CAPITULO 65

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· Llegamos al jardín después de unos largos minutos, pues su paso era lento y me aseguré de que fuéramos con mucho cuidado.
ROSA: Hace un día espléndido ─Comentó mirando hacia el cielo soleado.
POCHE: Así es. Debería salir más a menudo al jardín. Se está muy a gusto.
ROSA: ¿Por eso almuerzas aquí cada día, con esa chica? ─Preguntó al tiempo que señalaba hacia un lugar. La pregunta de esta señora me sorprendió, sí. Me dejó bastante descolocada, pero el hecho de ver a DANIELA sentada sobre aquel banco, como siempre, me hizo olvidar cualquier cosa que estuviera ocurriendo a mí alrededor. Pero en cuanto mi cerebro hubo reaccionado, volví a mirar a doña ROSA, con confusión.
ROSA:Te veo todos los días desde la ventana ─Explicó al ver mi expresión
ROSA: ¿Me la presentas?
POCHE: Claro.
Procurando que nuestros pasos fueran firmes y seguros, mientras se agarraba de mi brazo caminábamos hacia ella, que en algún momento del trayecto debió sentir nuestra presencia, pues una vez llegamos a su lado y alcé la vista, la encontré observándonos.
POCHE: Hola... ─Fue lo único que mis labios pudieron pronunciar.
DANIELA: Hola ─Respondió observándome fijamente.
POCHE: Quiero presentarte a alguien; Doña ROSA, ella es DANIELA. DANIELA, Doña ROSA.
ROSA: Oh, eso de "Doña" me hace parecer mucho más mayor de lo que en realidad soy.
La mujer, se acercó con una tierna sonrisa, mientras ella aguardaba con cierto atisbo de confusión en su expresión.
ROSA: Encantada, DANIELA. ─susurró agarrándole las mejillas. ─
DANIELA: Igualmente, Doña ROSA.
ROSA: Eres muy bonita ¿Sabes?
Ella bajó la mirada ligeramente, sin responder. Y acto seguido, la mujer se dirigió a mí, que observaba la escena a su lado en completo silencio.
ROSA: ¿Verdad que es bonita, POCHE?
Esa pegunta me pilló completamente desprevenida, pero al ver que la mirada de ambas recayó sobre mí, mi cuerpo reaccionó ocasionándome un ligero estado de nervios. Observé fijamente a DANIELA, que permanecía con su mirada clavada sobre mis ojos, como si le produjera curiosidad lo que fuera a responder.
POCHE:Si... Es... es preciosa. ─Sentencié seriamente. Aunque realmente, no estaba demasiado segura de lo que acababa de decir. Nuestras miradas no se evitaron en ningún momento. Permanecieron así, segundos en los que mientras parecía que el tiempo no transcurría, yo me moría por saber qué podría estar pasando por su mente. Pero entonces, la anciana mujer rompió el contacto visual, dirigiendo la vista de DANIELA hacia la suya propia.
ROSA: Eres hermosa. Y sé que pronto encontrarás luz en tu camino, solo tienes que abrir el corazón.
La adorable mujer, sentenció sus palabras depositando un tierno beso, en la frente de una DANIELA cada vez más confundida y se dirigió hacia mí.
ROSA: Voy a continuar con mi paseo, POCHE bonita.
POCHE: Yo la acompaño ─Me apresuré agarrándola del brazo.
ROSA: No es necesario. Quédate aquí si quieres. Puedo ir sola.
POCHE: De ninguna manera. Además, ¿Usted no tenía algo que decirme?
ROSA: Oh, sí es cierto... ─Recordó ─Pero... POCHE: Pero nada ─Interrumpí sonriendo y a continuación miré hacia DANIELA ─¿Nos veremos luego?
Ella asintió, dándome a entender que estaría aquí, esperándome. Cosa por la cual no pude evitar sonreír.

REGRESA A MI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora