◐●◑▽20▽◐●◑

133 21 2
                                    

Salió del departamento silbando, era feliz, era relativamente feliz. No era una felicidad plena en la que no tenía preocupaciones, pero, sentía que había encontrado un punto de calma. Donde tenía control y las cosas no ocurrían de forma tan repentina, eso era suficiente para sentirse afortunado.

Tenía un sueldo que se aventuraba a llamar fijo, comenzaba a trabajar en música, lo que le apasionaba, su omega estaba sano y su cachorro también. Su rutina era tranquila, se levantaba, su novio preparaba la única comida que sabía hacer, salían a trabajar, comía allá, viajaba al estudio con ayuda de la moto en la noche y volvía a casa en la madrugada. Tal vez, en un futuro próximo, se animara a comprar el dichoso y estúpidamente costoso mueble para el colchón.

El tema del cachorro era lo único que le inquietaba de vez en cuando, pero prefería no pensar en ello y anulara cada mínimo pensamiento que estorbara su felicidad. Darlo en adopción sería un duro golpe, no obstante, Jimin era fuerte, su luchador, su esperanza, creía en él.

¿Por que tu mente se empeña en hacerte sentir miserable?  Esa pregunta le había hecho Jiyong mientras compartían una lata de cerveza, y lo cierto es que le hizo pensar. A la vida le encantaba maltratarlo, oh, amaba ponerle un hueso delante y quitárselo al último segundo, crearle esperanzas, jugar con su inocencia, sus sueños. Siempre esperaba lo peor de las situaciones, de la gente, del futuro, era un hombre pesimista que se escudaba en el realismo. Se torturaba en las noches induciendo pensamientos de tipo, "tu pareja solo te quiere por lástima", "le haces infeliz", "mereces lo que te ocurre", "eres un padre horrible", "nunca lograrás ser más que un muerto de hambre que no tiene donde caer muerto", "hazle un favor al mundo y desaparece".

Cuando leyó en un libro que el odio es mejor que el miedo porque este último te paralizaba mientras que el odio podía ser un motor, sintió que algo encajaba en su interior, lo admitía, su mayor fuerza era demostrarle a la gente su valor. Su motor era una bola de odio y frustración compacto recubierto de ambición avariciosa, quería venganza de quienes le pisotearon, llegar al cielo. No sería hasta muchos, muchos, años después de que se daría cuenta lo que eso conllevaba.

- Buenos días- Chanyeol le correspondió con un movimiento de cabeza.

 Chanyeol era un alfa que le había invitado a tomar algo varias veces, era amable y simpático, ¿qué hacía un chico joven de bien en ese lugar? No, no vivía la situación del pelinegro. Él quería un auto, al sus padres negarse decidió comprárselo utilizando su propio dinero. Los dos hombres entraban y salían a la misma hora, trabajan igual de duro, pero el más alto volvía a una casa cálida, donde había comida y ropa en perfecto estado. Sus amigos seguro lo trataban de héroe, ¿debía sentir envidia? ¿En qué clase de sociedad existían estas dos situaciones en paralelo?

- Yoongi llegas en buen momento- Sunmi le entregó varias cajas de comida- El jefe de una tienda ha invitado a todos sus empleados a desayuno.

- ¿Quién en su sano juicio desayuna pollo frito?- metió la comida en la bolsa.

- ¿Una persona sin dinero que contrata a trabajadores poco exigentes?- le dio unos golpecitos a la moto- Buen viaje, la dirección está aquí.

- Nos vemos en una hora- observó el papel y se lo guardó en el bolsillo de la chaqueta.

Si le preguntaran que ocurrió, no sabría responder con exactitud. En un momento estaba en carretera, sus manos en automático y su cabeza pensando en una nueva melodía, recordaba que su pie derecho llevaba el ritmo de la canción. Entonces un coche apareció en la intersección. Si hubiera girado la cabeza a tiempo sabría que se trataba de ese niño rico del instituto que sufría de resaca, fue demasiado rápido o traumático, lo único que quedó grabado en su cabeza era la imagen de la rueda a dos centímetros de su cara.

Quizás no era pesimista, quizás era realmente realista.

❍-----❑❒❖❑❒-----❍

Se vio a sí mismo en una fiesta, acogedora, era el cumpleaños de su hija. Cumplía un añito. Jimin y él eran adultos, adultos de verdad, vivían en una casa grande, el dinero no era una preocupación. Sus padres elevaron a la niña y le hicieron gestos graciosos hasta que soltó una carcajada, una preciosa, su padre le dijo que se parecía a él mientras le llevaba a una zona más apartada. Le decía que estaba orgulloso de él y que su concierto había sido un éxito de nuevo. El omega notaba la ausencia y le iba a buscar, llevando hermosas joyas, regalos de aniversarios, muchos aniversarios. Le besaba la mejilla y le confesaba otro embarazo, en la televisión salía una manifestación y su verso estaba plasmado en la pancarta.

❍-----❑❒❖❑❒-----❍

- A veces siento que este chico está maldito...

- ¡Papá!

- Acabo de hablar con los médicos, se ha dislocado el hombro y tiene heridas menores.

- Mierda- hizo una mueca de dolor- Maldita sea.

- ¡Yoongi!- Jimin se le abalanzó- ¿Cómo te encuentras?

- Duele tanto que me voy a volver loco- le susurró en el oído entre risas- Siento hacerte llorar tanto.

- Realmente llevo un récord contigo- se sorbió la nariz limpiándose las lágrimas- Tuviste un accidente de tráfico.

- No me puedo ni imaginar la factura del hospital- acarició su mejilla- Ya pasó, tranquilo, odio verte así.

- Y yo odio verte en el hospital joder- golpeó la almohada soltando su ira- ¿¡Por qué?! ¿Por qué debes sufrir constantemente? ¡No lo entiendo!- se llevó las manos a la cabeza gruñiendo.

- Vas a hacerle daño al cachorro- su voz era más ronca de lo normal y un poco rasposa, necesitaba agua o tosería sangre- Un coche me ha atropellado y he sobrevivido, ¿ves que afortunado soy? Siempre hay dos formas de ver las cosas- los ojos castaños cristalizados le transmitieron tanta lástima que quiso morir.

❍-----❑❒❖❑❒-----❍

➷ 𝚃𝚘𝚘 𝚢𝚘𝚞𝚗𝚐 𝚝𝚘 𝚗𝚘𝚝 𝚋𝚎 𝚊 𝚍𝚛𝚎𝚊𝚖𝚎𝚛 ➹ [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora