Capítulo 23 {4 parte}

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Se demora un tiempo, y es una experiencia muy extraña. Algunas partes me dolieron como no nada que haya experimentado antes y después otras partes no estaban tan mal. Josh sigue hablando a través de todo el asunto.

Finalmente, Renee se detiene y dice—: Hemos terminado.

Trato de mirar hacia abajo y digo—: Quiero ver.

—Déjame limpiarlo —responde ella, y lo hace—: Ahora, ve a mirarte en el espejo.

Rápidamente, me pongo de pie y luego me doy cuenta, bueno, de que me duele. Medio sosteniendo mi pantalón, camino hacia el espejo y miro.

—Oh, Dios mío —susurro—. Es impresionante. —Miro los tres tulipanes azules que están ahora en mi cadera. Están rodeados por delicados espirales.

—Se ve bien —declara Josh, viniendo detrás mío—. Ahora, tienes que seguir sus instrucciones sobre la manera de mantenerlo limpio e hidratado hasta que sane. Haremos una parada en la tienda y te conseguiremos todo.

—Gracias —le digo, dándome la vuelta—. Esto significa mucho. Es como si, por fin hubiera llegado a la edad adulta. Puedo dejar ir a mi madre y a mi pasado y tomar ahora mis propias decisiones.

—Esa es una gran manera de ver las cosas —responde Josh—. Ahora —dice—, es mi turno. —Me hace reír.

Renee pone un poco de pomada sobre mi tatuaje y luego lo cubre con una gasa. —Mantén eso por un tiempo.

—Está bien —chillo, poniendo mis pantalones de vuelta sobre él.

Ella limpia todo y luego Josh se pone de costado. Es interesante ver su trabajo en él. Ni siquiera se inmuta. Le saco la lengua.

Cuando termina con él, está realmente impresionante. Josh se levanta y mira. —¡Genial!

De repente, suena mi teléfono celular. Busco en mi bolso para cogerlo. Es Niall. Respondo—: ¿Hola?

—Hola, ¿ya cenaron? —me pregunta Niall.

—No —le digo, mirando a Josh. Articulo Niall y él hace una mueca.

Niall dice—: Pregúntale a Josh si puedo ir.

—Espe... ra —lentamente le contesto. Cubro mi teléfono—. ¡Él quiere venir a cenar! —siseo.

Josh frunce el ceño. —Dile que a mi mamá le dio gripa y que vamos a ir a buscarlo.

—Yo no le miento — me quejo—. Nos lo hemos prometido.

—Bueno, entonces, no sé. Dile, que decidí no ir allí, cosa que hice.

Hablando de nuevo en el teléfono, trato de no dejar que me tiemble la voz. —Josh decidió que no quería ir allí.

Hay una pausa, y luego Niall pregunta—: ¿Qué han estado haciendo todo este tiempo?

—No lo sé —le digo.

Gruñendo, Niall comenta sarcásticamente—: ¿Te puso sus manos encima en cualquier forma de modo afectiva?

—No, no lo ha hecho.

Eso parece aligerar el humor de Niall. —Entonces, ¿qué han estado haciendo?

—Sólo cosas, nada en particular. Josh tiene que parar en una tienda. Necesitamos recoger algunas cosas.

—¿Tengo que ir? No recuerdo haberte dado dinero... ¿te di dinero?

Con una risita, le digo—: No.

—Tengo que hacer eso. Te conseguiré una tarjeta de débito —afirma Niall.

—¿Una tarjeta débito para qué? —le pregunto, un poco confundida.

Hay una pequeña pausa y luego en forma sarcástica dice—: Para mi cuenta bancaria, ¡duh!

—¿¡Qué!? —digo bruscamente—. No voy a hacer eso.

—Se necesita dinero para vivir —afirma Niall tratando el asunto con total naturalidad.

Gruñendo digo—: No, no voy a ceder en eso. Me puedes dar una mesada.

—¿Qué tienes, 12? —responde—. Nada de eso importa. ¿Cuándo vienes a casa?

—Muy pronto, te lo prometo. Me voy a ir ahora.

Con un profundo suspiro, Niall dice—: Está bien, nos vemos pronto.

—Adiós —le respondo y cuelgo—. Él va a saber que algo está pasando.

Josh hace muecas mientras baja su camisa de nuevo. —Yo no voy a ir hasta el apartamento. Si me estremezco, sabrá que algo está pasando.

—¿Y qué se supone que debo hacer? —le pregunto.

—Ponte algo que sea holgado y con una banda elástica —dice Renee—. Diría que ir sin pantalones, pero obviamente eso no es astuto. Yo iría sin ropa interior.

Una sonrisa retorcida pasa por encima de la cara de Josh. —Tal vez vaya.

Ruedo los ojos. —Cállate Josh. —Él se ríe en respuesta. Cuando ella nos da el total de los tatuajes mi corazón se detiene—. ¡Josh! No puedo permitir que pagues eso.

—Umm, es tu regalo de graduación, solo que REALMENTE temprano. Es impresionante, simplemente deja las cosas así —Josh me tranquiliza.

—Está bien. —Suspiro. Paga y salimos. No nos toma mucho tiempo ir a la tienda. Josh me dice que ponga las cosas en mi mochila, para que Niall no las vea. Cuando nos detenemos en el apartamento, me dirijo a él—. Gracias, Josh. Esto significa mucho.

—No hay problema nena —replica—. Ten una buena noche y mantenlo limpio.

Inclinándome lo beso en la mejilla. —Lo haré. Nos vemos luego.

—Adiós —dice Josh, despidiéndose.

El paseo a la puerta se siente muy largo. ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo voy a ocultarle esto? Cuando llego arriba, y abro la puerta, Niall no está por ningún lado. Aprovechando la oportunidad, salgo disparada hacia mi habitación. Cierro la puerta y suspiro. Rápidamente me quito los pantalones, lo que es un gran descanso. Luego viene la ropa interior, y luego me pongo los pantalones del pijama. Realmente suspiro.

De repente suena un golpe en mi puerta—: ¿Alex?

—Sí —le respondo.

—¿Estás bien? Ni siquiera viniste y dijiste hola —dice Niall.

Quitándome rápidamente mi sudadera con capucha, voy a abrir la puerta. —Estoy bien —le contesto, poniendo la mano en la cadera no tatuada—. ¿Cómo estás?

Luciendo un poco escéptico, Niall responde—: Hambriento. ¿Dónde está Josh?

—Tenía que ir a hacer algo. No tengo ni idea de a dónde iba. —Suspiro. Bueno, esa es la verdad—. ¿Qué quieres para cenar?

—Estaba pensando en sándwiches de queso a la parrilla y sopa de tomate —chilla Niall, feliz—. Hace frío. Luego, cuando termines tu tarea, podemos acurrucarnos en el sofá y ver las noticias.

Ruedo los ojos. —¡Yupi!

—Calla, te encanta. Ahora, vamos. —Sigo a Niall hacia la cocina. ¡Esto duele! El roce sobre él no está ayudando. Niall se vuelve hacia mí—. ¿Quieres sacar la sopa? Empezaré con los sándwiches.

Mi mirada se vuelve hacia el armario, la sopa está en el estante alto.

Oh chico. —Claro —le susurro. Con cuidado, pongo mi rodilla en el mostrador.

Niall me mira y dice—: Consigue una silla Alex. Sabes que odio cuando te subes en los mostradores.

—Lo siento papá —me río.

Sacudiendo la cabeza Niall responde—: No vuelvas a llamarme papá otra vez. Nos besamos en los labios. Desagradable. —Eso me hace reír. Abro el armario cogiendo la sopa y hago una mueca por el tirón en mi piel. De repente, Niall me grita—: ¡Alex!

—¿Qué? —exclamo, mirándolo.

Él está mirando directamente a mi cintura. Cuando miro hacia donde está mirando, mi corazón se cae.

Mierda, mi vendaje se está mostrando.

—¿¡Qué demonios es eso!?

The Art Of The Life - NiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora