¿Te quedas conmigo? ©️ (EN EDICIÓN)

I.

Mis piernas flaquearon ante la imagen de Brooke en la nieve sobre un charco de su sangre, puedo ver como las personas gritaban y llamaban a emergencias frente a mí, pero mis personas parecían no ser parte de mi cuerpo.

Cuando finalmente mis piernas reaccionaron sentí las lágrimas calientes adornar mi mejilla, corrí hasta su cuerpo y me arrodillé para sostenerlo.

—No, no, no Brooke, por favor no.—Murmure mientras sollozaba y acariciaba su cara.—Todo estará, todo estará bien, vendrá la ambulancia.—Sostuve su mano y besé su frente.

Estaba pálida, había perdido mucha sangre, sus ojos estaban cerrados y parecía estar sin vida, sus labios estaban morados y resecos, quiero pensar que es por el frío.

—Estarás bien cielo, lo estarás.—Intenté sonar seguro mientras besaba constantemente su frente y la estrechaba contra mí.

—Joven, tiene que soltarla para poder subirla y llevarla al hospital.—Una enfermera robusta se acercó a mí con una máscara para oxígeno.

Sorbí mi nariz mientras la soltaba de mis manos temblorosas, ¿Era realmente Brooke? ¿Ella realmente va a morir?

Una vez que Brooke estuvo dentro de la ambulancia entre con ella y saqué mi teléfono para llamar a Lucas y avisarle por lo sucedido.

—Hey, bro.—Contestó Lucas.

—Lucas, Br-Brooke ha tenido un accidente y v-amos de camino al hospital, e-ella ha sido atropellada, pero favor apresuren.

No hubo respuesta de Lucas solo un sollozo de lo que parecía su madre o Susan. Escondí mi cara entre mis manos las cuales estaban apoyadas en mis piernas.

Todo ha sido mi culpa.
Si no hubiésemos peleado, si no le hubiese dicho mentira sobre mentira, si hubiese sido sincero no estuviésemos camino al hospital.

—¿Estará bien?—Mi voz salió más ronca por haber estado llorando.—Por favor, dígame que sí.

El paramédico me miró forzando una sonrisa.—Esperemos que sí, ha sido un poco fuerte, y su cabeza chocó contra hielo, si tiene suerte solo tendrá algunos huesos rotos, de lo contrario...

—¿De lo contrario?—Inquirí con desespero.

—Tendrán que inducirla a un coma.

Apreté mis labios de nuevo sintiendo mis manos temblar, todo fue mi culpa, nunca debí aparecer en su vida, nunca debí amarla como la amo, nunca debí enamorarme de ella y sobre todo nunca debí dañarla.

Llegamos al hospital y Brooke fue rápidamente llevada a emergencias, yo no podía estar tranquilo mientras estaba sentando y golpeaba mi pie varias veces contra el suelo.

—¿Qué fue lo qué pasó?—La voz de Lucas inundó el ala vacía del hospital. Lucas al igual que el resto de su familia tenían los ojos rojos y sus mejillas cubiertas de lágrimas secas.