¿Te quedas conmigo? ©️ (EN EDICIÓN)

II. *

CAPÍTULO CON (*) CAPÍTULO CORREGIDO.

Brooke Henderson.

Siempre he sido una persona muy amante de las mañanas, es algo que heredé de mi madre, nunca he necesito miles de alarmas para levantarme, con una me basta. Hoy estaré en las audiciones para ser parte del equipo de porristas, y en realidad estoy emocionada. Hago mi mochila y en ella meto unos leggings negros que me pondré a la hora de practicar.

De nuevo me toca conducir ida y vuelta, aunque me relaja, muchas veces quiero clavarle la llave en el cuello a mi hermano, ¡Nunca quiere hacerlo él!

La mañana en el colegio no es muy diferente a la de ayer, entro 20 minutos antes a mi clase de literatura para hacer la tarea que no pude realizar anoche, por quedarme hasta tarde escribiendo.

—Eres buena manejando.—Despego la mirada de mi libro y la subo encontrándome con Jace.

Lo miro por unos segundos hasta que contesto.

—Me gusta.—Sonrío y cierro el libro cuando se sienta a mi lado en clase de Filosofía.

—Se te da bien, de hecho eres la primera chica que conozco que sabe aparcarse.—Murmura casi sorprendido.

Alzo mis mis cejas.—¿La primera?

—Pues sí... Algunas por no decir la gran mayoría, no lo saben hacer.—responde.—Mayormente, esa es la parte más difícil de conducir.

Yo rio y niego con mi cabeza.—Pues ya me conociste a alguien que sabe hacerlo.

—Todo un honor, eh.—Me brinda su característica sonrisa.—Para ser hermana de Lucas, eres muy inteligente.—Masculla con burla.

—¿Gracias?—pregunto extrañada.—Ya sabía que mi hermano es un bruto, por suerte es lindo, creo, es lo que dicen todas.

—Deberías darme tu número.

Arqueo las cejas.

—¿Que gano yo?—Me cruzo de brazos mirándolo.

—¿Mi número?—Cuestiona con burla.

—No me convence.

—¿Tener mi número no es suficiente?—Alza las cejas con una clara expresión de tristeza falsa.

—No.

—Es una pena.

—Totalmente.—Le sonrío.

—Te lo pierdes.

—Sí, claro.—respondo después de haberme quedado un momento mirando sus ojos.

—Supongo... Que nos veremos por ahí.—Se levanta de la butaca y yo lo miro extrañada.

—¿No tomarás la clase?—pregunto confundida.

—No lo haré, rubia.—Él me da una sonrisa divertida y sale del aula sin más.

Es un extraño, muy calienteeeee.

Suspiro y vuelvo mi cabeza a la aburrida tarea. Anhelo que llegue la clase de literatura y luego la audición.

En efecto, cuando salgo de la clase de literatura antigua, me dirijo a los vestidores para la prueba. Me quito la falda y coloco mis leggings. Me quedo en calcetines y recojo mi "desastre de cabello rubio", como lo llamaría Lucas.

Un paso en el gimnasio y la voz de la capitana del equipo, Claire Johnson, se hace escuchar.

—Hola.—Saludo con timidez. Podría decirse, que Claire y yo somos buenas amigas, estamos en el mismo club de lectura virtual y a veces salimos a la biblioteca juntas.