V.*

31.9K 2.6K 531
                                    

CAPÍTULO CON (*) CAPÍTULO CORREGIDO.

Brooke Henderson.

—No.—Me niego delante de todos.

—Así es el juego hermanita, vas... Hacen lo que quiera y vuelven.—Mi hermano borracho chasquea su lengua.

—¿Tiene miedo?—Jace pregunta con su tono burlón.—Si no quiere ir, no hay problema.

Madre mía, como me irrita.

Se levanta del suelo y me tiende su mano para que me levante.

Tengo todas las miradas puestas en mi, y me odio por tomar su mano.

—Bien.—Bufo y tomo su mano.

—Diviértanse.—Musita Susan dándole un trago a su cerveza.

Suelto la mano de Jace de un tirón una vez que estuvimos solos en un pasillo oscuro.

—Debe ser aquí.—Jace abre la puerta de una habitación cualquiera, es blanca tenía un gran ventanal y una cama.

No podía evitar que mis manos tiemblen, y mis oídos zumben, estoy nerviosa.

Me quedo mirando fijamente a Jace, no despego la mirada de sus ojos ni por un segundo.

—¿Qué tanto mira?—Inquiere acercándose a mí a paso lento.—¿Le gusto?

—Me molesta, de hecho.

—¿Tiene miedo?—Pregunta de nuevo y su maldita sonrisa sigue ahí.

¿Es que nunca dejaba de sonreír? Me estresa mucho.

—No, además deja de sonreír tanto.—Me cruzo de brazos.

Él termina de acercarse a mí haciendo que mi espalda choque suavemente con la pared. Es mucho más alto que yo, por ende tengo que subir mi cabeza para no quitar mi mirada hacia sus ojos y no verme intimidada, aunque lo estuviese.

Él mira mis ojos, pero es una pequeña inspección de toda mi cara, mis labios, mi nariz, todo.

—¿Quieres besarme?—Susurro.—Estás muy cerca.

—Eres muy modesta.—Responde en el mismo tono que yo.—No todas tienen el privilegio de besarme.—Su aliento choca contra mi nariz.

—Corrección.—Levanto mi dedo creando espacio entre nosotros.—No todas queremos hacerlo.

—¿No?

—No.—Dejo caer mis brazos.

Él hace una mueca de tristeza falsa.—Es una pena... Porque hoy han venido a mí muchas más de las que podrías contar.

—Como si me importara.—Alzo una ceja aún mirándolo.

Él asiente varias veces y sonríe mostrando sus dientes...y vuelve acercarse a mí. Me cago en la puta madre.

¿No le molesta estar tan cerca de mí?

Y a mí no mucho, solo porque es con él me molesta.

—No tenemos que hacer nada que no quieras hacer.—Lleva su pulgar a mi labio inferior acariciándolo.

Respira.

Respira.

Respira.

—No querría hacer nada contigo, nunca de hecho.—Aclaro tratando de sacar los nervios.

—¿Segura?—Coloca suavemente sus manos en mi cadera pegándome a él.

—Lo estoy.—Respondo y mi voz sale fuerte y clara.

¿Te quedas conmigo? ©️ (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now