Capítulo 7."Soy Bella, novia de Marco"

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(Editado)

Noviembre 11 de 2018.

Cassey.

Es difícil ser adicto a algo. Un día estás normal y al siguiente dependes de una droga para vivir tranquilamente. Tengo una leve idea de cuándo inició mi problema de drogadicción, justo cuando tuve las agallas para escaparme a mi primera fiesta clandestina.

El problema se centra en que soy consciente de la dependencia que tengo hacia las sustancias psicoactivas, pero no tengo ganas de dejarlas de lado ¿Existe algo peor que un drogadicto consciente de su adicción? No lo sé, pero esa etapa de negación y lástima ya la quemé y me importan poco las consecuencias que debo asumir.

Nathan dice que necesito más amor propio, yo digo que la vida se vive una sola vez y no pienso desperdiciarla en tratamientos y terapias.

Inicié con la marihuana, la dependencia fue de inmediato, de hecho, el tiempo más largo que he pasado sin consumirla, han sido estos cinco días de secuestro. Luego, me arriesgué con la cocaína, no me atrae mucho, pero acostumbré a mi cuerpo a consumir una dosis cada tres días. A mis diecisiete años me arriesgué por sustancias más fuertes, esas que te hacen ver cebras como la que veía Candace en Phineas y Pherb, aquí está el peso de mi error. Las drogas pueden dejar consecuencias graves en los seres humanos, soy consciente de ello. No voy a negar que amo el efecto que causa el LSD, pero por el mismo deseo de sentirlo, fui víctima de sus consecuencias. Mi sistema cardiovascular valió madres después de tener una sobredosis, es la primera y la única que he tenido, pero con el historial de antecedentes tóxicos que maneja mi cuerpo, la situación terminó en un colapso. Desarrollé una enfermedad en la sangre que tiene la oportunidad de causar hemorragias hasta en las lesiones más simples.

Quizás esto sea una señal divina de que debo entrar en algún tipo de grupo de ayuda, pero realmente lo veo como una segunda oportunidad para seguir viviendo al máximo. Así que no, por ahora no pienso soltar las sustancias que ayudan a borrar los recuerdos que atormentan mi mente.

Consigo equilibrio para poder bañarme con una mano, estando altamente dopada. Rico aplicó muchos medicamentos para el dolor y la sensación de tranquilidad y felicidad es similar a cuando inhalo un pase de cocaína. Lo bueno de esto es que no siento dolor en mi cuerpo, pero apuesto una hebra de cabello que mañana me dolerá como si un camión me hubiese pasado por encima.

Jesús ten piedad de mí.

Mi mente comienza a disparar posibilidades de escape, pero el cansancio me hace ignorar las estrategias que surgen en mi cerebro. Un paso a la vez, Cassey. Ciertamente, debo salir de este lugar, pero no puedo actuar bajo los efectos de los calmantes. La opción más sensata es esperar unas cuantas horas, antes de ejecutar cualquier plan.

Apago la ducha y me envuelvo en una toalla, observo mi cuerpo borroso en el espejo, sonrío un poco dándome ánimos. He visto mi cuerpo en peor estado, esto no es nada comparado con los entrenamientos y pruebas que he sufrido. Además, me alegra no poder enfocar las zonas maltratadas, sufrir de miopía e hipermetropía tiene sus ventajas.

Con la sonrisa en mi rostro, me acerco al vidrio del espejo, detallando mis ojos verdes.

- Que linda eres, Cass – me guiño un ojo, besando mi autoestima.

Tomo el cepillo de dientes que está en el vaso, espero y el dueño no tenga alguna especie de enfermedad venérea, pensándolo bien ¿De quién es este baño? Todo el cuarto tiene productos de hombre ¿Serán de Rico? Encojo mis hombros, restándole importancia. Lavo mi boca por media hora, asegurándome de que salga toda la mugre de mi cavidad bucal.

RaptadaWhere stories live. Discover now