(CORRIGIENDO)
La mafia es un mundo oscuro, donde nadie quiere entrar, pero todos lo desean gobernar. Aquí cosechas enemigos y te quitan a tus seres más queridos. La mafia es un problema, el cual muchos desean. De aquí nadie escapa, al menos que te...
- Es una larga historia, Cass – ríe –. No te imaginas lo difícil que fue encontrarlos, literalmente, era como si se los hubiese tragado la tierra.
- Vámonos, – interrumpo – en el camino me cuentas.
Salimos de la habitación, trotamos por el pasillo bajando las escaleras. Estamos por llegar al centro de la bóveda, cuando una alarma se enciende, penetrando mis oídos.
- ¡¿Qué es eso?! – grito sobre el sonido tapando mis oídos.
- ¡Nos han descubierto! – Nathan toma mi brazo, comienza a correr por las instalaciones, arrastrándome por el pasillo, llevo una mano a mi comunicador y es un desastre.
¿En qué momento lo desconecté?
- ¡Corran por sus putas vidas! – distingo la voz de Ian – ¡Nos han descubierto! ¡Repito, nos han descubierto!
Los disparos se escuchan en toda la bóveda, pero vienen del segundo piso – joder –. Nathan aumenta la velocidad, fuertes pisadas se escuchan detrás de nosotros. Desvío un momento la mirada hacia atrás, automáticamente me arrojo sobre mi hermano.
- ¡Cuidado! – grito antes de que la masacre se extienda sobre nosotros.
El calor roza mi cabeza rápidamente, volteo para ver a Adam, me sorprendo al verlo luchando contra el demente atacante – ¡¿Qué diablos estaba pensando al utilizar ese lanzallamas?! – Me levanto de un salto, saco un cuchillo de mis pechos. Rápidamente lo clavo en el tanque de gasolina que tiene el lanzallamas, el gorila demente me observa furioso, y no soy capaz de esquivar el puñetazo que entierra en mi mandíbula, rompiéndome la boca.
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Oh, por favor.
Llevo una mano a mi boca y la sangre comienza a salir como una cascada de mi cavidad bucal, escupo una cantidad preocupante de sangre al suelo. Ajusto mis lentes aturdida. Siento unas manos tomar mi cuello, Nathan comienza a chequear mi herida, separo un poco mis labios soportando el dolor. Ágilmente Adam se encarga del gorila.
- Mierda, Cass – habla fuerte –. Te ha sacado un diente – quito mi rostro de sus manos y escupo otra cantidad alarmante de sangre.
- ¿Estás bien? – Adam intenta tomar mi cara, pero lo esquivo, niego con la cabeza y camino hacia las escaleras, escucho sus pasos detrás de mí.
Mi mandíbula palpita fuertemente provocando un dolor en toda mi cabeza, escucho gritos en el intercomunicador. Todo comienza a distorsionarse lentamente – mierda –. Llevo una mano a mi boca intentando detener el flujo de sangre que comienza a correr por mi cuello.
Maldita sea.
Debo tener una puta hemorragia.
Bajamos dos pisos llegando al centro de la fiesta. Logro ver como Bella le propina un rodillazo a uno de los gorilas, ella me capta fijando su mirada en mí, trota hacia donde estoy, se asusta al ver la sangre.
