o no me fijé.

— No lo sé — Sonreí tímidamente. Dios, qué fiasco todo esto. Mordí mi labio inferior. Me quiero ir a la mierda.

— ¿Disculpa? — Me miró fijamente.

— Es que no me dijeron — Hablé rápido. — Solo me citaron aquí a las tres y que trajera estos papeles — Señalé el sobre.

Ella desvió la mirada y miró la computadora.

— A ver, dime tu nombre — dijo.

— Martina Elizabeth Hurley — Suspiré. Estaba muy nerviosa.

— ¡Ah! Sí, ya sé quién eres — Sonrió. — Piso cinco. Te llamarán en unos minutos. Al final del pasillo está el ascensor — señaló con el dedo.

— ¡Muchas gracias! — Dije. Ella asintió.

Caminé apresurada hasta el ascensor y marqué el número que me había dado la mujer.

Cuando las puertas se cerraron, solté todo el aire que tenía acumulado en mis pulmones.

Me miré en el espejo del elevador y traté de arreglar algunos mechones rebeldes.

Las puertas se abrieron y caminé hasta unos bancos que había allí.

Me senté y esperé a que me llamaran. Mordía mi labio inferior y jugueteaba con mis manos.

Una puerta se abrió y salió un grupo de tres chicas.

Una morena, una pelirroja y la otra era rubia.

Eran delgadas y muy bonitas de cara.

Iban riéndose y la morena me miró de arriba abajo con desprecio. Eso hizo que mi autoestima estuviera por los suelos.

Intenté tranquilizarme y ser positiva.

"No nosllega ni a los talones", oí decir después de unas carcajadas.

Respiré profundamente. No quería ir y golpearles la cara, porque yo no soy así.

— ¿Tú debes ser Martina? — alcé la vista y vi a una chica de unos veintisiete años frente a mí.

— Sí — Susurré, pero lo suficientemente alto para que me oyera. Ella sonrió.

Me levanté para estar a su altura.

— ¡Ah, así que tú eres Martina! — dijo alegre. Observé a las otras chicas que estaban prestando atención. — Me han hablado muy bien de ti. — Me abrazó. — Un gusto, Marti. O Tina — sentí un escalofrío cuando dijo aquel apodo, que solo una persona me llama así— Así te llama Shawn, ¿verdad?

— Sí — Dije atónita. ¿Cómo lo sabía?

— Sí — Me interrumpió ella. — Hablé con él por Facetime y con un colega, al cual conocerás pronto — Me guiñó el ojo. — Soy Camila Orsi. Un gusto.

— Martina Hurley — Estrechamos nuestras manos. — Traje lo que me pidieron — le enseñé el sobre.

— Perfecto, pero no te preocupes. Solo te voy a enseñar lo básico para que poses frente a una cámara — Sonrió.

— Gracias — Sonreí tímidamente.

— Shawn tenía razón. Eres muy bonita — Me sonrojé. ¿Shawn dijo eso en serio?

— A veces, Mendes exagera mucho — Ella rió.

— Mira nada más quién iba a pensar que Shawn Mendes iba a tener una mejor amiga argentina — Me miró con picardía.

Observé a las tres chicas, que nos miraban sorprendidas, y la pelirroja se tapó la boca al oír el nombre de Shawn.

— Sí, bueno, no soy solo la mejor amiga de Shawn. Camila es como una hermana para mí — Sonreí. Ella asintió.

— Pasa a mi oficina. Ahí tendremos más privacidad — Dijo, guiándome hasta su oficina. — ¿Quieres café?

— Con gusto acepto — Sonreímos.






Conociéndote ~ SMWhere stories live. Discover now