Capítulo 29. "¿Sabes qué quiero?"

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¡Sorpresa!

Un día más, un día menos ¿Cuál es la diferencia?

El capítulo es largo, están advertidos. 

+18.


Diciembre 16 del 2018.

Dos días para el rescate.

Cassey.

Acomodo mi cabeza en la almohada que está debajo de mí, me abrazo más a ella – ¿Qué pasó? –. Abro mis ojos y la distorsión me golpea, extiendo mi mano hacia la mesita de noche, frunzo el ceño cuando no llego, solo siento sábanas debajo de mi mano. Mi almohada se mueve un poco. Me siento de golpe cuando descubro que no se movía, se reía.

¿Qué?

Froto mis ojos y concentro mi vista en lo que era mi almohada.

Damián pasa los brazos por detrás de su cabeza. Me sonríe tiernamente, no lleva camiseta y la sábana cubre casi todo su cuerpo, – él era mi almohada – bajo la mirada, me asombro cuando veo que solamente llevo puesto mi pantie y una camiseta de él.

- ¿Qué pasó? – pregunto con la garganta un poco seca.

Damián se sienta, se recuesta en el cabezal de la cama, distingo que alcanza la mesita de noche, luego extiende su mano hacia mí y veo mis lentes, los tomo, me los coloco, – ahora todo tiene forma – sonrío en señal de agradecimiento y él también lo hace.

- Te desmayaste – dice con su voz ronca.

Y me afecta, una corriente de vibraciones viaja por todo mi cuerpo despertándome.

- ¿Me desmayé? – pregunto confundida.

- Sí, – exhala – casi me matas de un susto – riñe –. No teníamos alcohol a la mano, ni nada parecido. Rico tomó tus signos vitales y estabas bien, así que decidí dejarte dormir, – se estira un poco – le di la autorización a Rico para que te sacara una muestra de sangre, para poder descartar alguna enfermedad.

Lo observo en silencio algo preocupada, me desmayé, eso es un hecho. Pero, ¿Por qué? No es normal ir por ahí y desmayarse sin razón o motivo alguno, no quiero otra enfermedad, además llevo un mes sobria, eso debe servir de algo.

¿Cierto?

- Ven – abre sus brazos y yo me acerco –. No te preocupes, en unos días veremos qué dicen los exámenes. Por cierto, me llegó un correo de los otros.

Los que me hice con el doctor Spellman.

- ¿Si? – me recuesto en su hombro – Quiero verlos.

- Seguro – toma su teléfono. No se preocupa en ocultar su contraseña y tampoco los datos de su correo.

Frunzo un poco el ceño. Él en serio confía en mí. Nunca me mantuvo cautiva como tal, me llevó al oftalmólogo y no vendó mis ojos. Luego de un tiempo, mi libertad en la casa se amplió, de tal manera que tenía acceso a cualquier habitación, hasta tengo una propia. Sinceramente, me hace algo de ruido su confianza.

- ¿Por qué confías tanto en mí? – suelto realmente interesada.

Damián se tensa y traga grueso, lo cual despierta más interés dentro de mí.

- No lo sé – responde al cabo de unos segundos –. Leíste mi expediente, soy un obsesivo compulsivo, – remoja sus labios, parece nervioso –, y realmente tengo una obsesión contigo, gatita – ¿Está mal si digo que mi corazón se acelera por escuchar esas palabras? –. Estoy controlado, obviamente. Aunque mi doctor no confía mucho en mí – sonríe de lado –. Es difícil de explicar, creo que nunca entenderías lo que se siente tener una obsesión – susurra algo bajo.

RaptadaWhere stories live. Discover now