EXTRA V: Halloween. (I)

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Jace Jones.

—Brooke, Brooke no...

—¿Por qué no?—Me pregunta con enojo. Su mirada me hace temblar sin duda alguna. Seguimos en la cama así que me levanto para dirigirme al baño.

—Porque vendrán muchas personas a la casa, tendremos que recoger todo el desorden que dejen, y además, de verdad no me apetece hacer una fiesta.

Brooke rueda los ojos y se levanta de la cama. Mis ojos se desvían un momento por toda su anatomía. Lleva una bata roja de satín, el cabello suelto y su cara sin una gota de maquillaje, con el tiempo le han salido unas pequeñas pequitas que adoro mirar cuando se desmaquilla, está descalza y lleva las uñas de sus pies pintadas del mismo color de bata.

—Está bien.—Se resigna acercándose a mí.—Entonces vamos a una.

—Me parece mucho mejor esa idea.

Nos quedamos en silencio y su mirada me desploma unos segundos.

—¿Qué me ves?—Se cuadra con las manos en la cintura.

No digo nada y me acerco a ella a pasos lentos manteniendo la expectativa entre nuestros cuerpos. Brooke retrocede unos pasos hasta que su linda espalda choca con la pared.

—¿Por qué me miras así?

—¿Así cómo?

—Así como si quisieras comerme.

—¿No crees que eso es exactamente lo que quiero hacer?

Por inercia mis manos ya están en su cintura, la tela de su pijama es tan delgada que puedo sentir de forma perfecta su cuerpo.

—Tú eres tan...ush, no cambias.

Alzo las cejas.

—¿No cambio?

Me acerco a su cuello dejando besos húmedos en el, Brooke ladea su cabeza para mayor acceso.

—Sí...Te gusta ponerme nerviosa, intimidarme.—Sus palabras se cortan cuando chupo su vena latente con suavidad.

—¿Sí? ¿Qué más?

Levanto su bata hasta la altura de su cadera, mi lugar favorito en todo el mundo me da una bonita bienvenida. Brooke no duerme con ropa interior, cuando éramos novios si lo hacía, pero desde que nos casamos nunca duerme con ella.

—Abre la boca.—Le pido y ella me obedece mirándome a los ojos. Deslizo dos de mis dedos por su lengua y ella los chupa bañándolos de saliva. Cuando están los suficientemente lubricados, con mi rodilla le separo las piernas y mis dedos corren a su clítoris.

—¿Entonces no he cambiado?

Mi esposa tiene algo sexual que me encanta, cualquier toque que despierte excitación en ella la hará sonrojarse, entonces cuando me mira y muerde su labio niega sonrojada.

—No.

—Que mal....y yo que pensé ser buen hombre.

Meto un dedo en su cavidad y tengo que dejar caer mi cabeza hacia atrás debido a la placentera sensación de su interior apretado y caliente.

Logro meter dos dedos y mi pulgar acaricia su clítoris de forma circular. Brooke cierra los ojos, y abre la boca dejando caer con suavidad su cabeza en la pared. ¿Por qué esta mujer se ve preciosa hasta recibiendo un orgasmo?

Su placer es mi placer, mi pene está tan duro en este momento que podría hacerle competencia a una roca.

Brooke saca mi pantalón de pijama desesperadamente y toma mi erección entre sus manos.

¿Te quedas conmigo? ©️ (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now