Hacia lo Prohibido ©

Capítulo 26 | Escarmiento cruel

Escarmiento cruel.

Collet 

—Vamos arréglate bien y nos vamos. —llega a decir Allie abriendo la puerta de mi cuarto y ni me molesto en levantarme.

Se adentra a la habitación y yo me tapo rápido la cara con la sabana sin querer que me siga hablando, no quiero siquiera que me vean, nadie, absolutamente nadie. 

—Tu padre nos a dado permiso así que levanta tu precioso trasero y vamos. —me hala la sabana y me aferro a la tela como si eso fuera mi salvación. 

Me dan ganas de llorar y es que estoy tan mal que por cualquier cosa me pongo a llorar, y no es porque Allie esté intentando levantarme los ánimos, no. Simplemente es por recordar los motivos por los cuales he pasado las anteriores horas tumbada en la cama sin querer salir de mi habitación, no asisto a la universidad, ni a la academia. Los sucesos que ocurrieron en el centro comercial es algo que me ha dejado completamente inestable y es que cada vez que recuerdo la puta sonrisa de ese maldito loco al usar su cuchillo contra esas pequeñas criaturas que no tenían culpa de nada me perturba a extremos que no conocía. «Tú tampoco tienes culpa de nada»

Si no tengo culpa de nada ¿Por qué diablos estoy siendo perseguida por ese loco? 

—Arriba Collet y ve a darte una ducha en lo que yo regreso. —se dirige a la puerta y me señala advirtiendo con firmeza. 

Dejo caer mi cuerpo nuevamente en el colchón. Estoy perturbada y ademas algo mas me atormenta, me atormenta porque les dí información falsa a la policía ¡Odio tanto esto!, les dije mentiras porque los escuché murmurar sobre que la persona responsable de todo lo ocurrido era Hanniel, sí, y me pidieron declaraciones y las características de quien me atacó, los escuche decir, incluso, que yo podría ser la carnada de él. 

Las características de Harold son idénticas a las de Hann, y si yo les decía que él no era el atacante, sino otra persona dándoles las putas facciones de su rostro que son únicas, no me creerían, no me creerían y lo supe cuando llegó un hombre policía que demostró las ganas que le tenía a él por hundirlo en la cárcel.

No entiendo, de verdad que no pero mi subconsciente lo único que me gritaba en ese momento era que mintiera, que no se me ocurriera decir que poseía ojos grises completamente transparentes, con cabello negro, ni mucho menos con unas facciones marcadas que los distingue por encima de todos. 

¿Qué tiene que ver Harold con Hanniel? 

No lo sé, solo sé que no pienso ser vulnerable frente al psicópata ese, ni culpar indirectamente a Hanniel, no puedo... es que mi corazón ya no permite eso, no me permite dejar a su suerte lo que vaya a pasar de mis palabras en adelante a cambio de mi falsa protección, falsa porque encerarían a Hann y no atraparía al maldito que me persigue. En tan solo dos horas que estuve sin poder dejar de llorar logré darme cuenta de eso en la estación de policía, ¿Pero por qué todos afirman su peligrosidad? Tampoco lo sé, pero con las autoridades me dí cuenta que puede que todos estén mintiendo, y no puedo, por milésima vez no puedo porque lo amo y no puedo dejar que los mal nacidos de los policías transformen mis declaraciones a su favor para incriminarlo.

Tengo que pensar lo que haré, no puedo seguir caminando sola ni mucho menos en lugares lejos, no sé si cometí un error o si hice lo correcto por evitar algo que sí estaba en mis manos. De igual manera si lo decía Harold hubiera seguido suelto, ¿Cierto?, ¿Cierto? Entonces me evite los problemas a Hanniel y nada más cambia porque es mejor atrapar al loco de otro modo, el problema es que no sé como.

 —¡Collet es la ultima vez que te hablo!

Allie fastidia mucho y no estoy de humor como para salir, ni mucho para colocarme uno de los vestidos de los que ella trae en la mano.