Capítulo 14 | Karma

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Karma.


Collet.

—A finales del año tendremos una de las más grandes competencias —empieza el profesor Fernán—, contra otras academias de otros estados y países. Nos han elegido a nosotros para representar a nuestra academia, la Academia Okland.

Todos nos miramos a las caras, felices y entusiasmados por la notícia. ¡Una competencia! Me encanta.

»—Quiero que practiquemos y ensayemos de lo más profundo que podamos, necesito disciplina en cada uno de ustedes y que se comprometan para las coreografias que haremos porque no me gusta perder, no soy quien pierde, así que ¿Cuál es la salida?

—¡Ganar! —decimos todos al unisono, respondiendo a su pregunta obvia.

—Bien ¡A entrenar entonces! Estamos al primer martes de noviembre y para finales los necesito pulidos.

Todos nos vamos a nuestras puestos a calentar para comenzar a hacer ejercicio y luego a entrenar pasos nuevos. Allie está feliz al igual que yo por eso, de verdad que sí, coincidimos en que nos gusta la competitividad.

Después de las hora de entrenar, sudada por todos lados me voy a los casilleros para tomar mis cosas e irme a dar una ducha.

—Felicitaciones —me dice alguien al otro lado de los casilleros. Volteo a ver de quién se trata y me quedo confundida—, por tu logro de ayer, no pude acercarme para decirte.

Es la chica de cabello morado. Me obligo a salir de mis dudas y sonrio.

—Muchas gracias —no le digo más porque no la conozco y no me inspira confianza.

Cuando pienso que se conformará con mi respuesta, hace lo opuesto y se acerca a mí.

—De nada, me llamo Marcela —extiende su mano y dudo en tomarla—no muerdo, si es lo que crees.

Arrugo mi ceño y doy una risa fingida.

—No, no es eso. Yo me llamo Collet —correspondo el saludo y tomo mis cosas cerrando el casillero.

—Que gusto Collet, en fin —me ve de pies a cabeza y me incomodo— te estás volviendo la mejor de la academia, eh.

Analizo disimuladamente cada palabra que dijo y no se si sea mi subconsciente o de verdad sus palabras están manchadas de veneno.

—Pues ni tan así, solamente tuve un logro personal, todos ya sabían dar la triple mortal —me encojo de hombros para restarle importancia.

—No me refiero a eso y lo sabes —su voz ha cambiado repentinamente y me fastidio.

—Bueno ¿Y entonces a qué? Ve al punto de lo que quieres decir porque no entiendo —le suelto con ganas de irme yá.

Ella vuelve a verme de pies a cabeza peor ésta vez con una sonrisa burlona.

—¿Cuántos años tienes, Collet?

Me ofendo por su pregunta y por inercia me veo de pies a cabeza queriendo ver lo que las demás personas ven para querer hacerme sentir mal con eso.

—¿Qué con saber mi edad?

Hace un gesto con sus labios y levanta un hombro. Sigue sonriendo y eso hasta me asusta.

—Yo tengo 21 ¿Cuántos años tienes tú? —vuelve a reformular la pregunta como si estuviera empezando de nuevo.

Me perturba su presencia y su actitud rara. Su vista fija en mí me hace enderezarme viendo a los demás lados y me sorprendo que ya no hay nadie, probablemente todos duchándose o ya se fueron. Vuelvo a ella y suspiro.

Hacia lo Prohibido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora