Capítulo 5 | Parte 2

3.7K 192 126
                                    

Canción:

Low - Flo Rida


Collet. 

Después de dejar mi casa con papá enojado, sin haberle pedido permiso y con el dolor de mi mejilla, me vine con Allie, acción que después me arrepentí de hacer porque ahora me obliga a ponerme un vestido súper corto y a maquillarme de nuevo porque todo lo que me había hecho se arruinó con mi lloradera.

—¡Sal del baño, quiero verte! —pide.

Ruedo los ojos. Le dije que no quería ir a ningún lado y que le agradecería más que solo me dejara estar por un rato en su casa, y que después que me iría, pero ella se negó profundamente.

Salgo del baño con un vestido de strapless con mangas largas, ceñido a mi cuerpo y que me llega a los muslos.

—Te ves increíble —halaga con una gran sonrisa en su cara.

Yo solo mantengo nada más una expresión seria, no tengo ganas ni de hablar, pero tengo que hacerlo.

—Prefiero no ir —lo vuelvo a intentar.

—Vendrás y punto —se acomoda su cabello—. Ahora vamos —me toma de la mano.

Nos vamos en su carro camino a no sé dónde, me dijo, pero no le puse atención, solo recuerdo que es en la casa de un su amigo. Veo de reojo a Allie y ella parece tan relajada, sin problemas que le afecten como a mí, la verdad, cuanto quisiera sentirme así. Ahora, para ya dejar de pensar en mis problemas, le pongo atención a más cosas, por lo que mis ojos sobre caen en como viene vestida Allie: lleva un vestido flojo, a los muslos, con una franja transparente que se ajusta a su cintura, es de tirantes y escote en V, le queda perfecto, tan perfecto y hermoso.

Después de no sé cuantos minutos, llegamos al lugar. Yo bajo del carro, e inmediatamente veo la mansión que está frente a mí «es increíble» es de dos niveles, al frente tiene tres palmeras que le dan un bonito diseño, hay un tipo parqueo que mantiene el suelo de mármol y allí, hay tres carros parqueados, supongo que son de los dueños del lugar. Después veo que hay un muro que está dividido en dos partes, que deja un espacio para adentrarse a lo que es la gran puerta principal.

Paseo la vista por los demás carros que yacen en la calle, a los alrededores, y uno capta inmediatamente mi atención. Ese elegante carro sería inconfundible...

Hanniel.

Lo sé porque no ha salido de mi mente luego de que introdujera a ese auto a aquella chica que lloraba cuando ocurrió la pelea entre Owen y él.

No. Yo no estoy preparada aún para verlo después de haberlo manchado, y haberme metido en su problema que es completamente ajeno a mí, es que, no, no creo que sea buena idea.

Eso me hace recordar que Allie aún tiene cosas que aclararme. Me le pego más a ella y esta toca el timbre, seguidamente una chica con uniforme azul abre la puerta. Nos sonríe al vernos, se hace a un lado y nos da paso a la enorme mansión.

—Adelante, la fiesta es en la parte de atrás.

Pasamos, la música se escucha desde acá, caminamos por un pasillo y nos lleva a la parte trasera. Cuando pisamos el lugar, la música se hace tan fuerte que hago mala cara «no estoy de humor» hay mucha gente, todos dispersos por el jardín y la piscina que se encuentra en el medio, como si fuera de película.

Inconscientemente busco con la mirada a aquel chico de hermosos ojos.

Y lo encuentro, ahí está, apoyado de espaldas en una de las enormes mesas de bebidas. Por poco y se me cae la baba al verlo «¡es que es tan guapo y sexy!» lleva puesto un jean negro que se ajusta a sus musculosas piernas, una playera azul manga larga y unas botas negras militares, es que, ¡ah, me encanta!

Hacia lo Prohibido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora