Capítulo 15. "Jase Miller"

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(Editado)

Noviembre 22 del 2018.

Cassey.

Créeme, esta chica te daría una paliza hasta dejarte en coma, imbécil – interviene Damián, colocándome a su lado –. Por lo que veo se conocen y eso crea un serio problema aquí, doctor Spellman – habla mirando a Jase.

- ¿Que sé que fue secuestrada hace semanas y todo el jodido mundo la está buscando? – sonríe Jase – Sí, ahora sé su ubicación y si no quieres que hable, me darás algo a cambio.

- No – respondo –, jodido no – miro a Damián frustrada –. Me caes bien – confieso - y este chico no es de confiar – Damián me observa en silencio. Él asiente, confiando en mi palabra.

Prefiero quedarme con los Tremblay que aceptar algún favor de Jase Miller.

Así de imbécil es.

- Doctor, proceda con los exámenes – habla Damián, dándome un pequeño empujón para caminar hacia la camilla –, y tú no te muevas – señala al imbécil.

El doctor inserta una aguja en mi brazo sin volver a hablar. Extraen dos tubos de sangre y en menos de dos minutos todo está listo. El doctor nos observa a todos antes de tomar el teléfono local. Damián le apunta con su pistola, mientras él habla con una enfermera. Cuelga después de diez y sólo pasa un minuto cuando la enfermera entra a la habitación. Damián guarda su arma sutilmente sin que ella se dé cuenta. La chica toma las muestras y se va sin despedirse.

- Si algo extraño sucede con la sangre de mi chica, considérese muerto, Spellman – mi masoquista corazón da un salto al escuchar el pronombre posesivo –. Quiero los resultados por correo, no vendré para acá con alguien sabiendo mi identidad, usted Doc, ya está amenazado y el imbécil del castaño también ¿Quieren morir? Entonces delátenme – Damián toma mi mano, caminamos hacia la salida, choca con el hombro de Jase a propósito y salimos del consultorio. Mis brazos se relajan y suelto aire.

Subimos al ascensor y esperamos que cierren las puertas.

- ¡Hey, Cass! – grita Jase, acercándose al ascensor – ¡Me saludas a An! – las puertas se cierran impidiéndome responder.

- ¡Cabrón! – murmuro molesta. Golpeo la pared del ascenso fuertemente, sobresaltando a Damián.

- Cuidado – toma mis manos y yo intento zafarme

Estoy furiosa.

Seguimos forcejeando hasta que el ascensor se detiene. Salgo de ahí hecha una furia con Damián pisándome los talones. Extiendo mi mano hacia él.

- Llaves – pido. Impresionantemente, Damián me da las llaves del coche sin preguntar.

Me subo de piloto y enciendo el motor, Damián se trepa al asiento de copiloto y sin más acelero. Corro en el vehículo, intentando liberar tensión. Esto es grave, muy grave. Jase Miller está libre y sabe mi ubicación, ese pequeño cabrón siempre está metido en todos lados.

- ¿Tienes algo más fuerte que un cigarro? – pregunto, presionando mis manos en el volante.

- Solo cigarros – veo por el rabillo del ojo cómo saca una caja y enciende dos para luego pasarme uno. Lo tomo y doy una larga colada.

Mi piel se eriza ante la sensación que tanto había extrañado. La sensación del tabaco impregna mis pulmones. Aunque la sensación sea satisfactoria, no es suficiente para relajar mis músculos tensos y lo único que provoca es la necesidad de consumir algo más fuerte.

- ¿Puedes llamar a alguno de los chicos y decirles que me comuniquen con Annie? – Me asombro cuando Damián lo hace sin chistar.

- Cass quiere hablar con Annie – habla por teléfono –. No lo sé, sólo sé que está cabreada – suspira –. Bien – me tiende el celular. Lo tomo, colocándolo en altavoz.

Aumento la velocidad pasando los 120km/h

- ¿Nena? – habla Annie – ¿Qué pasa? Ian dijo que estás molesta.

- Vi a Jase – suelto, presionando las manos en el volante –, te juro que quiero matarlo.

- ¡¿Qué?! – se espanta – ¡Que has visto a Jase! ¡Madre mía!

- ¿Sabías que estaba en Inglaterra? – pregunto, mordiendo mi labio.

- ¡No, joder no! – se desespera – ¡Mierda, Cass! ¿Te vió con Damián?

- ¡Sí! – exclamo – Ese jodido imbécil, estoy a punto de dar la vuelta y matarlo – gruño molesta –. Jodida mierda, An, debiste dejar que lo hundiera hace años.

- Se supone que estaba preso.

- ¡Pues preso no está, Annie! – golpeo el volante – ¡El jodido imbécil de tu ex novio está libre en Inglaterra, me vió con el idiota de Damián y por el amor a Dios, esto es grave! – grito furiosa, mi respiración se descontrola un poco y siento como un sollozo en la otra línea, mierda.

- Ten-go m-i-e-d-o – murmura, haciéndome bajar la guardia.

Lo que menos quiero es que Annie sufra por esto, pero joder, ambas sabemos lo malo que es esto.

- Nena... – suspiro cansada – cálmate, él no te hará nada. Sobre mi cadáver te vuelve a tocar un cabello, así que respira – incito –. Nos vemos allá – cuelgo.

El silencio se apodera del coche y comienzo a bajar la velocidad.

Cuando el portón de la mansión se abre me tenso.

Salí con Damián y no hizo nada por cubrir el paseo, me dejó conducir y me sé la dirección de la mansión. Él de alguna manera confía en mí. Volteo a verlo sin entenderlo, su mirada está fija en el teléfono y no puedo dejar de pensar que en ningún momento pensé en escapar.

¿Cómo van?

¿Qué tal la cuarentena?

¿Vieron la casa de papel?

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-Littlerdxx.

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Editado. 2021

K. 

RaptadaWhere stories live. Discover now