CAPITULO 37

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· Tras esa afirmación me guiña un ojo, con una sonrisa descarada y un aire de superioridad, indicándome que va un paso por delante de mí. Así es PAULA; picara, directa y coqueta. Sé que por su mente, probablemente esté pasando algo que a mí se me haya escapado. Pero también sé, que en algún momento dado, cuando crea que es el adecuado, me lo soltará como un jarro de agua fría, sin ningún tipo de anestesia.
PAULA: ¿Me acompañas a hacer la ronda? ─cambia de tema como si tal cosa ─¿O tienes otras cosas que hacer?
POCHE: Uhm... No. Ni siquiera he pasado por mi despacho aún, así que te acompaño encantada. PAULA: Perfecto ─exclamó levantándose. ─
POCHE: Pero dame un minuto para dejar las cosas y ponerme algo más profesional.
Señalo mi atuendo de CALLE, consiguiendo producirle una risa y a continuación, salimos del despacho para dirigirnos hacia el mío. En tan solo dos minutos me da tiempo de poner el portátil sobre la mesa, colgar la chaqueta en el perchero, vestirme bajo la bata blanca, que me otorga un aire de importancia en este lugar y salir de nuevo a su encuentro para encaminarnos hacia el tercer piso.
PAULA: ¿Ya viste a DANIELA? ─preguntó interrumpiendo el silencio que nos acompañaba, así como mi mirada fija en la nada.
POCHE: Sí... ya la vi. ¿Por qué la pregunta? ¿Ocurrió algo con ella?
PAULA: No. ─me sonrió ─Solo era curiosidad. POCHE: ¿Ha estado bien el fin de semana?
PAULA: Ha estado exactamente igual que en los dos últimos meses, POCHE. No hay ningún cambio en ella, ya lo sabes.
POCHE: Entiendo... Bajo la mirada pensativa.
PAULA: Aún estás a tiempo de cambiar.
Vuelvo a alzar la vista confundida, para encontrarme con la mirada segura de mi amiga. POCHE: ¿Cambiar el qué?
PAULA: Tu proyecto. Sólo han pasado dos meses. Estás a tiempo de elegir otro tema y comenzar a desarrollarlo.
POCHE:No voy a cambiar de proyecto, PAULA. Eso ni siquiera es una opción.

PAULA: POCHE, no pretendo hacerte cambiar de opinión, pero quizás hayas elegido el tema demasiado pronto. Antes de saber cómo iban a desarrollarse las cosas. Hay decenas de pacientes en este centro, con enfermedades muy diferentes a la de DANIELA, de los cuales, podrías conseguir una investigación perfecta, con la que lucirte ante los examinadores y lograr una nota brillante. Sabes que probablemente, con DANIELA no consigas absolutamente nada y está en juego tu reputación como psicóloga. Crees que la realización del proyecto no es importante, que no es más que otro examen dentro de la carrera. Pero no es así. Una buena investigación puede darte una fama y reputación bastante trascendente dentro de este campo. Y con el proyecto que elegiste, probablemente no consigas lucirte como sé que puedes hacerlo.
Siento mi mandíbula fuertemente contraída. Una parte de mí, no quiere continuar con esta conversación, porque no es un asunto que esté en discusión. Pero no se puede negar que hay cierta parte de razón en las palabras de PAULA. No he conseguido absolutamente nada de DANIELA en dos meses y el objetivo de mi proyecto, está resultando un fracaso.
PAULA: Solo te pido que lo pienses ─finalizó captando mi mirada. Simplemente soy capaz de asentir, queriendo de verdad aparcar el tema por el momento. Así que, nos adentramos en la habitación del primer paciente y una automática sonrisa se apodera de mis labios en cuanto vi a aquella mujer, acomodada en el sillón, exactamente igual que cada día.
POCHE: Buenos días, doña ROSA ─susurré llegando hasta ella.
ROSA: POCHE bonita ─sonríe acariciándome el rostro

REGRESA A MI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora