CAPITULO 6

4.5K 223 1
                                    

Sin duda, esto va a resultar una experiencia inolvidable, aunque aún no estoy segura si será para bien, o para mal.
Tú también tienes uno ─continuó volviendo a captar mi atención.
POCHE: ¿Un qué?

PAULA: Un sillón como ese... en tu despacho. POCHE: ¿Despacho? ─volví a preguntar aún más confundida, a la vez que emocionada.

PAULA:¡Claro! Si vas a trabajar aquí, tendrá que ser con las mismas condiciones que cualquiera de los que formamos el equipo. Por eso, antes de comenzar a darte instrucciones de tu trabajo y mostrarte todo el centro, tienes que firmarme esto.
Extendió sobre la mesa unas hojas de papel, al mismo tiempo que me ofrecía un bolígrafo. POCHE: Perdón si hago demasiadas preguntas. Pero... ¿Qué es esto?
PAULA; Hacer preguntas es parte de tu trabajo ─sonrió con complicidad ─Este es tu contrato. En él, aceptas ejercer la obligación de sigilo profesional. Nada de lo que digas, hagas o escuches, podrá salir de los límites de esta residencia. El informe de cada paciente es absolutamente confidencial y en el momento en que firmes ese documento, tendrás acceso a ellos cada vez que lo necesites... Así que piénsalo bien, porque por suerte o por desgracia, elegimos una profesión en la que es difícil separar lo profesional de lo personal. En muchas ocasiones, te llevarás la frustración a casa y por eso es mejor que sepas de antemano, que nada de lo que te ocurra podrás comentarlo con alguien fuera de este lugar. Si quieres desahogarte, consultar dudas o comparar opiniones, tus compañeros son los únicos a los que debes dirigirte. Por todo ello, es tan importante haber creado un buen equipo de trabajo, en el cual podamos apoyarnos... Y a partir de hoy, tú serás parte de él.
POCHE: No creo que el sigilo profesional me resulte muy complicado ─sonreí mientras firmaba dicho documento.
PAULA: ¿Acaso eres una de esas chicas reservadas, que pasan la mayor parte del tiempo en su propio mundo?
Levanté un segundo la vista para observar con el ceño fruncido a esa mujer que acaba de hacer una exacta descripción sobre mí.
POCHE: ¿Cómo lo sabes?
PAULA: Llevo años en esto ─añadió guiñándome un ojo ─He adquirido la capacidad de captar rápido a las personas.
POCHE: Pues debe ser un don... Porque diste justamente en el clavo.

Ella volvió a sonreír y después de que le entregara los documentos firmados, permaneció observándome unos segundos. PAULA: Apuesto lo que quieras, a que tu personalidad reservada, no es lo único que soy capaz de adivinarte.
Vuelvo a fruncir el ceño, con una sonrisa de medio lado. No sé a lo que se refiere exactamente. Pero tampoco estoy muy segura de querer averiguarlo. Además, en este momento, observándola mirarme sin borrar su expresión intensa y esa sonrisa de autosuficiencia, me pregunto si es así de amable o está coqueteándome sutilmente. Aunque lo cierto, es que tengo una asombrosa capacidad para no dejarme intimidar por ese tipo de cosas, ni siquiera ponerme nerviosa... Es extraño el "saber estar" y el control que tengo ante una situación así. Es como si... como si todo me diera igual.
PAULA: Bueno... ¿Quieres que pasemos a conocer tu despacho?
POCHE: ¡Claro! ─Acepté sonriendo y levantándome seguidamente para acompañarla. La doctora me ofreció el paso antes de abandonar definitivamente su despacho y cerrar la puerta tras ella. Apenas tuvimos que avanzar unos metros, porque curiosamente, la puerta de al lado, que no tenía ningún cartel anunciante, fue la que se dispuso a abrir.

REGRESA A MI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora