Capítulo 22 | Límites

2.5K 128 420
                                    

Límites

Collet

No veo ni me encuentro a Hanniel durante los demás días que pasan, ni durante la entrada a la universidad ni en la salida. Por un lado agradezco no verlo pero por otra lo necesito para pedir mis pertenencias.

Asisto a la academia angustiada cada vez más sin saber que haré, no tengo dinero y mi única opción sería trabajar pero ni tanto tiempo tengo para un buen sueldo. Paso noches llorando esperando que al volver papá me diga que solo ha sido para que me asuste y que si me seguirá apoyando.

Trato de ignorar las miradas y acercamientos de Fernán cuando practicamos mucho.

—Has mejorado increíblemente —halaga secándose el sudor que lo hace ver tan atractivo.

Todas los ven y se lo comen completo con los ojos.

—Gracias pero aún me falta mucho.

—Eso no importa, a como venías es un gran avance.

Sonrío recordándome de las veces que me caía y que no lograba algo.

Me doy la vuelta yendo a mi casillero cuando todas se van a las regaderas y mis sentidos se activan con el detrás de mí, sé que me está viendo y es tan difícil no afectarse por eso.

Me quedo quieta cuando su brazo pasa a un lado de mi cabeza alcanzando un pachón en una estantería al lado de donde estoy. Siento su presencia muy cerca de mí y su loción es deleitánte, otra mano en mi cintura me da una sensación rara.

—¿Cuándo vamos a terminar lo que empezamos hace meses? —me dice en susurro al oido y los pelos de me ponen de punta.

Trago saliva y recuerdo cómo me dejó el único día que me ha tocado, pero me odio cuando alguien con ojos grises viene a mi mente. Sin embargo Fernán es capaz de hacerme olvidar completamente.

—No lo sé —digo apenas y giro un poquito mi cabeza para verlo de soslayo detrás de mí— usted nunca está disponible.

¡Por todos los santos! No sé ni cómo logro artícular palabra y más cuando pega su cadera a mi culo y siento un bulto que ya sé muy bien mi que provoca en una chica.

—¿A no? —tantea con una voz tan sensual.

—No.

Me toma por completo las caderas y me pega bien a él y carraspeo, se acerca a mi oído y me muerde el lóbulo, cierro los ojos y se despega completamente de un solo movimiento y escucho voces femeninas y entiendo porqué lo hizo.

Vuelvo a carraspear disimulando que me ha excitado con solo eso.

Marcela entra con otras chicas a su lado y no se si notan la tensión entre los dos pero solo la de cabello morado me ve mal, no entiendo nunca su molestia desde que me habló por primera vez. Tomo mis cosas y salgo de ahí sin ver nada porque me da pena con Fernán.

Así paso todos los siguientes días, con acercamientos realmente peligrosos con mi profesor de danza, quedando mojada y frustrada luego de que nos interrumpan o yo desista de la idea de pasar a algo absteniéndome guardando fidelidad a saber quién.

Hacia lo Prohibido ©Where stories live. Discover now