Capítulo 4. "Eres mía, gatita"

14.6K 1.3K 780
                                    

(Editado) 

Noviembre 4 del 2018.

Cassey.

Carajo.

- ¡No debiste traer a esa chica, Damián!

- ¡Ya lo hice! Es mía.

¿Qué mierda está pasando?

Siento mi cuerpo demasiado pesado, mi cabeza da vueltas y las estúpidas voces solo logran aturdirme más.

- ¡Por el amor a Cristo! ¡Damián! ¡Tienes TPA! ¡Recuerda que no estás bien, debes razonar!

- ¡¿Y eso qué, papá?! Ya no soy un niño, por Dios. Culpas a mis condiciones de todos mis errores.

- ¡No puedes raptarla, nos traerá problemas!

- Es mía y punto.

Intento llevar las manos a mis oídos para dejar de escucharlos, pero algo las retiene. Abro los ojos desorientada, mi vista es un asco, puedo asegurar que está mucho peor que hace unos días. Todos los colores que percibo se mezclan entre sí, creando una mancha colorida. Literalmente, no veo una mierda. Cierro los ojos cansada. Algo pincha mi brazo y vuelvo a perder la consciencia.

______________________________________________________________________________

Noviembre 5 del 2018.

Demonios.

¿Qué pasó?

Poco a poco mis sentidos se van despertando. Lo primero que percibo es el olor a moho y humedad, lo cual me provoca una arcada. Despertarse de esta manera es desagradable.

- ¿Vas a vomitar? – preguntan.

Me obligo a inhalar y exhalar profundamente. Intento mover mis brazos, pero están atados. Abro mis ojos desorientada, logro ver mis piernas atadas en los bordes de una silla – genial –. Observo la habitación, escaneando los detalles que puedo distinguir. Las paredes son de puro ladrillo, los cuales están cubiertos con una capa de hongo, es realmente pequeña y está bastante sucia. Paseo mi vista por toda la habitación, hasta que encuentro unos ojos azules.

- ¿Cómo estás? – me sonríe apenado.

- ¿Qué haces aquí? – pregunto, distinguiéndolo.

- Tranquila – levanta las manos –. No supe de tu secuestro hasta que te vi atada en el avión.

- ¿Qué quieren de mí?

- Realmente, no lo sé – rasca su barbilla –. Damián simplemente te raptó.

- ¿Dominic Tremblay no tiene nada que ver? – levanto una ceja, guardando mi sorpresa.

- ¿Conoces a Dominic? – pregunta desconcertado.

Bingo, tengo una ventaja.

- ¿Qué es lo que quieres de mí, Marco? – insisto molesta, cambiando el tema.

- Ya te lo he dicho – se levanta de la silla –. Te traerán comida en unos minutos – camina hacia la única puerta del salón, es de metal y parece estar oxidada.

- ¡Espera! – exclamo – Dijiste que estaba atada en un avión ¿A qué te referías con eso? ¿Dónde estamos? – pregunto. Marco me sonríe divertido.

- Larga vida a la reina – hace una reverencia –. Bienvenida a Inglaterra, cariño – suelta antes de irse.

¡¿Inglaterra?!

RaptadaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin