Capítulo 1. "Sí, soy un desastre"

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(Editado)

Noviembre 2 de 2018

Cassey.

Jodida resaca.

Sin poder evitarlo un gruñido escapa de mi boca seca y siento mi garganta rasposa. Tanteo la mesa de noche, buscando mis lentes, pero fallo en el intento. Abro los ojos y automáticamente los vuelvo a cerrar, la luz empeora mi dolor de cabeza. Con un poco más de cuidado abro mis párpados y lentamente me acostumbro a la claridad.

Observo mi habitación borrosa, tengo un poco de miopía, puedo distinguir absolutamente todo, claro, si con distinguir nos referimos a manchas abstractas que toman forman delante de mí. Solo procuren no colocarme a leer o intentar ver la televisión sin lentes. Me siento en la cama con pereza y escaneo mi ropa. Llevo puesto mi outfit de fiesta. Asco.

Tomo impulso y me levanto tambaleándome. Saco de mi closet un simple short de mezclilla junto con un suéter gigante y me encierro en el baño. Entro a la ducha, lavo mi cabello y me aseguro de quitar el inmundo olor del cigarro y la marihuana.

Sí, soy un desastre.

Al terminar, me envuelvo en una toalla y termino de hacer mi rutina de limpieza. Aplico cremas en mi cuerpo, seré rebelde, pero soy fresa. Cepillo mis dientes, desenredo mi cabello, me visto, tomo mis zapatillas y salgo del baño.

Con la vista borrosa, bajo lentamente las escaleras, entro a la cocina y tomo un par de pastillas que espero y sean aspirinas. Sin los lentes no puedo distinguir la etiqueta de los productos, así que dejo todo en manos de Dios. Con suerte logro preparar un emparedado y luego me siento en el comedor.

Necesito mis lentes.

La casa está vacía, no se escucha ni el ruido de una mosca. Mamá seguro está con algún cliente en su buffet, papá debe estar en la oficina y Nathan seguro está con alguna chica. Aunque no lo sé, quizás esté en clases.

Mi familia es pequeña, papá, mamá y dos niños. Es pequeña, pero es un asco. Padres ausentes, papá abusivo y hermano ausente. Aunque mi relación con Nathan es peculiar, somos distantes, pero unidos cuando es necesario. Mi familia no siempre ha sido así, hubo un tiempo donde mi padre era amable, pero hace más de ocho años que se convirtió en un monstruo abusivo. En público somos un modelo de familia, pero en privado es un infierno. 

Si mal no recuerdo hoy es viernes, así que mañana es la fiesta de reconocimiento de papá. Capturó a un mafioso importante de Europa, el FBI no suele prestar servicios para procedimientos de captura de mafiosos, pero mi padre dio con él por suerte. Tinkerbell roció polvo de hadas sobre mi papá, porque conseguir a un mafioso por mera coincidencia es casi imposible. Los de la interpol decidieron otorgarle un reconocimiento a mi padre por su colaboración en el caso, aunque por lo que escuché no tienen pruebas suficientes para retener al mafioso.

Espero y se escape para que mi padre quede como el idiota que es.

Limpio lo que ensucié y subo a mi habitación para buscar mis lentes, pero no los consigo, joder. Tomo mi teléfono y lo enciendo, logro distinguir varias llamadas perdidas, pero ve tú a saber quién coño ha sido, no leo casi nada. Aunque realmente es porque no quiero, porque si me esfuerzo logro enfocar de cerca con mi ojo miope. Me concentro en la pantalla del celular y consigo marcar un número. 

Annie Solecito.

¿Cómo vas, guapa? – responde mi mejor amiga.

- Horrible – gruño –. Me duele la cabeza, siento el cuerpo pesado y he perdido mis lentes.

RaptadaWhere stories live. Discover now