Capítulo 11 {3 parte}

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—¿Por qué no? —pregunta—. ¿No puedo cuidar de ti?

—No es necesario que me levantes —le digo, dándole una mirada.

Sonríe.

—Está bien, pero la oferta está sobre la mesa. Sólo estoy tratando de hacerte sonreír un poco.

—Ojalá pudiera —suspiro—. Simplemente no puedo. Me siento hueca, vacía. Me siento sucia.

Un gemido viene de Niall.

—No eres sucia. No puedes considerar eso. Sólo recuerda, soy el único que te ha besado. Sostente a ese hecho. Olvídate de su toque y aférrate a los que significaron algo. Lo que te hizo no afecta en cómo reaccionará la gente hacia ti. Tocarse y demostrarse afecto es algo bueno. Necesitas aferrarte a ese hecho.

—Está bien.

—Vamos —dice, bajándome—. Vamos a la sala de estar.

Caminamos hacia allí y nos sentamos en el sofá. Miro a Niall ir a la cocina. Pone agua a hervir y agarra una taza. Sólo lo veo en silencio. ¿Por qué es tan amable conmigo? Apartando la mirada, las lágrimas empiezan a correr por mi cara de nuevo. Jalo mis rodillas a mi pecho y pongo mi cara entre ellas. Un poco después siento a Niall sentarse a mi lado.

—Lamento que tengas que hacerle frente a esto —suspiro.

—Deja de decir que lo sientes. Deja de preguntar por qué te estoy ayudando. Me preocupo por ti. Eres mi amiga. Estoy aquí para protegerte. Déjame hacer eso, por favor —aboga en respuesta.

—Quiero acurrucarme como una pelota y desaparecer.

Acariciando mi cabello, Niall responde.

—No dejaré que lo hagas.

No levanto la cabeza, me quedo sentada con mi cara entre mis rodillas. Mi cuerpo no se mueve. Mi corazón no quiere que me mueva.

—Estoy tan perdida.

—¿Qué puedo hacer para ayudar? ¿Qué puedo hacer para ayudarte a liberar tu mente de esto?

—Nada —murmuro.

De repente, chasquea los dedos.

—Sé lo que voy a hacer. Solía hacerle esto a alguien para despejar su mente de... bien, simplemente para que se distrajera.

Eso me hace mirar hacia arriba. Veo que va al armario. Mis cejas suben mientras saca su estuche de violín.

—No creí que tocaras para otras personas.

—No he tocado para alguien en cerca de cuatro años, pero quiero tocar para ti. —Saca el violín y el arco. Sonriendo, Niall coloca el instrumento bajo su barbilla.

En un movimiento fluido empieza a tocar y mi corazón cae. Es hermoso. Me llevo la mano a la boca con asombro. Toca a la perfección. Me olvido de todo y simplemente escucho. Los dedos de Niall se mueven rápidamente con el diapasón. Nunca hubiera pensado que podía tocar así. Cuando alguien menciona que puede tocar un instrumento, nunca piensas que podrían hacerlo de manera tan precisa. No tengo idea de lo que está tocando, pero toca durante unos minutos.
Finalmente, termina y lo miro.

— Niall, eso es hermoso. ¿Dónde aprendiste a tocar de esa manera?

Pone el violín en su regazo y no dice nada. Yo no digo nada, porque de repente hay un silencio muy incómodo. Tomando una respiración profunda, Niall responde.

—Empecé a aprender cuando estaba en la escuela media. Progresé a partir de ahí y eso es todo lo que te diré.

—Bueno, eres extraordinario —le digo—. Gracias por tocar para mí.

—Quiero tocar algo más. Esta canción significa realmente algo para mí. —Toma el violín de nuevo y comienza a tocar. Es otra hermosa canción, pero puedo decir, esta vez, que hay algo de emoción en la misma. Me siento y lo observo. Hay un aire a su alrededor. Como que aquí es donde debería estar. Hace que mi corazón se caliente. Se siente como si no hubiera mostrado este lado de sí mismo a nadie en mucho tiempo.

Cuando Niall termina, se detiene y casi aguanta la respiración. Cierra los ojos con fuerza y se sienta allí, por un minuto.

—¿Estás bien? —pregunto finalmente.

—Sí —suspira finalmente con dureza—. A veces hay heridas que nunca sanan.

—Sé que prometí no hablar de tu pasado, pero... si alguna vez necesitas alguien con quien hablar, estoy aquí. Gracias por tocar para mí. Liberó mi mente de las cosas.

Niall se da la vuelta y me mira.

—Me mostraste tu arte y yo te mostré esto, pero por favor, no se lo digas a nadie.

—Por supuesto, nunca le diría a nadie nada que no quieras —declaro firmemente.

Con cuidado, coloca la parte posterior del violín en la caja.

—Te haré tu té. — Niall se pone de pie y camina hacia mí.

Inclinándose, me besa suavemente en la cabeza. Se siente muy bien sentirlo tocándome. Cuando se va, me siento allí y miro su violín. Me pregunto de qué cicatrices estaba hablando. Los dos tenemos cicatrices ahora. Espero que algún día las mías se curen. Espero que algún día pueda ayudarlo a sanar las de él, también.

Un poco más tarde, vuelve y me da una taza. La tomo.

—Gracias.

—Llamaré a la policía ahora, ¿de acuerdo? —dice en voz baja.

Vacilo, pero al final asiento.

Niall toma el teléfono y marca un número—. Sí —dice finalmente—. Necesito informar de un asalto. —Al final de la conversación telefónica, le dicen a Niall que debemos ir a la estación de policía—. Muy bien, gracias —dice, antes de colgar el teléfono—. Llamaré a Cassandra para que te traiga algo de ropa, ¿está bien?

—Está bien —le respondo, con la mirada fija en mi té.

Una hora más tarde, Cassandra aparece en la puerta. Se acerca a mí y se sienta en el sofá.

—¿Cómo estás?

Mi pecho se aprieta, pero digo.

—Un poco mejor. —Mirando hacia Niall, murmuro—. Él me ha ayudado mucho.

—Eso es bueno —dice en respuesta—. Fui y compré algo de ropa cómoda para ti. ¿Puedo ver tu garganta? —asiento y levanto la cabeza. Con mucho cuidado, la mira—. Está muy magullada, Alex. Mi tío es médico, podemos al menos hacer que él te vea.

Me libro de su mano, y entre dientes digo.

—Preferiría que no.

—Por favor —me insta—. Quiero asegurarme de que estás bien y de que no hay ningún daño. ¿Te duele la garganta? —Asiento de mala gana—. Entonces, deberíamos hacer que te revise. ¿Lo harás?

—Hazlo por mí —me pide Niall, inclinándose sobre el respaldo del sofá—. Necesito saber que estás bien.

Con un profundo suspiro, le digo.

—Está bien.

—Por qué no te vistes y luego nos dirigiremos a la estación de policía —me insta Niall.

Mi corazón se siente pesado en mi pecho, pero me levanto. Cassandra se levanta conmigo.

—Te traje un cepillo de dientes y ropa. Aquí tienes. —Me da la bolsa.

—Gracias —murmuro en voz baja.

Tomando la bolsa, me dirijo al baño. Cuando llego allí, me miro en el espejo. Suspiro cuando miro mi cuello. Hay un gran moretón en la parte central de mi garganta. Puedo ver en dónde estaban sus dedos. El más oscuro de los hematomas está ahí.

Me hace llorar. Caigo al suelo y lloro. Es demasiado. Es demasiado para soportarlo. Pongo mi cabeza entre mis rodillas y sollozo.

¿Qué voy a hacer? ¿Cómo voy a ocultar eso? No puedo ir a la escuela con esa marca en el cuello. Todo el mundo la verá. La gente hará preguntas que no quiero contestar. No puedo volver.

Hay un golpe en la puerta.

—Alex —articula Niall suavemente a través de la puerta—. ¿Estás bien? Te oigo llorar.

—Sí, sólo vi los moretones. Son tan feos.

—Lo sé, cariño. Necesitamos que te vistas, para que podamos ir a la estación de policía. Ellos tendrán que tomar fotos. —Eso me hace llorar más fuerte—. ¿Quieres que Cassandra venga a ayudarte?

Sacudiendo la cabeza, le grito.

—¡No! Estoy bien.

—Está bien —responde Niall.

Me levanto del piso y trato de no mirar el espejo. Cassandra me trajo un par de pantalones de chándal y una camiseta de manga larga. Debe hacer frío afuera, porque hay una sudadera gruesa con capucha, también. Poco a poco, me visto. Cuando termino, a regañadientes me miro en el espejo. Hago una mueca. Mi cabello es una zona de desastre, incluso aunque Niall lo peinó. Me doy cuenta de que mi cabello no es algo que siquiera debería estar en mi radar, pero me veo un poco loca. Ya me siento bastante mal.

Cuando abro la puerta, le pregunto a Niall.

—¿Tienes un sombrero que pueda usar?

—No, en realidad no —responde—. Odio los sombreros, pero espera, tengo una banda. Puedes poner eso en tu cabeza. — Niall entra en la habitación y regresa con una negra. La dobla por la mitad.

—Yo puedo hacerlo —le digo, con cuidado tomándola de él.

La envuelvo en mi cabeza y le hago nudo.

Niall sonríe.

—En realidad te ves linda.

—Gracias —murmuro sarcásticamente—. Probablemente deberíamos irnos.

Toma mi mano y dice.

—Bien, estamos listos. 

The Art Of The Life - NiallWhere stories live. Discover now