VIII.

24.4K 1.6K 658
                                    

Sabía que iba a ser un mal día desde el momento en que abrí los ojos por dos cosas; mi puta reseca y el saber que ayer abrí mi boca demás y no recibí un te amo de vuelta

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sabía que iba a ser un mal día desde el momento en que abrí los ojos por dos cosas; mi puta reseca y el saber que ayer abrí mi boca demás y no recibí un te amo de vuelta.

Sentí una presión algo asfixiante en mi estómago por lo cual bajé mi mirada hacia el mismo lugar donde el brazo pesado de Jace me  rodeaba. Tenía su carita escondida entre el hueco de mi cuello y sus piernas rodeaban las mías.

Giré mi cabeza hacia la derecha donde se encontraba una mesa con un reloj el cual marcaba las 7:30 a.m era temprano pero el sueño se había acabado.

Empecé a removerme suavemente haciendo que Jace gruñera y me acercara más él, sí no estuviese verdaderamente avergonzada y estresada lo hubiese besado.

—Jace, suéltame necesito ir al baño.—Pedí intentando liberarme de sus brazos.

—Mhmmm.

—¡Jace!—Grité sobresaltándolo. Él abrió sus ojos y los restregó con fuerza mientras me miraba con el ceño fruncido.

—¿Sabes? Esto no es el tipo de despertar que me imagino a tu lado.—Hace una mueca de disgusto.—Me imagino que me despiertes con besos, ¿Sabes? Es lo normal en las parejas, no con un puto grito, Bicho.

—Discúlpame, no es mi día y mi vejiga se está explotando.—Rodé los ojos y me levanté de la cama casi corriendo al baño.

No haber escuchado su te amo de vuelta realmente me hizo dudar de sus sentimientos hacia mí, me hizo sentir como si no estuviéramos en la misma página, ¿Y si no me ama? ¿Y si no soy lo suficiente para alguien como él?

Necesitaba hablarlo, no podía callar, necesitaba saber si estábamos en la misma maldita página, porque si no estábamos en la misma yo no sabré qué hacer.

Subí mi ropa interior y lavé mis manos para salir del baño y encontrarme con Jace acostado boca bajo, y con la sábana enredada en su cuerpo. Sexy, jodidamente sexy.

—¿Quieres un café, bicho?—Preguntó con voz pastosa y yo no pude reprimir mi sonrisa.

—Me gustaría.

Él sin más se levantó de la cama y se estiró dejándome ver su maravilloso cuerpo. Sus oblicuos y su torso, eran realmente algo increíble de ver.

—Te ves perfecta con mi ropa, te queda de puta madre.—Sonrió y palmeó mi trasero de una forma nada suave.

Agresivo sexualmente y me gustaba.

¡Por Dios! Gustar queda corto, este me tiene babeando desde hace meses; lo amo con una intensidad que manda electricidad a mi cuerpo y hace bombardear mi corazón a mil por hora.

¿Te quedas conmigo? ©️ (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now