Raptada

Especial de aniversario.

Un villano con sentimientos.

¿Has pensado en cómo vas morir? ¿Cómo será tu funeral? ¿Quiénes llorarán y sufrirán por tu ausencia? Estas preguntas son las favoritas de Demon Mancini.

A sus siete años deseaba morir a mano de Hulk, su vengador favorito. Un pensamiento muy extraño para un niño de tan solo siete años. Pero su deseo por Hulk se extinguió cuando se dio cuenta que quería salvar al mundo de una bestia mutante.

El Demon de siete años no entendía por qué alguien querría salvar a los humanos, (los seres vivos más despreciables del planeta tierra), de una destrucción. Simplemente, no lo veía justo. Los seres humanos son ambiciosos, arrogantes y destructivos ¿Para qué salvarlos?

Demon estaba totalmente a favor de los villanos, ellos sí tenían un buen concepto de vida. Dejó de identificarse con Hulk y su verdadera inspiración comenzó a ser Loki, el Dios del engaño. Admiraba la forma en la que el Dios escondía sus emociones. Demon sufría demasiada a su edad de siete años y Loki le enseñó a cubrir sus problemas a punta de mentiras.

Esta fue la primera manifestación de una enfermedad mental, la cual se convertiría en la condena perpetua de Demon.

A los trece años tenía claro que iba a morir a manos de algún traficante de drogas, puesto que se había convertido en un consumidor constante y su vida se prestaba para la clandestinidad. Era inevitable su destino. Su familia siempre fue parte de la mafia italiana y desde niño había sido preparado para vivir de por vida en este mundo. Pero, a sus veinte años conoce a Violetta Ferrec, una hermosa chica pelirroja, dueña de la mafia más poderosa de Francia, la cual él desea destruir.

Demon confirmó que Loki no lo iba a matar y que tampoco perdería la vida por culpa de un traficante. Al enamorarse de Violetta, se da cuenta que realmente va morir por amor ¿Pero qué es morir por amor? Es abrumador analizar la respuesta acertada a esta interrogante, pero puedo asegurarte que Demon estaba consciente que no iba a dar su vida por ella.

Él dio todo por Violetta. Fue una relación intensa durante seis meses, hasta que Demon decide revelar su mayor sentimiento.

- Te amo, Violetta – dijo, entregando su corazón.

- Demon, yo... – ella lo mira a los ojos, sabiendo que no siente ni el mínimo aprecio hacia él. Ella no lo ama, su corazón le pertenece a otra persona, pero Demon no lo sabe. Él todavía no sabe que ella le ha sido infiel.

- ¿Qué pasa? – la observa con los nervios a flor de piel – ¿Por qué no respondes? – una parte de él sabe que ella no le va a corresponder, anticipando el dolor del rechazo.

- Lo lamento, Demon – Violetta coloca una mano en su hombro, intentando apaciguar su dolor –. Quisiera amarte, pero realmente no puedo.

- ¿No puedes o no quieres? – se acerca a ella, arrinconándola, cediendo al deseo de maltratarla por herirlo

- No quiero ni puedo, Demon – la voz de Violetta sale con bastante fuerza –. No somos compatibles.

- ¿Qué mierda dices? – se ríe de un chiste inexistente. Su mente comienza a despellejar su cordura. Avanza hacia ella, demostrando su verdadero ser.

Las lágrimas se deslizan por las mejillas de Demon, demostrando su falta de control. Lo único que cruza por su mente es el deseo de hacerla sentir el dolor que está sintiendo. Ella retrocede de su mirada lobuna, pero él es más rápido y la toma de sus brazos con fuerza.

- Por supuesto que me amas – gruñe, sucumbiendo a su lado más primitivo – ¡Deja de jugar conmigo! – la golpea, rompiéndole el labio.