Capítulo 43 | El sabor de la verdad

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El sabor de la verdad.

Marzo 25 del 2016

Hanniel.

El saco frente a mí se sacude con cada puño que estampo en el, los nudillos me sangran y sigo golpeando sacando toda la cólera que me cargo, esperando no ahogarme con mi propio veneno queriendo que lo que deshago no sea un costal sino la puta cara de esos imbéciles que van a pagar muy caro cada mierda que hacen, todas y cada una de las cosas. 

Me quise esconder pero me tentaron, me invocaron, se metieron con lo mío, todo como si no me conocieran, pero les voy a enseñar verdaderamente quien soy. 

—Señor, hemos reunido a los hombres solicitados. Esperamos a sus órdenes.

Me volteo y veo detrás de mí a más de diez régimen siendo liderado por Cristóbal, Rocca y Joel, los tres con ametralladoras en mano cargados de buena munición, ojeo a los demás y están de la misma forma. Asiento a lo que Cristóbal me dice y llamo a los tres adentro, antes de atacar debo ser astuto para lo que voy a hacer, no solo es ir y descargar cartuchos.

La llamada de Riley me tomó por sorpresa, la noticia peor poniéndome de los mil demonios, su ruego entre llantos fue peor y la rabia aflora en cada poro de mi piel sintiendo que hoy si se los cargó la chingada.

No hay paradero de ella, no se sabe quiénes fueron, no hay sentido de porque debió haber sido secuestrada y que me hayan avisado un mes después de que ella haya desaparecido me dan ganas de ir y torcerle el cuello al hijo de puta que se hace llamar papá de Collet, el mismo condenado que le dió la espalda y ahora está ahuevado pidiendo ayuda en dónde lo único que hacen es alargar las búsquedas porque cuando se trata de un secuestro, es caso perdido.

—Extendemos búsqueda de Collet por todos los rincones, se busca hasta debajo de las piedras. No sé como carajos pero quiero resultados lo más antes posible. —ordeno directamente a los líderes que hacen muecas de que no les parece excepto Rocca— ¿Un problema? O su inútilidad les dice que no van a encontrar ni mierda. 

Miro a los dos y me extraña de Cristóbal, este nunca reniega a nada y me centro en él. 

—¡Habla joder! —me pongo al frente de él, este eleva el rostro y me enfrenta. 

—Tengo que decir algo sobre la señorita Collet —veo el nerviosismo en su expresión, está asustado y me cabrea las mierdas estas por lo que con solo una mirada le hago saber que prosiga.— Hace como dos meses, justo cuando fue la cena del cierre de negocio con el padre de ella y el suyo, luego de lo que ocurrió dentro y usted la defendiera de Dimitri ella salió corriendo...

Me alejo de él, cruzo los brazos detrás de mi espalda y frunzo el ceño con lo que comienza a decir, los otros dos lo observan. 

—La vi muy mal por lo que sin consentimiento salí corriendo detrás de ella, todo ocurrió muy rápido, iba llorando mucho y yo analice el área dándome cuenta que la rondaban dos personas. 

Empiezo a entender de alguna manera lo que está diciendo y la sangre comienza a subir a la cabeza haciendo que me duela por el enojo. 

—Traté de detenerla pero pareciera que no escuchaba nada y cayó a suelo al tiempo...

—¡Al grano! ¡Habla de una puta vez lo que me interesa!

—Fue atacada, fue herida en su pierna con una navaja por las dos personas que lo siguen a usted, logré disparar pero fueron astutos. Se la querían llevar pero la defendí hasta que ella salió corriendo nuevamente poniéndose a salvo. 

Tanto como Rocca y Joel voltean a verlo en negación y pesar al tiempo en que yo estrello las manos en el escritorio frente. 

—¡¿Por qué jodidos no me dijiste esa mierda el mismo día?!

Hacia lo Prohibido ©Where stories live. Discover now