Capítulo 46."Perdón"

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Enero 1 del 2019.

Damián.

Mi infancia fue una de las peores etapas de mi vida.

Nací con el trastorno de bipolaridad, un caso peculiar pero existente. Fui tratado desde el momento en el que pronuncié una palabra correctamente. Viví episodios depresivos por un largo tiempo, fui un niño triste y con instintos suicidas.

Lo peor fue entrar al colegio padeciendo de un trastorno mental, lo cual desencadenó una serie de problemas colaterales, que fueron diagnosticados como un método de defensa ante tanto rechazo y abusos verbales a causa de mis compañeros.

Sólo tuve un amigo real hasta mis trece años.

Demon Mancini fue mi mejor amigo hasta alcanzar la pre-adolescencia. La ausencia y negligencia de mi tía Dinora, su madre, fue la razón por la que nos juntaban todo el tiempo. Yo presenté señales de bipolaridad desde que comencé a crecer y forjar una actitud, pero Demon no lo hizo. Él creció en un infierno personal, destruyendo su mente cada año que pasaba, sin recibir ningún medio de ayuda.

Dinora Tremblay fue una maldición para la familia, nunca quiso recibir tratamiento y negó cumplir cualquier ejercicio terapéutico impuesto por especialistas. Nunca tomó ayuda médica ni psicológica. Sólo cuando sus problemas llegaron a un punto extremo, se logró hacer un trámite legal en contra de su persona y salud mental. Pero el daño ya estaba hecho, Demon y Draco crecieron en el peor ambiente para un niño. Lamentablemente, la genética golpeó a Demon de la peor manera, haciéndolo heredar varias características de su madre y repitiendo su historia.

Demon estuvo ahí y me sostuvo cuando lloré por culpa de mis pensamientos destructivos. Me ayudó a hacer las terapias y ejercicios de recreación personal, compartió conmigo los peores momentos de mi vida. Y en ningún momento supe que él estaba enjaulado en su propio infierno mental. Él estuvo para mí y yo nunca estuve para él. Incluso cuando sufrí una recaída a mis quince años y nuestra relación ya no era la misma, él me visitó en el psiquiátrico. Nunca atentó contra mi vida hasta que cumplí los veinte y decidí brindar mi seguridad y apoyo a Rico Giordano.

Mi primo nunca estuvo bien de sus facultades mentales, siempre presentó problemas alarmantes, pero nos dimos cuenta tarde del peligro que era para la sociedad. Una persona tan delicada como él nunca debió enfrentar el mundo de la mafia sin una ayuda estable como lo hice yo. Sus vicios llegaron a tocar lo repugnante y ya no había nada que hacer para contenerlo.

Los Mancini y Tremblay no pueden entrar en guerra, son dos familias grandes con demasiados enemigos en común. Una guerra entre ambos sería una guerra entre todos, nuestros enemigos pueden aprovechar la oportunidad para acabar con ambos en nuestro momento más débil.

Mi padre decidió respetar a la familia Mancini, siempre y cuando ellos respeten la nuestra. Está totalmente prohibido que un Mancini le quite la vida a un Tremblay y viceversa. Si llega a suceder, las autoridades principales de cada mafia decidirán qué hacer con los involucrados.

Así que nuestras manos están atadas por un pacto de sangre que se hizo hace años en nombre de mi tía y los problemas causados.

Así volvemos al presente y la enfermiza relación que tiene Demon con Violetta. Sé que son ex, pero Demon perdió absolutamente la cordura, convirtiéndose en una escoria humana. Desde hace años que los Ferrec y los Mancini están en guerra, pero esto llegó a tal punto de descontrol que Demon tuvo que desaparecer por tres años para que Antoine no consiguiera quitarle la vida a punta de balas.

Esto lo empeora todo.

No puedo controlar la ira de Antoine Ferrec ni la de Rico Giordano. Ninguno de los dos puede atreverse a quitarle la vida a mi primo porque tienen una asociación y conexión familiar con nosotros, lo cual eventualmente nos extendería la culpa y Máximo Mancini, padre de Demon y líder de la mafia Mancini, no es un hombre racional.

RaptadaWhere stories live. Discover now