Capítulo 2 {Primera parte}

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Me las arreglé para pasar el último período sin ver a Sonya o a cualquiera de sus amigas. Eso es bueno. Podría ser porque comí el almuerzo en el laboratorio de química. De todos modos, la siguiente prueba de buena fortuna será la clase de arte en pocos minutos. ¿Por qué mi clase favorita, también tenía que ser la más temida?

Espero pacientemente a que el último timbre suene. Corro a clase y rápidamente me dirijo a mi asiento en la esquina. Sonya, Jessica y Daniella están de nuevo sentadas cruzando el pasillo. La mirada de Sonya está cavando en un lado de mi cabeza. Hago un gran esfuerzo para asegurarme de no mirarla.

Hoy, estamos empezando un proyecto de pintura de color de agua. Genial, eso significa que tengo que salir de mi asiento e ir por los suministros. Cuando mi maestro da la indicación para empezar, no tengo más remedio que dirigirme hacia la parte delantera del salón. Puedo sentir a Sonya caminar rápidamente en mis talones. Cuando llegamos a la zona de suministros, la oigo decir.

—Fue un pequeño y agradable espectáculo el que hiciste ayer. ¿Cuánto le pagaste al tipo?

—Nada —gimo, agarrando los pinceles.

—Sí, claro —dice entre dientes—. ¿Cuál era su nombre otra vez?

Suspirando, le digo.

— Niall, su nombre es Niall Horan.

— Mhmm, apuesto a que no sabes nada más de él. Es difícil hacerlo cuando le estás pagando para que sea tu novio.

Mi mirada se vuelve hacia ella.

—No hubo dinero pasando por nuestras manos. De todos modos, no es mi novio.

—Sí, su nombre probablemente ni siquiera es Niall —dice riendo.

Enojada, me dirijo a ella.

—Su nombre es Niall Horan. Tiene 21 años y es de Texas. No necesito contestar ninguna de tus preguntas. No le pagué ni un maldito centavo. Así que mantén tus comentarios sarcásticos para ti misma.

Sonya levanta una ceja.

—Bueno, bueno, bueno, alguien tiene agallas hoy. Fue un pequeño y bonito toque el de ayer cuando nos mostró el dedo.

—Bueno, ¿no es ése el típico adiós que ustedes obtienen? —espeto con dureza.

Ahora, se burla.

—Cuando nunca lo veamos de nuevo, porque todas sabemos que le pagaste, sólo probará que tengo razón.

Agarro el resto de los suministros y murmuro.

—Lo que sea Sonya.

—¿Hay algún problema aquí? —pregunta nuestro profesor de arte.

—No. —Se ríe Sonya, moviendo las pestañas.

Él se vuelve hacia mí.

—Alex, ¿todo está bien?

—Sí —le respondo, girando y caminando de regreso a mi asiento.

Al menos Sonya me ignora el resto de la clase. Pintar aleja un poco de mi molestia. Cuando la clase termina, rápidamente me dirijo fuera. Casi corro a mi casillero. La puerta se pega y maldigo en voz baja. De repente, aparece una mano y tira de ella abriéndola por mí. Mi cabeza se voltea para ver a Eric.

—Gracias —chillo.

—Estos casilleros son demasiado viejos para ser usados —responde.

—Sí —digo, sólo mirándolo.

Eric vuelve a su casillero y empieza a meter sus libros. Rápidamente hago lo mismo. Él cierra su puerta de un golpe y se limita a asentir hacia mí. Ni siquiera puedo moverme. Pasa junto a mí, y puedo oler su colonia. Eric huele tan bien.

De repente, veo a Sonya venir por el pasillo. Rápidamente tomo mi libro de ciencia, la mochila y camino por el pasillo. Casi tropezando con mis pasos. Cuando llego a la acera, camino tan rápidamente como puedo fuera de la escuela. Me parece oír mi nombre, pero yo, por supuesto, lo ignoro. Lo oigo de nuevo, y camino más rápido. De repente, tiran de mi brazo y me veo obligada a detenerme. Dándome la vuelta, estoy a punto de gritarle a Sonya, pero en lugar de eso chillo.

Niall suspira profundamente.

—¿Estás sorda, o ignorándome?

—Pensé que eras Sonya —le respondo.

—¿Sueno como una chica? —dice jadeando.

Sacudo la cabeza.

—No, ni siquiera registré quién me estaba llamando. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Pensaba que te podría llevar a casa —dice, sonriendo.

Lo miro un poco estupefacta.

—¿Por qué demonios querrías hacer eso?

—Bueno, por esa razón... —Se vuelve y apunta a la acera. Sonya está de pie allí con sus dos secuaces. Niall las saluda. La conmocionada expresión facial de Sonya no cambia. Volviéndose de nuevo hacia mí, dice—. Quiero ayudarte.

—¿Ayudarme a hacer qué? —pregunto.

—A tener más confianza —responde—. No pareces estar dándote el crédito suficiente, de todos modos, esto realmente debe hervir la sangre de esa chica.

Eso me hace reír.

—Si me haces un favor, te prometo que seré tu esclava y limpiaré tu casa.

—No querrás prometerme eso. Soy un tipo soltero. Mi apartamento es atroz, pero te haré el favor. ¿Qué es? —pregunta.

Empujo la cabeza en dirección a Sonya.

—Ve y dile que no te pagué, por favor.

Con una mirada horrorizada en su rostro, Niall grita.

—¿¡Piensa que me pagaste por lo de ayer!?

—Shhhh —lo callo—. No grites eso.

—Vamos —dice, agarrando mi mano. Niall me arrastra de nuevo por la acera hacia Sonya—. ¿Cuál es tu problema? —espeta.

Los ojos de Sonya se agrandan.

—¿Qué?

Niall pone una de esas sonrisas asesinas.

—Ella no me pagó.

Con sus cejas elevándose, ella responde.

—¿Por lo menos la conoces?

—Sí, sé dónde vive, ¿tú lo sabes?

—No —se burla Sonya—. ¿Por qué habría de importarme?

Cruzando sus brazos, Niall dice:

—Eso es lo que sigo preguntando. Nos conocemos. Como dije, sigo invitándola a salir, pero ella dice que no.

—¿Por qué? —Jessica finalmente suelta, mirándome—. Es hermoso.

Eso hace que Niall mueva las cejas.

—Gracias.

Jessica le sonríe, tratando de ser seductora. Quiero darle un puñetazo en la cara. No tanto como a Sonya, pero sin embargo lo deseo. Siento el brazo de Niall envolverse a mi alrededor. Sonya mueve los hombros un poco.

—¿De dónde eres? —pregunta.

—Texas —responde.

—¿Cuántos años tienes?

Poniendo los ojos en blanco, él suspira.

—21.

—¿Cuántos años tiene ella?

—18 —replica—. Ésas son suficientes preguntas. Nos vamos ahora. Señoritas que tengan un maravilloso día. — Niall agarra mi mano y caminamos hacia su motocicleta, que está en la calle. Cuando estamos lo suficientemente lejos, dice—: Esas chicas son realmente molestas.

—Dímelo a mí —suspiro—. Muchas gracias por defenderme de nuevo allí, pero no tienes que hacer esto.

Niall me sonríe.

—Recuerda, dijiste que limpiarías mi apartamento.

Me eché a reír.

—Dije eso, ¿no? Bien, supongo que tengo que limpiar tu lugar.

—No hoy, sin embargo —se ríe Niall. Me pasa su casco—. Súbete.

—¿No crees que deberías estar usando uno de estos? —le pregunto.

Se encoge los hombros y dice.

—Sí, hay uno en mi casa. Podemos detenernos y recogerlo. Por supuesto, no creo que debas ir con algún tipo extraño a su apartamento.

—¿Vas a matarme, ponerme en una bolsa de basura y tirarme en el basurero?

Chasquea los dedos.

—Mi plan se frustró una vez más. Súbete, puedes esperar afuera.

Con una sonrisa, meto mi libro en mi mochila y me subo. Él da la vuelta y toma velocidad alejándose por la calle. Espero que sea un buen conductor. Cuando empezamos a mantener una velocidad normal, me siento más derecha y descanso mis manos sobre sus lados. Esto es realmente divertido. Nos abrimos paso por las tranquilas calles y luego se detiene en una vieja casa de ladrillo. Cuando aparca la motocicleta, me bajo.

—¿Vives aquí? —le pregunto.

Asiente.

—Síp, en la planta superior. Una anciana vive abajo. La ayudo con cosas y me sale más barato el alquiler.

—¿Qué haces?

—¿Qué quieres decir? —pregunta.

Agitando la mano, le digo.

—De trabajo,  ¿Qué haces?

—Trabajo en motocicletas, en Rick's —responde—. No es a tiempo completo, pero paga lo suficiente.

Asiento.

—Genial.

—¿Vas a esperar aquí? —pregunta.

Mis ojos se amplían.

—¿Me estás invitando a entrar?

Riendo, sacude la cabeza.

—Bueno, no me importaría, pero para tranquilizarte, puedes quedarte aquí.

—Está bien —digo torpemente entre dientes.

Salta de la motocicleta, y se acerca a las escaleras que conducen arriba. Dándose la vuelta, grita.

—No vayas a ninguna parte.

—No estaba pensando hacerlo —le grito en respuesta. Esto es extraño. Debería encontrar esto raro. Debería encontrarlo raro, pero es muy agradable. Por supuesto, no sé nada de él. Podría ser una malvada y peligrosa amenaza para la sociedad. Pensándolo bien, un chico malo suena divertido.

Cambio de peso en mis pies y miro alrededor del vecindario. Es agradable, tranquilo. Una chica que conocí en la escuela primaria vivía cerca de aquí, una de las últimas amigas que tuve. Se fue en la secundaria. Tengo unas pocas personas en la escuela a las que considero mis amigos, pero me lo guardo en su mayor parte. Mi mamá es un gran obstáculo. Se agrega a mis rarezas y tenemos un problema.

—Oye —oigo un grito a mi lado. Salto y veo a Niall.

—¡Me asustaste completamente! —le grito.

Él sólo se ríe.

—¡Increíble! —Poniéndose el otro casco, dice—. ¿A dónde quieres ir?

—¿Por qué haces esto? —le pregunto vacilante.

Niall se detiene e inclina la cabeza.

—¿Qué quieres decir?

—Quiero decir... mírate y luego da una buena mirada hacia mí. Los tipos como tú, no salen con chicas como yo.

Poniendo los ojos en blanco, gime.

—Súbete a la motocicleta. Quiero llevarte a un lugar.

—No me respondiste —afirmo, poniéndome el casco.

—Responderé a tu pregunta cuando lleguemos a donde vamos —contesta subiéndose a la motocicleta. Se da la vuelta y le da palmaditas al asiento en la parte posterior—. Vamos.

En contra de mi mejor juicio, me subo a la motocicleta.

—¿A dónde vamos?

—Ya verás —dice, mientras acelera el motor. Arrancamos rápidamente, y chillo un poco.

Veo como nos dirigimos hacia una de las antiguas carreteras. Niall gira a la izquierda por un camino de tierra, y ahora estamos en medio de la nada. Genial, moriré. Acabo de subirme a una motocicleta, con un extraño, y ahora estoy en el bosque. Voy a morir. Con suerte, será rápido.

Llegamos a un camino sin salida, y Niall detiene la motocicleta.

—Tenemos que caminar el resto del camino —se da la vuelta y digo.

—¿Estos serán mis últimos pasos? Quiero decir, ¿tienes un hacha escondida en el bosque en algún lugar?

Eso hace que se eche a reír.

—Escucha, no planeo lastimarte. Si te sientes incómoda, puedo llevarte a casa.

Sacudiendo la cabeza, digo.

—No, no, estoy bien. Sigamos.

Pone la motocicleta sobre su pata de soporte y pone el casco en el asiento.

—Con cuidado, coloca el casco en el suelo y ven conmigo.

—Está bien —le respondo. Pongo el casco con cuidado en el suelo y camino hacia él. Me anima con su cabeza. Estúpidamente empiezo a seguirlo por un camino. Caminamos en silencio por un tiempo—. ¿A dónde vamos?

—Eres impaciente, ¿cierto? —se ríe—. Casi estamos allí.


The Art Of The Life - NiallWhere stories live. Discover now