¿Te quedas conmigo? ©️ (EN EDICIÓN)

XXXX-Final.

La tormenta que sentía en mi corazón es totalmente arrolladora, me hacia sentir tantas cosas en un momento que no me sorprende el dolor de cabeza que cargaba.

—¿Puedes bajar? Jace quiere verte.—Murmuró Susan mientras se asomaba en mi puerta.

—Sí, dile que ya voy.

Ella asintió con una triste sonrisa y sacó su cabeza de mi habitación, suspire cansada y me levanté de mi cama para mirarme en el espejo, estaba horrible. No había dormido mucho por la preocupación que me consumía cada día pensar en lo que podría haber estado haciendo Jace, y después de todo viene aquí como si nada.

Y como yo sí tenía ganas de hablar con él, de correr a sus brazos, iba a salir, pero primero necesitaba una buena explicación de su desaparición.

Salí de mi habitación sin ganas con la mirada fija en mis pies cubiertos por unas pantuflas.

—Hola.—Susurré y la mirada de Jace se clavó en mí.

—Bicho.—Se levantó del sillón para acercarse a mí.

No iba a hacer un escándalo, no con mi familia aquí presente. Estaba cansada de todo esto, solo quiero dormir sin preocupaciones.

—Salgamos.—Pedí saliendo de mi casa sin darle tiempo a llevarme la contraria.

—Brooke...—Murmuró una vez que estuvimos afuera. Me abracé a mí misma por encima del gran abrigo que tenía.

—¡No! Brooke nada, te doy dos segundos.—Apunté con mis dedos.—Para que me expliques todo lo que hiciste y por qué dejaste que los nervios se apoderaran de mí...—Suspiré intentando calmarme.—¡Ni un puto mensaje! O una maldita llamada, ¿Sabes las ideas que me hice en la cabeza?

—No tenía tiempo para una llamada, o un maldito mensaje Brooke, en ese momento mis prioridades eran otras, mi familia estaba en un puto lío y no creo que los haya sacado del todo.

—Sé que no era tu prioridad en ese momento Jace, pero entiéndeme, ¡Todos sabían lo qué pasaba! Y yo soy idiota que lloraba porque no sabía en qué estaba su novio.

—Lo siento, lo siento mucho.—se acercó pero yo retrocedí.

—Mencióname tres personas que no lo sepan.—Apreté mis labios mientras él hacía silencio.—¿Por qué yo no?

—Tú estabas en peligro y eres importante para mí, mucho más de lo que debería.

—¡NO ES EXCUSA! Trinity estaba en peligro y lo sabía, tu madre estaba en peligro y lo sabía, ¿Por qué yo no? ¿Por qué tratarme como una maldita damisela en apuros?

—No era de tu incumbencia saber lo que estaba pasando, necesito que no cuestiones mi forma de protegerte.

—¡No la cuestiono!—Mi voz se rompió.—¡Joder no la cuestiono! Nunca te he cuestionado nada, nada.