<•> Capítulo cincuenta y cinco <•>

15.2K 1.3K 524
                                    



   
° 

°

[Ivo]

—¿Seguro que quieres ir a trabajar?

¡Pero por supuesto que sí! Que ahora estuviera con el jefe, para mí, no implicaría faltar de mis deberes, debía ayudarle a mamá con los gastos. Además, el nuevo Call of Duty no se pagaría solo, y ya tenía varias semanas de haber salido.

Asentí, dándole frente al espejo, unos últimos ajustes a mi cabello. Me había dado una ducha como la otra vez, pero necesitaba ir a casa y cambiarme de ropa, lógicamente.

—¿Usté no? —me senté a su lado y puse mis manos en sus piernas.

—No tengo ganas —bostezó como el oso perezoso que era y se pasó las manos por el rostro—. Deja que mi prima haga algo por primera vez en su vida, que se encargue ella.

Bueno, mi pregunta no sirvió de nada, pues ya intuía que iba a faltar. ¡Aún estaba en pijamas! Su ánimo estaba casi a mi altura ¡chiquito! Era obvio que no había podido dormir después de la llamada de su esposita, porque aunque yo si estuviera durmiendo, podía sentirlo removerse con impaciencia.

Es que hasta rabia me daba recordar que por ella, uno de nuestros bellos momentos se vio arruinado.

Además, otro asunto que también me preocupaba a mí, era lo que le dijo. No debía ser muy inteligente como para saber que estaba molestando con respecto al niño Vin.

Pero, ¿tan mala era que fingía no saber que su hijo había muerto?

—Además, iré a ver a mi sobrino. Kay está allá, pero necesito ver si está bien.

—¿El pa-papá? ¿Qué va a, a pasar?

Esa era otra desgracia que seguramente le estaba haciendo puré la cabeza, al igual que Kay. Pobre que tuvo que soportar de esos tratos por parte de la persona que decía amarla.

—Espero que ahora sí se muera tras las rejas —su mirada se oscureció un poco—. No puedo quedarme de brazos cruzados cuando le hacen algo a mi familia.

No tenía que recordármelo. Me había demostrado que podía hacer cualquier cosa por ellos.

Incluso por mí.

—Al menos, deja que Sylvio te lleve, ¿está bien? Y si alguien te vuelve a molestar, Ivo —con una sóla mano, agarró todo mi rostro y me estripó las mejillas, provocando una mueca por demás gracia en mí— pobre de ti que no me digas nada.

—Sí, Daddy —me alegré internamente de haberla podido decir sin tartamudear.

Esa palabra lo hizo gruñir y me besó con voracidad. Era lo mejor para alegrarme el día, sentir su lengua queriendo adentrarse cada vez más en mí, era una de las mejores sensaciones, que solamente podía vivir con él.

Ambos suspiramos mientras nuestras frentes estaban unidas.

—Dustin saldrá el domingo —me alegré por eso también—, celebraremos que está bien —para mí que era una excusa sólo para tomar cerveza—. Ese mismo día, vendrá Caleb con alguien. Será una pequeña reunión, así que por favor, señor Lane, quédese a dormir conmigo el sábado, ¿le parece?

¿Reunión? ¿El señor aquel tenía pareja? Si iba hacer tal cosa, ¿por qué no mejorarla?

—¿El no-novio de Dus también?

—¿Por qué?

—Po'que es novio y ta'vez él quiera que esté.

Debía de conciderar la felicidad de su sobrino. Aunque a primera estancia, lo noté indeciso.

Perfecta ImperFecciÓnWhere stories live. Discover now