Capítulo 24 {4 parte}

180 14 0
                                    



Tomo una respiración profunda. —Hace unas semanas, Niall vino a casa borracho. Estaba con otra chica en la sala y los interrumpí accidentalmente. Así que entré a mi habitación para darle privacidad. Unos minutos después él estaba en mi puerta. Envió a la chica a casa, porque, él dijo, su toque era vacío, o algo por el estilo. Preguntó si alguna vez simplemente necesitaba el toque de alguien, alguien que importara. Me enoje, porque obviamente eso nunca me había pasado. Lo siguiente que supe fue que me estaba besando.

—Se habían besado antes, sin embargo —indico Cassandra.

—Umm, no con nuestras lenguas —replico—. Pasamos la noche juntos.

Prácticamente gritando, Cassandra grita—: ¡TUVIERON SEXO!

—¡No! —exclamo—. No, no, no. Creo que él quería, pero le dije que necesitábamos detenernos. Quiero decir, teníamos toda la ropa puesta, excepto por su camisa, lo cual, déjame decirte, hacía muy difícil que mantuviera mi cabeza en orden. De todos modos, estábamos totalmente vestidos, pero no fue completamente inocente. No había experimentado nada antes, así que es difícil describirlo.

—Está bien, pero obviamente él dijo algo estúpido para herir tus sentimientos con respecto a eso.

Eso me hace chasquear la lengua. —No exactamente, es peor que eso, él no lo recuerda.

Hay una pausa realmente larga. —Déjame adivinar, nunca le dijiste lo que paso.

Lentamente, sacudo mi cabeza. —¿Qué le diría? Eso simplemente haría las cosas extrañas.

—Alex, debes decirle.

—No —declaro duramente—. Él no necesita saberlo, pero me voy a asegurar de que no suceda de nuevo.

Estamos en silencio por un minuto y entonces Cassandra pregunta—: ¿Esto fue antes de la noche en el club?

—Sí —susurro.

—Así que, la mirada en tu rostro cuando él fue y beso a esa chica, ¿fue por todo eso? —dice Cassandra suavemente.

Limpiándome una lágrima que ni siquiera sabía que estaba allí, susurro—: Supongo.

—Te preocupas por él, ¿verdad? Como más que amigos.

Me muerdo el labio y entonces sacudo mi cabeza. —No, no, no es de esa manera. Fue solo una estúpida noche.

—Mmmhmmmm —canturrea Cassandra—. Bueno, creo que deberías decirle. No deberías aferrarte a esto. No es saludable.

—No —Me ahogo—. No puedo decirle. Él no puede saberlo. Prométemelo, júrame, que no se lo dirás.

Suspirando, Cassandra asiente con su cabeza. —Está bien, lo prometo.

—Preferiría que él no lo supiera, a que... se arrepienta —apenas susurro.

—¿Qué pasa si no se arrepintiera? ¿Has pensado en eso? —pregunta Cassandra.

El pensamiento nunca ha cruzado mi mente en realidad. —No creo que siquiera haya registrado esa idea alguna vez.

—Dile —me insta Cassandra—. Él se preocupa mucho por ti. Nada lo ha espantado aún. No creo que esto lo haga —Asiento lentamente—. Respóndeme una pregunta.

—¿Qué? —pregunto.

—¿Qué tan frecuentemente piensas en ello?

Mi boca se abre, pero no puedo hablar. —No entiendo...

—Mantenlo para ti misma, pero quiero que pienses realmente acerca de cómo te hace sentir cuando piensas en lo que sucedió. No su respuesta, no lo que has pensado de más, sino que te hizo sentir. Creo que te estás mintiendo a ti misma Alex —Cassandra suspira.

No parecen haber palabras después de eso. Solo nos sentamos en silencio mirando la pared. Finalmente, murmuro—: ¿Cuál es la página web?

—Aquí —dice Cassandra, tomando la computadora—. Déjame mostrarte como se hace.

Vamos de vestido en vestido. Algunos de ellos son tan malos que nos reímos hasta llorar, pero entonces es como una luz disparándose.

Encontramos el vestido. Exclamo—: ¡Oh, oh, oh, ese es!

—¡Es precioso! —Cassandra está de acuerdo.

Es un vestido largo lila. La parte superior es un corsé cubierto de cristales y la falda son unas delgadas capas que llegan hasta el piso. Es de un profundo mármol, ricos purpuras y violetas. —¿Es demasiado?

—Es un baile formal ¿verdad? —pregunta Cassandra.

—Sí, hay una cena de antemano —le respondo.

Sonriendo, Cassandra dice:

—Entonces, este es el vestido.

Da clic en él y entonces mis ojos se agrandan.

—¡Querido Señor, ese vestido vale 600 dólares! ¡Louis me mataría!

—No, no lo haría.

Estoy a punto de discutir y luego me detengo.

—Sí, estas probablemente en lo cierto, pero él acaba de gastarse un montón de dinero en un auto para mí.

—Sí —Cassandra está de acuerdo. —¿De dónde diablos saco en el dinero para eso?

—Él es muy bueno ahorrando —le respondo—. Estamos haciendo pagos. Aun así, voy a llamarlo acerca del vestido. —Recogiendo mi teléfono, marco su número. Suena y suena y luego oigo que responden.

Solo hay un montón de ruido de fondo. —¿Niall?

Hay algunas risas de fondo y luego—: Sí, ¿qué pasa?

—Umm, no es por molestarte, pero encontré un vestido.

—Ajá —él responde, mientras hay más risas.

Eso hace que me detenga porque es como que no me está prestando atención.

—Y he sido secuestrada por extraterrestres.

Después de un arranque fuerte de ruido, Niall dice:

—¿Qué?

¿Por qué está esto exasperándome?

—Encontré un vestido —enfatizo.

—¿Un vestido? OH, sí, está bien... ¿por qué me llamas entonces? —pregunta.

—Dios, no sabía que necesitaba una razón para llamarte —replico con dureza, probablemente con demasiada dureza.

—Espera nena —lo oigo decir. Hay un montón de ruido de fondo y entonces escucho silencio—. Ahora, ¿qué está pasando?

Casi haciendo pucheros contesto:

—No quise molestarte.

Niall se ríe.

—No me estás molestando. No podía oír y un millón de personas estaban hablando a la vez.

—Oh —le digo en voz baja—. ¿Dónde estás?

—En un club de desnudistas —afirma Niall.

The Art Of The Life - NiallWhere stories live. Discover now