<•> Capítulo ochenta y siete <•>

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¿Adivinen quien volvió?🙃
Una pendeja, jjajajaja

¡Hola, mis amores!😻❤️
¿Cómo están?

Les he dejado un mensajito en mi tablero, explicando algo y pidiendo disculpas, como ya es la costumbre, es que no quiero opacar el capítulo, jsjsj😔

¡Felices fiestas, bellos! 🎉🌲
Les deseo lo mejor de este mundo, que sean muy felices, que Dios me los llene de muchos éxitos, y que sobre todo, vivan su vida la máximo.🌈❤️

Los dejo como regalo de navidad tres capítulos, algo brutales...🤭

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[Derek]

Luego de un esfuerzo impresionante, logré abrir los ojos. Lo primero que observé fue un techo blanco que no estaba dentro de los que ya conocía. Me llevé la mano a la cabeza y el simple tacto hizo que comenzara a doler como mil demonios. Tenía una venda alrededor de ella y una pequeña gasa en la ceja.

Parpadeé varias veces y por fin pude moverme para echar un vistazo a mi alrededor.

«¿Hospital? ¿Qué diablos hago aquí?», me pregunté.

Cuando me percaté de que algo estaba haciendo presión en mi muslo izquierdo, eché un vistazo, y ahí me encontré a Ivo, quién estaba durmiendo mientras sostenía mi pierna. Sonreí ligeramente. Con mucha dificultad, llevé mi mano hasta su cabello y pasé mis dedos por entre sus mechones azabaches. Mi acción lo despertó de inmediato.

—¡Ay, Dios mío! —exclamó levantándose de la silla—. ¡Derek! —una vez gritó mi nombre, se lanzó a abrazarme como si la vida le dependiera de ello.

Quise saludarlo, pero su fuerte abrazo me lo impedía. Luego, sus manos se dirigieron a mis mejillas, y sostuvo mi rostro por varios segundos. Lo miré a los ojos, deleitándome de lo hermosos que eran, pero estos estaban rojos e hinchados. Había llorado.

Yo simplemente sonreí.

—¿Eres un ángel? —pregunté divertido. Sus pómulos se pusieron rojos, pero no respondió; y después de decirme que iría por el doctor, salió corriendo de la habitación.

Dejando que mi cuerpo y mi mente se acostumbraran a estar dispuestos por completo, quise sentarme en la cama, pero el dolor punzante en la espalda me hizo caer de nuevo contra el colchón. Mis ojos se pusieron llorosos justo en ese momento. El dolor se estaba volviendo insoportable después de ese movimiento.

Fue entonces, cunado el miedo se apoderó de mí.

Ivo entró con mi doctor personal y con otra médico cuya apariencia daba la impresión de ser joven.

—Me duele mucho —exclamé, tomando aire a grandes bocanadas.

—¿La columna? —preguntó la mujer y yo asentí de inmediato. El dolor se extendía poco a poco por toda mi espalda hasta apoderarse de otras partes de mi cuerpo—. ¿Del 1 al 10 qué tanto le due...

—¿Debo decir? Estoy a punto de echarme a llorar —solté.

La mujer asintió, de inmediato se dedicó a preparar todas sus cosas para aplicarme un analgésico vía intravenosa.

—Se ha querido levantar, ¿no es así? —preguntó alzando las cejas. Yo simplemente quité la mirada.

—Idiota —comentó Julián. Parecía que aprovechaba y disfrutaba el momento para insultarme.

Perfecta ImperFecciÓnWhere stories live. Discover now