Raptada

Capítulo 6."Respuesta incorrecta, hermosa"

(Editado)

Noviembre 11 de 2018.

Cassey.

Joder.

Una presión dolorosa se instala en mi frente, abro los ojos y pequeños destellos blancos invaden mi visión. Una corriente de dolor en mis brazos me molesta; tengo los brazos extendidos sobre mi cabeza, amarrados en un tubo con cadenas de metal, mis piernas cuelgan sin tocar piso, haciéndome más pesada.

La he liado.

- Hasta que despiertas – dice alguien en frente de mí. Las luces siguen apareciendo, impidiéndome ver – ¿Qué? ¿No me ves? – escucho ahora a mi izquierda, es Dominic.

- No necesito verte para saber quién eres – respondo ronca. Mi garganta se siente seca, joder.

- ¿Sabes por qué estás aquí? – pregunta tranquilo. Mala señal.

- ¿Porque descubriste que mi padre te metió preso? – respondo, tentando mi suerte.

Dominic ríe despreocupado.

- Tu padre me ha hecho la vida imposible por años – dice rencoroso, robándome una sonrisa.

- Parece que no eres el único – comento. Logro distinguir una mueca en su rostro, pero no cuál.

- ¡Hombres! – exclama. Distingo el sonido de una puerta deslizándose y varias pisadas apresuradas – Siéntenla en la silla.

Dos hombres toman mi magullado cuerpo y bajan las cadenas, sin ningún tipo de cuidado me atan a una silla con correas de cuero.

- Esta será la dinámica, hermosa – coloca sus manos en mis piernas y acerca su rostro al mío, dándome la oportunidad de verlo –. Te haré preguntas y por cada respuesta incorrecta, esta silla te dará una descarga de 180 voltios – mi frente comienza a sudar. Me han enseñado a resistir torturas –. Comencemos.

Trago grueso cuando se aleja de mí y pierdo la vista de su rostro.

Santa mierda.

- ¿Qué sabe tu papá de nosotros? – pregunta, colocándose en frente de mí.

- No lo sé – respondo sincera. Un grito sale de mi garganta al sentir fuertes descargas en todo mi cuerpo, tiemblo adolorida hasta que se detiene – ¡¿Y eso por qué fue, animal?! – grito furiosa.

- Respuesta incorrecta, hermosa – dice divertido.

- ¡Mierda, te estoy diciendo la puta verdad, joder! – será imbécil. Siento gotas de sudor recorrer mi espalda y brazos, mi respiración no logra regularse y esto es una jodida mierda.

- ¿Cuántos corruptos hay en el FBI?

- ¿Qué voy a saber yo? – respondo molesta – Quizás unos diez – cierro mis ojos esperando la descarga, pero no llega.

- ¿Sabes si hay algún almacén de armas?

- Sí.

- ¿Dónde?

- Es complicado de explicar – trago grueso. Una corriente dolorosa me roba el aliento y provoca sacudidas en mi cuerpo – ¡Joder, cabrón!

- ¿Dónde? – insiste.

- Al lado de la cancha de entrenamiento – respondo sin aire.

- ¿Dónde vives? – esa pregunta me alarma, no porque me importe mi padre, él es un imbécil, pero mi madre no merece pasar por estas cosas. Sé que ella ignora la realidad en la que vivimos, pero no puedo entregar la dirección de mi casa, sabiendo que hay una posibilidad de que ella salga lastimada.