Capítulo 25 {3 parte}

197 17 0
                                    



Eric me mira y dice:

—Sólo la traje...

—Lo sé, eres tan dulce —se ríe Sonya.

No puedo respirar. No puedo respirar. Voy a vomitar y no puedo respirar.

De repente escucho:

—Lo siento, llego tarde.

Con mi pecho inflamado, mi mundo comienza a girar de nuevo. Me vuelvo para encontrar a Niall de pie junto a mí. Mi corazón estalla y salto a sus brazos. Me jala dentro del abrazo más apretado que me ha dado.

Finalmente, me alejo y susurro:

—Estás aquí. ¿Qué hay de...?

—Estoy donde se supone que esté —responde, acariciando mi cara con sus dedos.

Las lágrimas comienzan a brotar de mis ojos, y Niall murmura:

—No, no, no, no llores.

—Son lágrimas de felicidad —susurro en voz baja.

Se inclina y me besa suavemente, y entonces respira.

—Esas tampoco.

—No pensamos que fueras a venir —dice Jack.

—Bueno, en realidad, llego tarde —dice en respuesta—. Tuve que correr y conseguir el regalo de Alex.

Mirándolo con curiosidad, digo:

—¿Mi regalo? Ya me lo diste.

—No, no ése regalo, éste regalo. —Mete la mano en su bolsillo interior y saca un collar—. La caja no cabría en mi chaqueta, así que lo siento por que le falta eso.

Es un MUY brillante collar.

—Es hermoso.

Se pone detrás de mí y lo coloca en mi cuello.

—Es una reliquia de familia.

Eso hace mi corazón caer.

—Niall, no deberías.

—Es donde debe estar —declara en mi oído.

—Es bonito para una zirconia cúbica —replica sarcásticamente Sonya. Suspirando, Niall dice:

—No, lo siento, es real.

—¡¿Qué?! —todos jadeamos a la vez.

Sonya comienza a tartamudear.

—Si eso es real, vale como...

—Alrededor de treinta y cinco mil dólares, sí, lo sé —afirma Niall con una enorme sonrisa—. Lo tengo asegurado. —Sólo hay estupefacto silencio mientras lo vemos.

Finalmente murmuro:

—Uhmm, creo que has perdido la cabeza.

—Nunca lo he tenido más claro —responde—. Ella querría que lo tuvieras.

—Amigo, eso es impresionante —dice Jack—. Necesito una novia como tú. —Eso me hace reír—. En lo personal, quiero saber dónde alquilaste tu esmoquin.

Es entonces cuando realmente veo a Niall . Oh Dios, querido Señor ten misericordia de mí. Está vestido con un esmoquin negro. Todo es negro sobre negro, y la forma se ajusta... a su perfecto cuerpo. Muy bien, tengo que comprobar si estoy babeando. Levanto la vista hacia él y se da cuenta de mi expresión facial, la cual le hace sonreír ampliamente.

—No lo renté. Es mío.

—¿Eres dueño de un esmoquin? —pregunta Eric.

—Sí —responde Niall —. He ido a bailes antes y estaba cansado de rentar. Cada hombre debería poseer un esmoquin. —Asiente y dice— Si no les importa me voy a robar a Alex por un minuto. Tal vez encuentre un pequeño rincón para apreciarla en él.

Mi mandíbula cae.

—¡Niall!

—Estoy bromeando —se acerca—, ¿o lo haré? —Con eso, toma mi mano y me aleja.

Cuando llegamos a un pasillo, digo sin aliento:

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Decidí que necesitaba estar contigo. Nunca he ido a un baile de escuela. ¿No me quieres aquí?

—No, no, no, gracias, ¡gracias! ¡Eric trajo a Sonya! —chillo.

Niall tiene una apariencia de shock en su cara.

—¿Él hizo qué?

—Es horrible, pero nada de eso importa —digo—. Estás aquí. ¡Estoy tan feliz!

—Quería traer una sonrisa a tu cara —dice—. No estaba seguro de si me querrías aquí.

Salto y envuelvo mis brazos a su alrededor.

—No, te amo, por supuesto que te quiero aquí. —Y mientras las palabras salen de mi boca, mi cuerpo entero se tensa. Me alejo de él y lo miro. Tiene el aspecto más reflexivo en su rostro. Apenas susurro— Quiero decir, te amo... como en, eres mi mejor amigo... —Mi boca de repente deja de funcionar—. Quiero decir...

Subiendo su dedo, Niall lo pone sobre mis labios.

—Shhh, te amo también. 

The Art Of The Life - NiallWhere stories live. Discover now