Capítulo 42 | Asuntos ajenos

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Asuntos ajenos.

Marzo 4 del 2016

Noticia de última hora. 

Collet Zane, la hija de Lionel Zane el socio más importante del momento de Malcom Dixon el empresario multimillonario ha desaparecido. La hija de Lionel fue vista por última vez saliendo del establecimiento Brighton College a las quince horas y vestía una blusa rosa floja, un pantalón negro de mezclilla y un abrigo para nieve en color negro. 

A pesar del arduo trabajo de las autoridades que fueron alertados por el padre, quien dice haberla seguido por mucho tiempo para cuidarla, a los tres días de desaparecida, no se ha podido dar con su paradero luego de semana y media. Se descubrió que Collet había puesto mas de tres denuncias por acoso, perseguimiento y agresión hacia su persona, pero el policía a cargo de ella no pudo hacer más pues el caso de ella estaba cerrado y las pruebas parecían falsas. 


—¡Cómo que parecían falsas las pruebas! —gritó Lionel con desesperación a los oficiales que le mostraban lo que Collet había traído aquellas veces en las que buscaba ayuda, en las que buscaba seguridad.

—Fotos de siluetas entre los árboles no eran una prueba suficiente —se defendió el oficial. 

—¡Pero sus palabras sí, lo que ella explicó!

—Señor Zane le pedimos por favor que se calme porque con escándalos no se resolverá nada. 

—¡¿Cómo me pide que me calme?! ¡Si mi hija lleva dos semanas desaparecida y hasta ahora me vienen diciendo que ella había presentado denuncias!

—No era relevante, no ahora que necesitamos pistas de quienes son los agresores. Ella nunca dio características del hombre que la agredió y le hizo perder el embarazo. 

Lionel sintió que el azúcar se le bajaba, que la sangre se le cortaba y que todo se detenía. ¿Acaso había escuchado bien? ¿Su única hija había perdido un embarazo a causa de golpes?

—¿Que qué? —ladeo la cabeza sintiendo un cuchillazo al corazón. 

—Su hija dio como pruebas su testimonio de un aborto con un mes de embarazo, a causa del hombre que le agredió a patadas y a puños. Dijo que creía que ese hombre había sido mandado por alguien, pero no quiso decir quien era ese alguien, ni tampoco en donde permaneció durante su recuperación. No mencionó nada de características ni nombres, un simple testimonio sin respaldo no vale, ni mucho menos la incoherencia de haber venido mucho tiempo después.

Se dio la vuelta, dejó de escuchar y solo un zumbido se centraba en sus oídos, ¿En qué momento le ocurrió todo eso a su hija? pensaba, se agarró la cabeza con las dos manos maldiciéndose así mismo por no entender los gritos de ayuda que ella emitía. Claro que le creía, ella no iba a mentir porque sí sobre algo así. 

—¿Por qué carajo nunca me dijeron lo que ella venía a hacer acá?

—Ella se exoneró de estar bajo su cargo, ya era mayor de edad y pidió su emancipación acelerada. Pidió rotundamente que no se le comentara nada de esto ni a nadie mas que no fuera oficiales. 

Se quedó mudo, entendiendo que su hija ya no lo veía como una ayuda, un soporte para ella, ¿Y como? Si él la había echado de la casa. Aunque él no pensaba de esa manera, él solo quería darle una lección, pues nunca dejó de pagarle la academia (La misma que se enteró que había sido pagada los cuatro años por alguien mas cuando él iba a saldar tres meses más), jamás dejó de pagarle el plan de internet en su celular y en su laptop para que siguiera en la universidad, jamás dejó de pagar la cuenta de los almuerzos en la universidad. Él solo quería que se asustara con sus palabras, que viera que hacía pero realmente no la había abandonado, o eso creía... pues ahora se da cuenta de todo lo contrario. 

Hacia lo Prohibido ©Where stories live. Discover now