❝ ¿Es más fácil irse o es más fácil quedarse? No lo sé, pero quiero intentarlo. ❞
• Historia original.
• Contenido no apto para todo público.
• Contenido heterosexual.
• Actualizaciones lentas y capítulos cortos.
• Jimin: estudiante.
• Parejas co...
Una hora tarde a la escuela, a este paso tardaría más en llegar en bus que corriendo desde mi casa hasta el salón de clases. Pero, ¿cómo evitarlo? Ayer tuve una horrible pesadilla que me dejó despierta toda la madrugada y cuando apenas cerré los ojos por un momento me dormí hasta las ocho y media.
Cuando llegué al salón de clases todo se escuchaba en calma, y ahí estaba él tratando de poner orden en el salón.
— Chicos por favor no me hagan quedar mal. Tomen asiento antes de que su maestra llegue.
Supuse que lo habían sacado de su salón de clases para cuidarnos ya que al ser hijo del director tenía también la responsabilidad de acompañar a los salones vacíos antes de la llegada de algún profesor ausente.
Toqué la puerta despacio y algunos me vieron. Cuando Kook me vio una blanca sonrisa se asomó por la comisura de sus labios.
— Buenos días, Eunji. —inmediatamente hice una pequeña reverencia. Él era mi sunbae* y debía guardar respeto aunque tengamos casi la misma edad.
— Sobre la tardanza, lo puedo explicar. —él negó con la cabeza y rápidamente me respondió:
— Pasa antes de que la maestra Sun te encuentre fuera y sea yo el regañado. —asentí inmediatamente ante su petición y en un segundo me quedé plantada en mi sitio sin hacer el mínimo movimiento.
Me quedé embelesada viendo a Kook. Y es que la pubertad le había sentado muy bien y ahora era un completo adonis. O como ahora es costumbre llamar a todas las personas atrayentes. Él era un «heather».
Él trataba de explicar que todos debían permanecer en calma pero simplemente le hacían caso un par de minutos y luego volvían a hacer desorden.
No por nada nuestra clase era la peor del colegio.
Él simplemente se cansó y viró los ojos para luego ir a la puerta y cerrarla. Trató de que nadie lo viera sentarse en el pupitre del maestro y ahí mismo sacó un taper de su mochila.
Reí por lo bajo al verlo comer dizque discreto.
Muchas chicas al igual que yo lo veían comer y es que hasta comiendo era hermoso.
Al ver que muchas lo observaban agarró un folios de su mochila y tapó lo que estaba comiendo.
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Pero eso en ningún momento fue impedimento para que mis compañeras y yo nos deleitemos con tanta hermosura.
Cuando unos pasos de tacón se escucharon todos volvieron a sentarse pero Jung Kook aún seguía concentrado en lo que sería su desayuno.
Así que por lo bajo traté de hacerle todo tipo de señas pero nada parecía interrumpirle su comida.
— Buenos días a todos los alumnos. —saluda la maestra haciendo que deje de hacerle señas a Kook para ver a la señorita Sun que miraba atenta a Kook.
Kook se dio cuenta muy tarde así que solamente cerró su taper un poco avergonzado para luego hacerle una reverencia a la maestra.
— Puedo explicar el que esté comiendo dentro del salón aunque esté prohibido.
— No pasa nada Jeon, supongo que te sacaron muy temprano por lo que no pudiste comer en casa. Tú tranquilo y perdóname por haber llegado tarde, lo que pasa es que tuve una cita con el médico.
Kook hizo una última reverencia y tomó sus cosas como pudo para luego salir del salón en un santiamén.
La clase fue aburrida, mucho más aburrida que de costumbre.
Y cuando llegó la hora de receso todos salieron para el gran patio a comer o jugar por los pasillos.
Yo me senté en una pequeña banca que estaba al lado de un gran roble, y aprovechando la gran sombra que las hojas me daban comencé a dibujar en silencio con los audífonos puestos.
El arte digital me había comenzado a gustar cuando inicié la secundaria y ahora se había vuelto una perfecta oportunidad de trabajo para mi ya que tenía una página en internet en donde vendía mis dibujos para poder al menos pagarme los almuerzos de la escuela y próximos implementos de la universidad.
Cuando estuve super concentrada un olor a fresas y chocolate me distrajo por completo.
Comencé a buscar la fuente del olor y noté que sin querer Jung Kook estaba a mi lado viendo mi diseño.
— Woah, Eunji eres muy buena. Me gusta mucho ese diseño. —apagué la pantalla de la tablet como pude y en un santiamén me levanté de la banca para tratar de huir como siempre. Pero Kook me habló y fue imposible continuar: — Eh, espera. Perdona si es que te incomodé, solamente estoy esperando a un amigo eso es todo. Puedes quedarte aquí si eso es lo que quieres, me voy para no incomodar más.
Él rápidamente se levantó e hizo una reverencia para luego cederme el asiento por completo.
— No me incomodas. —dije por lo bajo.
Él solamente sonrió y negó.
— Vi que estabas muy concentrada por lo que no pedí permiso para sentarme. Sin querer vi que tu diseño es muy bueno y me quedé enganchado. Lo lamento.
— No pasa nada. –volví a susurrar.
— Eres tierna y muy buena en tu trabajo.
Eso me gustó mucho pero traté de que no se me notara.
— Gracias. —respondí.
Un grito al nombre de Jung Kook lo distrajo de lo que me iba a decir. Y ante nosotros se presentó un rubio un poco más pequeño que él. Jamás lo había visto pero sin querer me pareció simpático.
— ¿Tu novia? —pregunta el rubio mientras acepta el chocolate que Jungkook le extendía.
— Oh no, solo somos amigos. ¿No es así Eunji?
Claro, no podíamos ser otra cosa.
— Solo amigos. —respondo tratando de mantenerme serena y no reventar en llanto.
— Bueno entonces no hay ningún problema que Kook y yo vayamos al patio de tenis. ¿No es así Eunji?
— No hay problema. —respondo tratando de encontrar el botón de los audífonos para que la música comience a reproducirse. Pero mis dedos se volvían torpes.
— Hasta luego Eunji. Y perdona lo de hace rato. —Jungkook parecía estar apenado en serio, así que como compensación me dio el chocolate que le quedaba en las manos y se fue con el rubio sin decir nada más.
Ok hoy día habían pasado cosas extremadamente raras, primero; ¿desde cuando Jung Kook me habla? Segundo; ¿quien es ese chico y por que no lo vi antes? Tercero; ¿por que diablos no dije ni un gracias cuando Jeon me dio el chocolate?
