Capítulo 4 {3 parte}

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—Sí, yo también. Solía desear tener hermanos, pero sé que tendrían que aguantar esto también y no podría hacerle eso a nadie.

Dejamos todo en la cinta transportadora. De repente siento los brazos de Niall a mí alrededor, tira de mí contra él.

—Sé que no me conoces, y entiendo eso, y no quiero espantarte, pero estoy aquí para ti. No tienes que pasar a través de esto sola.

Levanto la mirada y sonrío.

—Gracias.

Poniendo una sonrisa maliciosa en su rostro, Niall susurra—: Debería asustarte, sabes.

—Todavía estoy esperando a que me mates y me escondas como en alguna bizarra película tipo Thriller.

—Sí, y no he resuelto todavía que te voy a hacer, así que en este momento, puedes seguir viva —dice Niall, entrecerrando los ojos.

Con una exclamación, grito.

—¡Genial!

Niall se ríe y me empuja hacia la línea. La chica en la salida no puede apartar los ojos encima de él. Veo esto y trato de no sonreír. Niall se da cuenta. Camina hacia la cajera.

—Hola.

—Hola —responde, de forma femenina, en una especie de manera risueña. Pongo los ojos en blanco—. ¿Encontraste todo lo que necesitabas?

—Sabes, estuvimos un poco colgados en el pasillo de los anticonceptivos, pero lo resolveremos. —Le doy a Niall una patada en la espinilla. Se inclina y grita—: ¡Ay!

Cruzo los brazos y sonrío.

—No hay necesidad de un método anticonceptivo cuando no puedes ponerte de pie.

Volviendo su mirada en mí, dice—: Bueno cariño, ahora no vas a necesitarlos por un tiempo.

—Boohoo —me quejo, como un gesto de que estoy llorando.

—Así que, ¿lo encontró todo, entonces? —pregunta la cajera, mirándonos.

Asiento con la cabeza.

—Sí, lo siento por él. Solo lo dejo salir fuera de la casa una vez al mes, si puede ver por qué. —Doblándose de la risa, Niall da la vuelta. Me acerco y le palmeo la espalda—. Está soltero por si estás interesada.

—Oh, cariño —interviene Niall —. ¿Me estás dejando?

—Sí —le contesto de forma dramática—. Me voy a mudar a mayores y mejores cosas.

Dando a la cajera su seductora sonrisa, Niall le pregunta:

—¿Cómo te llamas?

La cajera lo mira como si estuviera loco y empieza a registrar los artículos. No le toma mucho tiempo terminar.

—Su total es de 85.68.

—Ahora, tienes que pagar por tus cosas. Ya no seré quien te mantenga —dice Niall, cruzando los brazos.

—Bien —suspiro—. No sé lo que haré ahora. Oh, espera, se llama una tarjeta de débito. —Tomo la tarjeta y la paso por la máquina. Me toma un segundo recordar el pin de mi madre, sin embargo. Rara vez gasto dinero en algo.

Mientras la cajera me entrega mi recibo, Niall se inclina.

—¿Estás segura de que no quieres darme tu nombre?

Empiezo a empujarlo. En cuanto a la cajera, le digo.

—Lo siento, aún no ha comido.

Niall carga las bolsas y salimos por la puerta. —¡Eres demasiado divertida! —grita.

—Para alguien que está dispuesto a cambiar mi vida y librarme de las malvadas brujas de la escuela, ¿de seguro estás listo para avergonzarme más de lo que ellas alguna vez pudieron?

—Sí, pero yo puedo hacer eso porque somos amigos. Está en los principios de la amistad —responde Niall.

Riendo, respondo—: ¿Hay principios de amistad?

—Sí —dice con orgullo—. Hablaremos acerca de los principios de la amistad mientras comemos la cena. Así que, ¿quieres aprender a conducir?

—¡No en este auto, NO! Tampoco puedo conducir con cambios —le digo en serio.

Apoyado en su coche, Niall exclama.

—¡Qué presumida! No sólo aprendes a conducir en un GTO 1967, sino que aprendes a conducir con cambios. Eso sería increíble. Si solo hubiera sido tan privilegiado.

—Estás loco. —Me río—. Podemos hablar más tarde sobre cómo voy a aprender a conducir. Tengo que obtener mi licencia temporal.

—Haremos todo el lunes después de la escuela —dice Niall —. Debemos conseguir que corras a velocidad y tenerte conduciendo.

Niego con la cabeza.

—En verdad tienes un montón de planes para mí. ¿Cuándo vas a vivir tu vida? Tener esas citas de las que estabas presumiendo.

—Nunca presumí de mis citas —dice Niall. — Por lo general, terminan mal.

Subimos al auto.

—¿Por qué terminan mal?

—Eh, encuentro a la chica molesta, insípida o poco profunda y me aburro. Las chicas generalmente van por mí porque soy guapo y tengo un buen auto y moto. Rara vez es por mí.

—Es triste —le respondo.

Con una gran sonrisa, Niall dice—: Sí, lo sé, pero eso es lo que sucede cuando se tiene una diabólica buena apariencia.

—Oh, vaya —me quejo—. ¿A dónde vamos a comer?

Saliendo del lugar de estacionamiento, Niall responde.

—Un pequeño restaurante italiano. Me muero por su lasaña.

—Hago muy buena lasaña —afirmo, mirando a través de mi bolsa.

—Bueno, entonces tendrás que hacerla para mí en algún momento —dice. Cuando Niall se da la vuelta y se desplaza, me mira—. Te ves muy linda, sabes.

Eso me hace sonreír realmente.

—Gracias. Nunca he oído eso antes en mi vida.

—Eso es muy triste —suspira Niall.

—Me lo dices a mí —murmuro.

Estirando la mano Niall enciende a todo volumen la radio y canto junto a ella. Al menos nos gusta la misma música. Lo miro y me río. Me sonríe. Tiene una sonrisa muy bonita. Mirando por la ventana, tomo una respiración profunda. Nunca he tenido tanta diversión. Sólo pido para que no me explote en la cara.

Cuando llegamos al restaurante, Niall abre la puerta para mí.

—Eres todo un caballero —le digo.

—Por supuesto —responde—. Alguien fue muy estricto con mis modales.

—¿Tus padres? —pregunto.

Parece, sin embargo, que ignora mi pregunta. Niall camina hacia la anfitriona y dice: —Mesa para dos, por favor.

La anfitriona toma dos menús y dice.

—Síganme.

Sacudo mi cabeza, porque él solo se aleja con la anfitriona. ¿No me escuchó? Claro que sí, Alex, no necesita responder todas tus preguntas.
Debbie dijo que él no hablaría de su pasado, ¿por qué lo haría contigo? Acabamos de conocernos. Estoy siendo una tonta. Con un suspiro los sigo hasta la mesa.

Nos sentamos y miro mi menú inmediatamente. El silencio es más bien incómodo. De pronto Niall baja su menú.
—No necesito mirar el menú. Sé lo que quiero. —Inclinándose hacia delante dice—: Deberías pedir el pollo Alfredo o Pesto Tortellini o el pollo parmesano. Esos son mis favoritos, o, puedes pedir la lasaña, también. ¡Es asombrosa!

—¿Y qué si no quiero nada de eso? —pregunto sonriendo.

Dramáticamente cruzando sus brazos, se sienta hacia atrás.

—Pues bien, no me escuches.

Eso me hace reír.

—Bien, voy a querer el Pesto Tortellini.

—Buena elección —responde.

De pronto, una camarera camina hacia nosotros, y mi, oh mi Dios, es hermosa. Mis ojos se posan en Niall y tiene una enorme sonrisa en su rostro. La camarera sonríe en respuesta.

—Hola, mi nombre es Vicky. ¿Puedo traerles algo para tomar?

—Bueno — Niall dice—: Me gustaría una copa de Merlot, por favor.

—¿Puedo ver su identificación? —pregunta.

Sacando su billetera, Niall dice—: Definitivamente. —Saca su licencia y se la pasa.

Mira la licencia y luego a él.

—Bueno, Niall, veo que eres mayor de edad.

—Sí —enfatiza—. Vicky. Tengo 21. ¿Luces como de 19?

—Oh, no eres dulce. —Vicky ofrece una risilla—. Tengo 23.

Ruedo mis ojos, pero por suerte, ninguno lo nota. Por supuesto, podría desaparecer y ninguno de los dos se daría cuenta. Me recuesto y veo el espectáculo.

Niall dice.

—No te había visto aquí antes.

—En realidad acabo de empezar —responde Vicky, poniendo su cabello detrás de su oreja—. ¿Vienes aquí frecuentemente?

¡Oh caramba!

—En realidad, sí. Tal vez tendré que pedirte como mi camarera desde ahora.

—Solo si tu propina es buena —Vicky ríe de nuevo.

Inclinándose hacia delante, Niall dice—: Muy buena propina.

Esa escena deja a Vicky fascinada, porque ofrece una gran sonrisa

—Suena bien para mí. —Levanto mi ceja y los miro—. Déjame traer tu bebida.

¿Ahora? Frunzo el ceño. ¿En serio?

—Oh — Niall dice—: Probablemente mi amiga quiera algo.

Vicky gira y me mira. Un poco vacilante pregunta.

—¿Qué vas a querer?

—Un té frío —respondo tranquilamente.

—Lo traeré enseguida —dice Vicky, girando para irse. Por supuesto, tiene que mirar a Niall.

Él la mira irse y da la vuelta para mirarme. Mi cara debe de parecer graciosa.

—¿Qué? —pregunta.

—Nada —bufo—. Necesito usar el baño. Volveré enseguida. Puedes ordenar por mí.

—Está bien—dice.

Sacudo mi cabeza, tratando de ocultar una sonrisa. Es la primera vez que lo veo coqueteando tan directamente. No tengo mucha experiencia en esta área. Tan pronto como hago me dirijo hacia el baño, de repente escucho.

—¡Oye!

Me giro hacia la voz.

—¡Oh, hola! —chillo.

—Dos veces en un día y fuera para comer otra vez —dice Eric, caminando hacia mí—. Es una sorpresa.

—Sí —respondo, ya que nunca me has hablado antes.

Eric mira a través de la habitación a Niall.

—¿Estás aquí con tu novio?


The Art Of The Life - NiallWhere stories live. Discover now