Capítulo 18 {2 parte}

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—Oh —susurro—. Umm, no... en realidad... yo vivo con él. Me acabo de mudar allí la semana pasada.

Con una expresión atónita, Eric dice:

—Entonces, ¿vives con él? ¿Cómo sin tus padres?

—Sí, por favor, Eric, no puedes decirle nada a nadie. Por favor, por favor, no digas nada —ruego.

Sacudiendo su cabeza, asegura:

—No, te prometo que no voy a decir nada, pero Alex, crees que es una buena idea. Quiero decir ¿cuánto tiempo has estado saliendo con este tipo? Es decir, sólo eres de último año.

—No estamos saliendo, por decirlo de alguna manera. Somos compañeros de cuarto —afirmo.

—¿Por qué te mudarías con un tipo con el que no estás saliendo? Estoy muy confundido.

Poco a poco, bajo mi almuerzo.

—Está bien, voy a explicarlo, pero estoy confiando en que no digas nada. Me arruinarías si lo hicieras.

—Está bien, no voy a repetir nada ―responde Eric, bajando sus cosas—. Ahora, dime.

—Bueno, la razón por la que soy tan tímida sobre mi vida en casa es porque mi mamá es una alcohólica. En realidad, no es ni siquiera una madre; ella solo me dio a luz. De todos modos, la otra noche su novio estaba en casa... y algo sucedió. —Me detengo y miro a Eric.

Él frunce las cejas.

—¿Él le hizo algo a tu mamá? —Respiro profundamente y niego. Es entonces cuando una lágrima cae por mi mejilla. Yo la limpio. Eric me mira y luego tiene una mirada de horror—. ¿¡Te hizo algo a ti!?

Ahogando mis palabras, respondo:

—Sí. —Cuidadosamente, quito la bufanda de alrededor de mi cuello. La mano de Eric se dirige rápidamente a su boca—. Él me sujetó e intentó... pero no lo logró. Niall no me dejaría volver. No quiero volver. Así que, es por eso que me mudé con él. —Rápidamente, envuelvo de nuevo la bufanda alrededor de mi cuello.

—Lo siento mucho Alex —dice Eric en voz baja—. ¿Estás bien?

—He estado mejor —me rio con nerviosismo—. Niall está cuidando bien de mí y sentí que podría lograr pasar por un día de escuela.

Eric se estira a través de la mesa y pone su mano sobre la mía.

—No le diré nada a nadie, lo prometo. Los chicos de por aquí pueden ser despiadados. Puedo entender por qué estás tan asustada. No hiciste nada malo, Alex.

—Es difícil pensar de esa manera. —Suspiro—. A veces, es como que no pasó, como si fuera tan irreal, que no podría haber sucedido.

—Me alegra que Niall estuviera, bueno, que este ahí para ti. Si necesitas algo, puedes pedírmelo. Me doy cuenta de que sólo tengo 18 y todavía vivo con mis padres, pero estoy aquí, si me necesitas.

Eso me hace sonreír.

—Gracias. No me importaría tener una bolita de queso.

Sonriendo, Eric dice:

—Puedo hacer eso.

Nos sentamos por el resto del almuerzo hablando en voz baja. El no trae a colación de nuevo lo que le dije. Es agradable no tener a alguien fisgoneando al respecto. En realidad, hay unas pocas veces en las que me río. Mientras caminamos fuera del salón, le digo:

—Gracias Eric. Esto fue agradable.

—Oye, voy a conseguirte tu propia bolsa de bolitas de queso mañana. Solo no le digas a Niall. Tengo la sensación de que no estaría muy feliz conmigo. Estoy siendo una mala influencia, tratando de conseguir engancharte en una merienda con carbohidratos de queso falso.

Con una risita respondo:

—Vas a ser mi distribuidor de queso falso.

—Sí, voy a conseguir engancharte con ellos y luego te cobro el doble. Un dólar noventa y nueve contra noventa y nueve centavos.

—No sé si pueda manejar un recargo tan exagerado. ―Suspiro sarcásticamente—. Niall puede preguntarse a dónde va todo el dinero.

Eric se ríe.

—Oh, Dios mío, ahora te traeré una bolsa todos los días, solo porque es divertido.

—Increíble ―replico—. Bueno, mi clase es por el otro lado. Así que, te veré más tarde. Gracias por pasar el rato conmigo.

—No hay problema señorita. Que te diviertas en tus clases, o al menos, inténtalo. Sé que las mías son bastante aburridas.

Encogiéndome de hombros, digo:

—De hecho, me gustan mis últimas clases.

—Bueno, ahora estoy celoso. ―Eric suspira—. Bueno, entonces puedes divertirte. Hasta luego. ―Él se despide con la mano y se da la vuelta para irse.

Lo veo alejarse y entonces voy a clase. Mi mente, en realidad, se mantiene en sintonía con la clase. Cuando el último periodo llega, me estoy sintiendo muy bien. Entro en clase y le sonrío a mi profesor de arte.

—Hola.

—¡Señorita Nimon está de vuelta! Excelente. Acaba de perderse un proyecto pequeño, pero puedo darte un día o dos para terminar tu proyecto mientras tanto —comenta.

Asintiendo, le respondo:

—Gracias. Creo que puedo terminarlo hoy.

—Maravilloso —exclama mi maestro.

Sonriendo, voy a buscar mi proyecto y suministros. Sentándome, respiro profundamente. Ahora esto, esto es lo que me hace sentir completa. Levantando un lápiz me pongo a trabajar.

No sé si es porque he conocido a Niall desde hace tiempo, pero hay ciertas cosas que ahora sé de él, que me perdí antes. Eso lo hace mucho más fácil de dibujar.

Un rato más tarde, escucho:

—Linda bufanda.

Bajo con cuidado mi lápiz y miro hacia arriba. Sonya está de pie allí.

Con una sonrisa, replico:

—Cállate.

—¿Perdón? —suelta ella.

—CALLATE —digo con énfasis—. Ve a molestar a alguien más, estoy ocupada.

Recogiendo mi lápiz, vuelvo al trabajo.

Da pasos acercándose a mi escritorio y furiosa dice:

—No creo que puedas hablarme de esa manera y salirte con la tuya.

—Discúlpame —gruño—. Estás en mi luz. Tu gran cabeza está en mi camino.

La mandíbula de Sonya cae.

—¡No la tengo!

—Por lo que he oído, la tienes... grande —contesto, sonriendo. ¿Qué demonios estoy haciendo? Ella va a saltar a través de la mesa y ahogarme. Bueno, mal pensamiento—. Sonya, sólo ve a sentarte y déjame en paz.

—Escúchame —susurra, agachándose—. Ahora has abierto una puerta que no se puede cerrar. Si pensabas que yo era mala antes, sólo espera.

Oh, mierda.

—Lo que sea —refunfuño—. Sólo vete.

Con una última mirada, ella se voltea y camina de vuelta a su escritorio. Solo cierro mis ojos. ¿Qué diablos acabo de hacer? ¿Por qué demonios siquiera haría eso? Si ella se entera, mi vida terminará repentinamente. Tal vez podría ser educada en casa. Niall parece inteligente. Uf.

Mirando hacia abajo vuelvo a mi trabajo.

Al final del día, agarro mis libros y suspiro. Una parte de mí se siente muy cansada. Sé que no hice mucho hoy, pero, aun así, estoy prevenida. Arrojando mi mochila sobre mi hombro, salgo por las puertas. No estoy prestando mucha atención, pero cuando levanto la mirada, me detengo en seco. Riendo, pongo los ojos en blanco. Josh está de pie junto a su moto, y hay un montón de chicas de la escuela paradas a su alrededor.

Me dirijo hacia él y levanto una ceja. Josh me ve y exclama:

—¡Alex! —Viene y envuelve sus brazos a mí alrededor. Susurrando en mi oído, dice: —Ayúdame, hay un montón de niñas menores de edad cayendo sobre mí. Me niego a ser el sucio hombre mayor.

Eso me hace reír.

—¿Qué? ¿No quieres a una chica mucho más joven que tú?

—El tiempo encarcelado no es un buen tiempo —dice Josh con una sonrisa—. Tú tienes 18, así que, si coqueteo contigo, es diferente.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunto.

Él pone su brazo a mí alrededor y me jala hacia la moto.

— Niall quería que uno de nosotros te recogiera de la escuela, y yo felizmente dije que lo haría. Supuse que podríamos pasar algún tiempo juntos, y te puedo mostrar cómo jugar correctamente un juego de video.

—Sin hacer trampa esta vez —respondo.

Exasperado, Josh grita:

—¡No hice trampa! —Me deja ir. Mirando a la pandilla de chicas, hace un guiño—. Las veo después damas. —Todas se ríen.

Josh se sube a la moto y la enciende. Tomo el casco y me lo pongo.

Montando atrás, digo:

—Tú no las quieres sobre ti, pero ¿les guiñas un ojo?

—Oh vamos, eso fue sólo por diversión. Ahora sostente nena. —Con eso, él acelera.

Cuando llegamos al apartamento, hacemos un poco de palomitas y luego nos sentamos en el sofá. Josh me da un control y procede a decirme todos los impresionantes movimientos que puedo hacer. Él en realidad nos deja tomarnos nuestro tiempo, así sé lo que estoy haciendo. Es muy divertido y nos reímos mucho.

Alrededor de las 5, Niall llega a casa. Entra, nos mira y rueda los ojos.

—¿Por qué no estoy sorprendido de encontrarlos haciendo eso?

—¡Hola! —exclama Josh—. Alguien tiene que enseñarle.

—Lo que sea. —Gime Niall. Él se acerca y me besa en la cabeza—. ¿Cómo estuvo tu día cariño?

Encogiéndome de hombros, digo:

—Muy bien, almorcé con Eric y Sonya va a matarme ahora. En general, un día lleno de pocos acontecimientos.

—Está bien, explícamelos ambos —dice Niall, mirando su correo.

—Bueno, Eric preguntó dónde había estado y yo dije que surgió una emergencia. Entonces me preguntó si iba a almorzar con ellos y me rehusé, por lo que sugirió que comiéramos en uno de los salones de ciencias. Entonces, bueno, yo le dije lo que pasó —digo, alejando mi mirada de Niall

—¿Hiciste qué? —Suelta Niall en voz baja.

—Bueno, sin pensar de alguna forma deje salir que vivíamos juntos. Así que, tuve que explicar el por qué, porque, obviamente, vivir con un tipo es una gran cosa. Fue muy comprensivo —respondo con nerviosismo.

Niall suspira profundamente.

—Es tu vida, cariño. Sólo quiero mantenerte segura. Es tu vida para decirle a quien sea que sientas la necesidad. ¡Por favor, sólo mantenme fuera de lo que digas!

—¡Niall! Nunca le diría a nadie de tus asuntos. ¡Lo siento si estás enojado conmigo!

Levantándose, Josh dice torpemente:

—Está bien, me voy a casa ahora. Ustedes dos tengan una buena noche. —Él camina hacia la puerta.

—Gracias por recogerme Josh —murmuro.

—No hay problema, los veré luego —contesta Josh mientras se va.

Me giro hacia Niall.

—¡Te das cuenta de que acabas de asustarlo!

Volteándose, Niall parece ignorarme. Genial. Él coloca el correo en la mesa y respira profundamente.

—Alex, es solo que soy muy reservado. Fácilmente le dijiste a Eric cuál es tu secreto, lo que me inquieta.

Rápidamente, salto del sofá.

— Niall. —Gruño—. Nunca le diría a nadie lo que me dices. Puedes confiar en mí. Te lo juro, sólo le dije que estamos viviendo juntos y que eres súper protector conmigo. Lo siento.

Él se vuelve hacia mí y me pone los ojos tristes.

The Art Of The Life - NiallWhere stories live. Discover now