Capítulo 16 {2 parte}

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—¡Niall, no te atrevas! Te lo juro, voy a hacerte daño.

—Discúlpate entonces —dice con firmeza.

—Lo siento, de verdad ¡de verdad lo siento! ¡Por favor, cierra la cortina!

—Bueno —contesta con burla—, tengo que esperar a que el agua baje de 1.000 grados. Por lo tanto, nos limitaremos a quedarnos aquí y esperar.

Eso hacemos. ¿¡Por qué tarda tanto tiempo el sanitario en llenarse!?

—Listo, el agua ha vuelto a la normalidad —dice finalmente, se mete y corre la cortina.

Pasan unos segundos antes de que quite la mano de mis ojos. Gracias a Dios está de vuelta en la ducha.

—¡A veces TE DETESTO! —grito.

—Me amas. No mientas. De todos modos, tú comenzaste. No comiences cosas que no puedes terminar y, siempre gano porque sé cómo hacerte sonrojar.

Eso me enloquece. Puedo terminar después con el cabello. Me lanzo de nuevo al sanitario, tiro de la cadena y corro hacia la puerta. Niall solo grita de nuevo y cierro la puerta detrás de mí. Kent me mira desde la mesa del comedor.

—¿Qué demonios estaban haciendo ahí?

—Nada, absolutamente nada —me río, danzando hacia mi habitación.

Unos minutos más tarde se abre la puerta del baño. Rápidamente cierro la puerta de mi dormitorio. Oigo un ligero golpe.

—Alex... cariño... necesitamos tener una charla.

—¡No! —me río.

—Abre la puerta o me las arreglaré para entrar —declara.

Voy y me pongo contra la puerta.

—¡Vete!

Él trata de abrirla y yo empujo en respuesta. Niall suspira.

—Alex, no quiero que te hagas daño.

Trato de mantener la puerta cerrada.

—Entonces deja de empujar —gruño.

—Te lo advertí. — Niall empuja y yo derrapo por todo el suelo.

Está de pie envuelto en una toalla.

—Como comprenderás, has sido una niña traviesa.

—¡Hey! —le grito—, dijiste que no más toallas.

Niall se cruza de brazos.

—Eso fue antes de tu pequeño truco. Ahora es tiempo de que recibas lo que te has ganado. —Camina hacia mí y se dobla. De repente, me carga encima de un hombro.

—¡Suéltame! —grito.

—No —contesta Niall. Se vuelve y nos lleva hacia el baño.

Le pego en la espalda.

—¡Bájame Niall! —No hay respuesta, solo más risas. Le hablo con brusquedad—. ¿Qué estás haciendo?

—Te estoy proporcionando una nueva experiencia —responde.

Trato de zafarme de su control y no lo logro. Aparte, realmente no quiero caerme. Niall cierra la puerta del baño.

—¿Qué demonios estás haciendo? —pregunto acalorada.

La única respuesta que obtengo es la risa. Niall nos mete en la ducha.

—La venganza es una perra. —Me deja en el suelo. Al instante trato de salir de la ducha, pero él me alcanza y me abraza por la cintura con un brazo—. No, no vas a ninguna parte.

—¿¡Qué estás haciendo!? —le grito—. ¡Déjame salir!

—Nop. Ahora podrás decir que tomaste una ducha con un hombre.

Retorciéndome, le digo—: ¡No voy a tomar una ducha contigo!

—Sí que lo harás —asegura Niall —. Mi hombría te tiene toda caliente y mojada, ahora necesitas una buena... ducha... FRÍA. —Después de decirlo nos mete al agua y ¡está helada!

La sorpresa me quita el aliento. Niall me empuja bajo el agua más profundamente. Entonces grito.

—¡NIALL!

Envuelve más sus brazos alrededor de mí.

—Sí Alex—me susurra.

—¡Cierra el agua! ¡Cierra el agua! ¡Está congelada! ¡Cierra el agua! —

Niall se inclina y gira la otra perilla. El agua empieza a calentarse.

—Ahora —murmura en mi oído—. ¿Quién ganó?

—¡Eres un idiota! —suspiro. Niall me agarra y me da la vuelta—. Mi ropa está toda mojada. ¡Muchas gracias!

—¿Quién es el rey de las venganzas? —pregunta con su sonrisa impresionante.

Sacándole la lengua, me burlo.

—Tú lo eres, pero espera un tiempo. Voy a pensar en algo.

Inclinándose me contesta.

—No puedo esperar.

Nos quedamos ahí un rato mirándonos el uno al otro. Cualquiera pensaría que estando de pie en la ducha con la ropa puesta nos haría reaccionar, pero por alguna razón que no es clara nos quedarnos donde estamos. Niall parece a punto de decir algo cuando oímos un gran estruendo en la puerta del baño.

—Sí —dice en voz alta.

—¿Pueden ustedes dos, por favor, dejar de hacer LO QUE SEA que estén haciendo y arreglarse? Cassandra está aquí y tenemos hambre —grita Kent a través de la puerta.

—Sí —dice Niall. Me mira—. ¿Estás enojada?

Mi boca se abre y se cierra. La tensión en el aire es espesa. Es como si no pudiera encontrar mi voz.

—No —susurro finalmente.

—Bien —murmura.

Se estira más allá de mí y cierra el agua. Girándose agarra mi toalla de la pared. La tomo y nuestras manos se tocan. Eso hace que sienta escalofríos.

Me seco la cara.

—Gracias —le digo.

—Ven —dice Niall dando un paso fuera de la ducha—, vamos a sacarte.

Tomo su mano y salgo. De repente me resbalo. Extiendo las manos para aferrarme a él. Caemos golpeando el suelo con fuerza. Aterrizo sobre Niall. Nos quedamos así por un segundo sin movernos, sin decir nada.

De repente nos ponemos histéricos.

—¡Ay! —exclama Niall.

De repente la puerta del baño se abre. Kent y Cassandra están de pie allí, mirándonos. Niall y yo los miramos. Cassandra comienza a reír, mientras que Kent levanta las cejas.

—¿Están bien? —pregunta.

—No lo sé. —Me rio con nerviosismo. Miro a Niall —. ¿Te has hecho daño?

—No, estoy bien. ¿Estás bien?

Asintiendo, le respondo.

—Sí, te interpusiste en mi caída.

—Está bien, ustedes son muy raros —enfatiza Kent—. Primero estaban en el baño juntos y entonces escuché a Niall gritar como una niña, dos veces. Tú señorita, saliste prácticamente saltando a tu cuarto. Entonces este estúpido sale y te secuestra. Se van al cuarto de baño. Escucho un montón de gritos y luego a Alex volviendo a gritar, así que vengo a la puerta a decirles que se den prisa. En ese momento Cassandra y yo oímos el BANG más fuerte que he escuchado en mi vida. Abrimos y los encontramos tirados juntos en el suelo. Niall lleva solo una toalla pero Alex está completamente vestida y, sin embargo, empapada. ¿Hay una remota posibilidad de que puedan explicar esto?

—Extraño ritual de apareamiento —resopla Niall.

Pongo mi cabeza en su pecho y me rio hasta las lágrimas.

—Tengo que ponerme ropa seca —digo finalmente sin aliento—. Y tú tienes que ponerte algo de ropa. Punto.

—Aww —se queja Niall — ¿No te gusta estar encima de mí cuando estoy casi desnudo?

— Niall —lo reprendo—, no delante de la gente, Diooos. —Con eso me pongo de pie y salgo.

Al entrar en el pasillo me cruzo con Cassandra y, diablos, puedo sentir su mirada.

Niall y yo nos alistamos con bastante rapidez. Me dejo el cabello rizado. No me importa. Cuando salimos Niall me toma de la mano y bajamos las escaleras.

El restaurante no está muy concurrido. Todos estamos hablando y riendo, principalmente molestando a Niall mientras nos sentamos en un apartado. Después de que la camarera toma nota de las bebidas, me inclino sobre la mesa y recargo la cabeza en una mano. Mi mirada se desplaza a través del restaurante.

Para mi horror, encuentro a Sonya ahí sentada. Me está mirando. Mi mano busca inmediatamente la de Niall por debajo de la mesa. La agarro con fuerza. Se vuelve y me mira.

—¿Qué pasa?

—La hija de Satanás está sentada al otro lado del restaurante —siseo.

Todos en la mesa se vuelven y miran a Sonya. Ella cruza los brazos.

—Esa chica es una pequeña cosa cojonuda ¿verdad? —dice Niall.

—¿Quién es esa? —pregunta Cassandra.

—La que ha hecho de mi vida un infierno por cinco años. —Suspiro—. Es mi atormentadora.

Cassandra levanta una ceja.

—¿Esa chica se mete contigo?

—Sí —le digo gruñendo.

—Wow —comienza Cassandra—, bueno, tenemos que enojarla tanto como sea posible.

—¿Y cómo vamos a hacer eso? —le pregunto.

Ella se endereza y se inclina sobre la mesa. Me encuentro con ella en mitad de la mesa y la oigo.

—Vamos a volverla loca —susurra.

Me enderezo de nuevo un poco desconcertada. Le echo un vistazo a Niall. Él pone su brazo alrededor de mí y me tira contra él.

—Vamos a darle celos —susurra en mis labios.

Después de eso me besa. Esta es la primera vez que me está besando en público y estamos en frente de sus amigos. Al principio vacilo, pero luego me entrego. Se siente tan bien. Finalmente, Niall se endereza.

—Ya está. Eso es algo que ella no tiene.

Mi mente está un poco confusa como para poder pensar con claridad. Me muevo un poco en mi asiento y miro a la mesa.

—Bueno —murmura Kent—, eso pareció irritarla.

—Ahora —se ríe Cassandra—, vamos a mirarla todos y nos reírnos. Va a pensar que estamos hablando de ella.

—Eso es un poco retorcido —le digo.

Cassandra me guiña.

—Esa es la parte divertida. Ven aquí. —Nos apoyamos todos en la mesa y Cassandra susurra—: Bien, ahora todos nos volvemos y la miraremos fijamente, nos miraremos el uno al otro y nos reiremos. Eso la volverá completamente loca.

En el momento justo hacemos lo que dijo. Cuando nos miramos de nuevo todos nos reímos histéricamente, probablemente a causa de lo que estamos haciendo. Yo me río aún más fuerte por el nerviosismo.

—¡Me va a matar! —siseo.

—Hey, ahora sabes algunos movimientos defensivos —me dice Kent—. Puedes patearle el trasero.

—La violencia no resuelve nada —lo regaña Cassandra.

—Amén a eso —agrego.

Niall se agacha y toma mi mano. La lleva hacia arriba para besarla.

—No dejes que te afecte.

The Art Of The Life - NiallWhere stories live. Discover now