Capítulo 24 | Espejos

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Espejos.


Collet

—Se arreglan bien que hoy iremos a una cena de negocios —anuncia papá mientras yo voy llegando de la academia y Dafne ve televisión. 

Las dos asentimos a lo que él dice y miro no por mucho tiempo a mi hermana, está mal y se lo he dicho a papá pero con la advertencia de que no se le ocurra decirle a ella que yo le fui de chismosa, Dafne nunca mas me volvería a confiar. No me dijo nada la noche que la encontré llorando, dormimos juntas hasta que llegó papá casi a la media noche y ya vuelvo a sentir lo mismo de aquellas veces en las que sospeché y confirme que él tenía a una mujer, sigo con la idea que sigue con la misma mujer y fue con esa con quien se fue ayer y por ella regresó a media noche.

Trato de no pensar mucho en eso porque la herida de mamá aún no sana y quiero creer que él nunca la reemplazaría. 

Me voy a mi cuarto y me comienzo a arreglar. Coloco en toda mi piel las cremas que siempre uso haciendo los respectivos masajes que reducen cada vez mas mi cintura. Veo mi intimidad y me es imposible no pensar en Hanniel, a quien no he visto desde el día que me vió la marca al lado del pezón. Se ha desaparecido como todas las veces que lo hace y la duda viene a mi de que se irá a hacer durante los días que se desaparece sin dar explicaciones a nadie ni mucho menos a su propia familia, como me lo cuenta Logan. 

Las advertencias de Allie, de Adikia, diciéndome que él no es nada bueno lo relaciono con los días en los que se desaparece ¿Tendrá que ver su peligrosidad con eso? no lo sé pero debo averiguarlo, quiero averiguarlo.

Maquillo mi rostro en un delineado, rímel, cejas y labial, algo muy sencillo pero que me hace ver completamente diferente. Casi nunca me maquillo.

Me enfundo en un vestido no muy corto sin mangas en color azul elegante con un diseño en la falda con paletones sueltos en dos capas, me queda tipo tutú pero no es tan exagerado, coloco los tacones negros en mis pies.

Miro mi reflejo en el espejo y observo cada cosa de mí, siempre me he gustado, nunca he sido insegura de mi cuerpo y hoy mas que nunca me siento bien y me encanta este vestido.

Salgo, llego a la sala y me vuelvo a mirar insegura ahora de si voy adecuadamente. Dafne posee un vestido corinto, simple pero formal, un estilo muy contrario al mío.

—Nos vamos —indica papá.

Lo seguimos al auto. En la mañana nos dijo que tía Marlen se había ido, que ya no quería más problemas entre nosotras y mejor que cada quien estuviera en sus casas.

Luego de una hora estamos en el restaurante, uno con más seguridad pues el jefe de papá ya no quiere volver a vivir lo mismo y por el accidente de papá tuvieron que atrasar las cenas de cierres de negocio.

A la distancia puedo notar la presencia de Dimitri y el señor Haven. Recuerdo el último suceso incómodo que tuvimos y procuro quedar relajada aferrada al brazo de papá para no sentirme incómoda.

—Buena noche —saluda papá a su jefe y nosotras hacemos lo mismo.

De inmediato siento la mirada acosadora de Dimitri. Soy obligada a saludarlo de beso en el cachete y el me abraza de más, en un tiempo muy innecesario. Dafne solo saluda de palabras, Papá se sienta y me apresuro a ponerme al lado de él para no quedar cerca de Dimitri.

Comienzan a platicar de los negocios, dicen que el dueño de la enorme empresa (el jefe del jefe de mi papá) tiene muchas ganas de conocer a papá por el buen trabajo que ha estado haciendo durante estos meses, por lo tanto vendrán esta noche.

Hacia lo Prohibido ©Where stories live. Discover now