Capítulo 26. "Debemos hacer un rescate"

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Diciembre 13 del 2018.

Cassey.

- Giordano mayor, cinco – Marco ajusta sus gafas falsas en el puente de su nariz, mientras lee las notas de nuestros exámenes.

- ¡¿Cinco?! – se levanta del pupitre exaltado.

- Cuatro, por gritar y levantarse sin permiso – sonríe de lado, Marco toma en serio su papel de ser profesor –. Si no quiere un tres, siéntese, Giordano – Rico toma asiento refunfuñando.

- Ferrec, ocho – Violetta le lanza un beso a Rico, sube los pies en la mesa, mientras pasa sus brazos alrededor de su cabeza.

- Brown, seis – mira sobre sus gafas, observando molesto a Annie.

- ¿Qué? – pregunta con el ceño fruncido – Te recuerdo que tuvimos muchos inconvenientes.

- Menos uno, Brown. Debe hablarme con respeto – saca una pluma de su bolsillo para tachar la hoja.

- ¡¿Qué?! – Annie bufa – Imbécil – susurra volteando los ojos.

- Giordano menor, tres – Ian forma una O con su boca, Rico estalla en una carcajada.

Esto es muy divertido.

- Cállate, Rico – gruñe Ian, levanta la mano para poder hablar –. Exijo otro profesor.

- Menos uno, Giordano – Marco tacha el examen, y esta vez es Damián el que se ríe.

- Tremblay, dos – Damián se calla de golpe, observa a Marco molesto, Ian estalla en una carcajada y Rico se le une.

- ¿Qué está mal contigo, Marco?

- Profesor Marco – corrige –. Ustedes tres, menos uno.

- ¡¿Qué?! – Rico se vuelve a levantar, Violetta ríe con una mano en su boca mientras toma el brazo de su novio.

- Cállate, Rico – dice, haciendo que se siente.

- Jones, siete – camina delante de mí, deteniéndose en el pupitre de Bella – Vasíliev, diez – sonríe de lado inclinándose un poco sobre ella, deja la hoja en su pupitre y le guiña un ojo. Será cabrón.

- Oye, eso no es justo – reclamo –. Te estás tirando a una alumna.

- Menos cinco, Jones – se endereza dándome la espalda, camina hacia el escritorio.

- ¡¿Qué?! – me levanto del pupitre – Exijo otro profesor – cruzo mis brazos.

- No hay otro, tampoco te saldrás de la clase, así que siéntate – me reta.

Jodido imbécil.

Una mano toma mi brazo jalándome hacia el pupitre. Damián me sonríe de lado, luego se inclina hacia mí.

- Déjalo, – susurra – le encanta ser profesor y jodernos a todos.

Asiento molesta.

- El grupito de atrás, por favor. Las parejas fuera del salón de clases – Marco aplaude llamándonos la atención, ruedo los ojos.

- Bien, – exhala con una sonrisa – el robo estará en pausa por unos días. La realidad es, que todos salieron bien – Ian y Rico se encargan de silbar y celebrar la confesión de Marco –. Saben los pisos, programas y horarios, eso es perfecto, pero, no muy necesario – se sienta encima de la mesa –. Por ahora, según mis superiores, debemos concentrarnos en un rescate.

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