➷ 𝚃𝚘𝚘 𝚢𝚘𝚞𝚗𝚐 𝚝𝚘 𝚗𝚘𝚝 𝚋𝚎 𝚊 𝚍𝚛𝚎𝚊𝚖𝚎𝚛 ➹ [Yoonmin]

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Mordió una almohada, gritó entre lágrimas hasta cansarse, la apartó de su boca y se limpió los ojos completamente serio, ahora vacío. Observó las cortadas de sus brazos que se habían reabierto por el movimiento, tomó un frasco de alcohol y tras desinfectarlas las volvió a tapar con maquillaje. Ardía mucho, se sentía estúpido. La gente pasando por su ventana le puso enfermo, quería vomitar, quería que desaparecieran y que le dejaran respirar. Era de noche, le gustaba la noche, porque era el momento donde podía ser él mismo. Llorar hasta caer dormido era ya una costumbre, que extraño, él que era conocido por no tener emociones. Un mensaje llegó y él decidió seguir ese susurro tóxico.

- Suga- ella le saludó, deseaba abrazarla, sentir cariño, contacto, sentir que alguien le quería. Pero no se atrevió, de nuevo.

- ¿A dónde vamos?- antes de que pudiera proponer el parque de siempre ella le agarró del brazo y lo examinó- Lo siento.

- Por favor Yoon... deja de hacerlo, al menos por mi- le dijo triste, mas igual de vacía por dentro. ¿Cómo eres capaz de pedírmelo si tu también lo haces? Nos intentamos salvar juntos, mas estando tan hundidos, ¿hay esperanza para nosotros?

- He tenido una pelea- se limpió la base de la mejilla y le mostró el morado- Mi padre me golpeó- soltó una risita rota- Me sorprendí mucho, él llevaba años sin hacerlo.

- Tu padre es un cabrón, a mi siguen sin dejarme salir- encendió un cigarro- Son todos unos hijos de puta.

- Lo son- que suerte que se tenían el uno al otro, que suerte que eran ese pequeño hilo que les mantenía con vida. No importaba que pasara con el mundo, porque siempre estarían juntos, no eran capaces de vivir sin el otro.

Pasearon por las calles nocturnas hablando de temas sin sentido, los dos compartían el mismo sentido del humor, era imposible aburrirse en la compañía del otro. Sin embargo, el vacío no se iba, nunca se iba, no se sentía en su cuerpo, en su realidad.

- ¿Quién te escribe a esta hora?- él se encogió de hombros, no era importante, debería haber apagado las notificaciones- ¿Por qué no me lo dices?

- Porque no he mirado la pantalla y no soy adivino- bromeó, pero ya era tarde, estaba molesta de nuevo, y por el mismo puto tema de siempre- No vas a revisar mi teléfono.

- ¡Te doy el mío!- se lo ofreció- ¡Por favor! ¡Como un juego!- ¿Por qué eres tan insegura?  ¿Por qué no confías en mi? Bueno, no tengo nada que esconder, si eso te hace sentir segura, lo haré, lo haré todo. 

- Bien, toma- ella entró en sus conversaciones y buscó su propio nombre- No hablo mierda de ti- él revisó mientras tanto un chat en especial, tenían el mismo grupo de amigos, no obstante, había una persona fuera del grupo que le desgradaba. Ella estaba empezando a tratarle como a él, como si fueran igual de importantes o cercanos para ella, él estaba en una posición muy singular y no planeaba compartirla.

- Lo se- se mostró cariñosa- Somos mejores amigos, ¿no?- ella estaba a su lado pero se sentía la persona más solitaria del mundo, era una soledad tan profunda que dolía y asfixiaba.

- Ayer me dio un ataque de ansiedad, por eso falté al instituto- ella asintió, ¿no me vas a preguntar por qué? ¿Si estoy bien?

- ¿Al final tus padres te mandarán a Seúl?- aunque irse a otra ciudad era lo que siempre había deseado y podría por fin alejarse de su familia, no podía dejarla.

- Lo siento, he intentado de todo, es imposible hacerles cambiar de posición- sus ojos le miraron con cierto desprecio y desesperación- Lo siento.

- Inténtalo más, no puedes abandonarme, si te vas nos alejaremos.

- Eso es imposible, nosotros somos como almas gemelas.

- Eres mío Yoongi- y tu eres mía...

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- ¡No soy tuyo joder!- ella había viajado a la capital en cuanto leyó su último mensaje, debemos terminar esta amistad- No puedes prohibirme salir, hacer amigos, ¡espiarme!- sus inseguridades habían crecido hasta devorarla- ¡Estoy cansado de que cada jodida decisión que haga dependa de ti! ¡De nunca estar a la altura de tus expectativas porque te has creado una imagen idílica y errónea de mi! ¡Me estás lanzando de nuevo al abismo del que conseguí salir!

- ¿¡Cómo puedes hacerme acusarme de eso?!- tapó su boca dolida- ¡¿Después de todo lo que he hecho por ti?! ¡Yo he soportado todas tus mierdas! ¡He estado siempre para ti! ¡Sin mi ya te habrías abierto las venas en algún baño público!

- ¡Y te lo agradezco! Pero no lo hacías por mi... sino por ti- sonrió en dolor- Lo hacías para que me quedara a tu lado, una vez quise ser feliz mas lejos de ti, entonces ya no me apoyaste en nada, solo me saboteabas. ¡Esto no lo haces porque te preocupe! ¡Lo haces porque no quieres estar sola!

- ¡No! ¿Sabes lo que pasa? ¡Has venido a la puta gran ciudad y por hacer tres amigos ya te crees la gran cosa y me deshechas como si nada! ¡Has cambiado, te han manipulado y te han hecho pensar que yo soy la mala! ¡Vuelve en ti y arreglémoslo! - las palabras afiladas dolían de una forma inexplicable, él siempre había pensado que ella le conocía mejor que él mismo, sus palabras antes eran su credo- ¡Dime cualquier excusa y te creeré! ¡Dime que estás borracho o que te arrepientes! ¡Haremos como si nada haya pasado! ¡Te perdonaré!

- Deja de auto engañarte, estamos en una relación tóxica, dependemos completamente el uno del otro. ¡Eso no es sano! ¿¡No lo ves!?

- ¿¡Quién lo dice?! ¡Tus estúpidas páginas de propaganda anti-alfista! ¡La dependencia es buena, es natural!- ahora que se había quitado la venda de los ojos, veía la cruda realidad más clara, veía el estado tan vulnerable de la chica a la que amaba y por la que había sobrevivido durante años.

- Estoy mejorando... quiero mejorar- acarició su cabello largo- Y amaría que lo hiciéramos juntos, pero se que tu no estás dispuesta a sanar, porque te niegas a ver el problema. Yo me niego a caer de nuevo al pozo, incluso si eso significa sacarte de mi vida, se que no me merezco esto- ese fue el primer paso en su vida.

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