Capítulo 17 {2 parte}

191 19 0
                                    



De repente las chicas vuelven.

—Mira, estos son los azules más originales e inusuales que tenemos —dice Jasmine—. ¿Te gusta alguno?

Me enderezo y los observo con cuidado.

—¡Oh! El azul eléctrico, ese color está increíble.

—¿Ves? —interviene Cassandra—. Te dije que te gustaría.

Acomodándome otra vez pienso que, de hecho, puede tener razón.
Miro con algo de fascinación mientras Jasmine hace mis uñas. Nunca me imaginé lo bonitos que pueden lucir los pies. Cuando termina levanto los pies.

—Muy bonitos —declara Cassandra.

—Me encantaron —declaro muy feliz—. ¿Y ahora qué?

—Ahora haremos tus manos —responde Jasmine—. ¿Quieres solo una manicura o quieres uñas postizas?

Me vuelvo para mirar a Cassandra.

—No lo sé. ¿Qué te harás tú?

Ella levanta una mano.

—Tengo postizas. Duran algún tiempo pero tienes que arreglártelas regularmente.

—No lo sé —digo dudando—. No quiero que interfiera con mi trabajo de arte.

—Entonces no lo hagas por ahora —replica Cassandra—. Una manicura también hará que tus dedos luzcan increíbles.

Sonrío.

—Está bien.

Así que terminamos las pedicuras y comenzamos las manicuras. Justo antes de que me pongan el esmalte mi teléfono suena. Jasmine sonríe.

—¿Quieres contestar?

—Sí, un minuto por favor —digo agarrando mi teléfono.

Es Niall. El mensaje de texto dice:

<<Hora de almuerzo ¿qué estás haciendo?>>

Respondo:

<<Ocupada. Haciendo cosas de chicas. ¿Puedo ir por una llave? Nos fuimos y tuvimos que cerrar la puerta.>>

Unos pocos segundos después, el texto dice:

<<¿Cosa de chicas? Está bien. Sí, ven y te daré la llave. Necesitamos hacerte una copia. Ven por la llave y un beso.>>

—Oh, diablos —digo en voz alta.

—¿Qué? —pregunta.

—Nada, Niall a veces es ridículo.

Le contesto diciendo:

<<Lo que quieras, eres muy raro. Me detendré y conseguiré una LLAVE.>>

<<Jajaja está bien.>>

Es la única respuesta que consigo.

—¿Qué dijo? —pregunta Cassandra.

—Que nos podemos detener ahí y recoger la llave —respondo—. Dijo que fuera y consiguiera la llave... y un beso.

—Ajá. NADA está pasando —dice riendo.

—¡Estaba bromeando! —exclamo con una sonrisa—. Voy a mantener mi boca cerrada la próxima vez.

Cassandra solo se ríe más.

Las chicas ponen nuestras manos bajo esas pequeñas lámparas. Supuestamente esto las seca. Cuando terminamos, las miro. Lindo.

—¿Tienes hambre? —pregunta Cassandra.

—Sí —respondo—. Puedo hacer algo en el apartamento si quieres.

—Tonterías, vamos a ir a almorzar. Iremos a molestar a Kent al trabajo —dice con una sonrisa—. Si batimos nuestras pestañas y coqueteamos con él, nos comprará el almuerzo.

Eso me hace reír.

—Increíble.

Cassandra paga nuestras uñas y nos vamos. Le agradezco y le digo que no hacía falta, pero solo me calla. Entramos al auto y conduce hasta el restaurante. Cuando entramos la anfitriona obviamente conoce a Cassandra y le sonríe.

—Kent está atrás.

—Lo imaginé —dice Cassandra—. ¿Podemos tener una mesa para dos, por favor?

—No hay problema —responde la anfitriona. Nos lleva y nos sienta en un reservado—. Courtney estará aquí en un momento.

Cuando la anfitriona se aleja, Cassandra hace cara de asco.

—Courtney me vuelve loca. Quiere demasiado a Kent, pero él no lo ve. Cuando traigo a colación el tema, lo evade.

—¿No estás preocupada? —pregunto—. Trabajan juntos.

Estallando en carcajadas, Cassandra responde.

—No, confío en Kent completamente. Su última novia lo engañó y le rompió el corazón. Nunca haría algo así. Y después de todo él me tiene ¿por qué necesitaría algo más?

—Cierto —respondo—. Así que ¿qué hay bueno aquí?

—Nada. —Escuchamos a nuestro lado. Levanto la mirada y veo a Kent. Él sonríe.

—¿Qué están haciendo chicas?

—Estamos aquí para deleitarnos nuestros ojos con algo muy lindo —declara Cassandra con una enorme sonrisa. Kent sonríe.

—Aww, gracias.

Con una astuta mirada ella lo desinfla.

—Quién dijo que eras tú.

—¡Auch! —exclama Kent agarrándose el pecho—. Bueno, en ese caso puedes comprar tu propio almuerzo.

—Cassandra dijo que si coqueteamos contigo y batimos nuestras pestañas te ganaríamos —digo sonriendo.

Kent se desliza en la banca a mi lado.

—Sí, puede que sí, si TÚ coqueteas conmigo. —Él se recuesta hasta atrás y pone su brazo alrededor de mí—. Verás, no te necesito Cassandra. Tengo a Alex ahora.

—Hey, ¡whoa, whoa, whoa! —río—. Lo siento Kent, ya tengo que lidiar con Niall. No necesito lidiar contigo también.

Cassandra interviene.

—Sí, eso es lo que tienes que hacer, lidiar con Kent.

—Oh, me amas. No lo niegues —replica Kent.

—Sí, es cierto. ¿Por qué? No tengo ni idea —responde Cassandra.

Tirándome hacia él, Kent dice:

—A propósito ¿Qué están haciendo, chicas locas?

Le enseño mis manos.

—Cassandra consiguió que me hiciera las uñas.

—Bueno, lucen muy bien. Me gusta el color —responde Kent—. ¿Entonces de qué tienen hambre?

—No lo sé —digo—. ¿Qué es bueno aquí?

Kent se ríe.

—Bueno, soy el gerente así que tengo que decir que todo, pero nuestras hamburguesas son asesinas.

—¡Su ensalada César también es muuuuuyy buena! —dice Cassandra.

—Cariño, ¿vas alguna vez a pedir otra cosa? Cada vez que vienes pides la misma cosa —reclama Kent.

Ella solo le saca la lengua.

—No importa lo que digas Kent, comeré lo que me gusta.

Él rueda los ojos y me mira.

—Pide una hamburguesa, son geniales.

—¿Tan buenas como tus panqueques? —pregunto.

—Mejores. —Ríe.

De repente, una chica viene caminando. Es una rubia con demasiado maquillaje.

—Hola Cassandra. —dice ligeramente, aunque un poco brusco.

—Hola —responde Cassandra—. Nos gustaría ordenar algo para almorzar.

—Seguro —contesta—. ¿Qué les gustaría beber?

Cassandra responde.

—Té helado para mí. ¿Qué hay de ti Alex?

Incómodamente respondo.

—Lo mismo.

—Los traeré enseguida.

Cuando se aleja, Kent mira a Cassandra.

—En verdad deseo que ustedes dos lo dejen. Se hace incómodo.

Cassandra se ve infeliz.

—Ella siente algo por ti Kent. ¿Por qué no lo notas?

—Incluso si lo tuviera no me importa. Primero, te amo y nadie va a cambiar eso, y segundo, ella es mi empleada. Además, no la encuentro atractiva. Preferiría salir con Josh.

—Bueno, Josh es lindo —bromeo.

Ambos, Kent y Cassandra se echan a reír.

—No dejes que Josh te escuche decir eso —dice Kent—. Él tiene un ego tan grande como el de Niall.

—Sí, pero ustedes chicos son muy atractivos. Estoy sorprendida de que su ego no sea más grande.

Con un resoplido Cassandra responde.

—El suyo lo es, solo que lo esconde muy bien.

Eso me hace reír.

—¿Cómo le pediste a Cassandra salir la primera vez?

The Art Of The Life - NiallTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang