<•> Capítulo treinta y cuatro <•>

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Capítulo dedicado a:

💕 http-karla

💕 reny080

💕 LIZ092519

💕 JasminCM

💕 ViriniY

💕 SagrarioCampos8

Si me pediste de dedicación y no ves tu usuario aquí, ¡están en los próximos caps!🙈😶

Beshiiitos😙😙

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Al rato, la luz se restableció, pero seguíamos sin movernos, percatándome que al menos, la lluvia ya no era torrencial como antes y los relámpagos se apreciaban a lo lejos. Él se calmó, pero seguía abrazándome con fuerza por la solapa de mi traje.

—Vamos a mi oficina.

—No —se aferró a mi cuello. Sentía su respiración tan cerca que me daba escalofríos.

—¿Por qué? —en ningún momento había dejado de acariciar su espalda.

—Va-van a veme así...

—¿Y qué? Joder, que te digan algo y los mando a tomar por culo, Ivo. Anda, vamos.

Nos pusimos de pie y lo tomé de la mano hasta entrelazar nuestros dedos. Sabía que debía disculparme con él lo más antes posible, pisando y dejando atrás aquel terrible orgullo que me carcomía. En el camino, se limpiaba el rostro queriendo secarlo de aquellas lágrimas, ante la mirada de todos.

—A ver, a ver... —dije, abriendo la puerta de la oficina—. ¿Se les perdió algo? —pregunté con arrogancia y ellos negaron, volviendo a sus cosas—. Romy, trá... ¿Qué diablos te pasa a ti? —se tapaba la boca exageradamente, tenía los ojos bien abiertos y las mejillas rojas.

—Nada —respondió con una enorme sonrisa—. ¿Qué necesita? —se puso de pie.

—Una botella de agua y unos chocolates nuevos que se presentaron en la junta de ayer.

—¡Enseguida!

Entré, cerré la puerta y me acerqué a él.

—¿Cómo estás? —estaba mirando distraído a los pececillos. Me senté a su lado y él se mostró nervioso.

—Lo si-siento —dijo al cabo de unos minutos. No había respondido a mi pregunta.

—¿Por qué?

—Es que... —bajó la mirada y jugueteó con sus dedos—. Yo mi-miedo a eso.

—Oh, no te disculpes, descuida. De hecho, ahora...

—¡Señor, aquí tiene lo que me pidió! —llamó Romy a la puerta, tocándola con suavidad. Tomé las cosas y volví a cerrar.

—Ten.

Me acerqué con las cosas, ofreciéndolas, pero sólo aceptó los chocolates y en silencio, comenzó a comerlos con bastante recelo.

—Eso es m-malo —comentó, con los labios manchados de cacao.

Perfecta ImperFecciÓnWhere stories live. Discover now