Capitulo 2: Lo que calla Luxemburgo

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Tragué saliva, estaba nerviosa y no sabía que decir o cómo reaccionar. Mucho menos Alessandro. El desagrado que tenía en el rostro era desconcertante. Pero el que tenía la mujer era aún mayor. Alessandro soltó mis manos y levantándose del sofá caminó hacia la mujer y no tardó en preguntar qué hacía allí. Ella escueta respondió que tenía que ver el nivel de imbecilidad de su hijo. Quise retirarme pero Alessandro me lo impidió. Quería morirme. La mujer hablaba en italiano creyendo que no la entendería pero para mi mala suerte, lo entendía todo.

— Mamá, no es momento para tus excentricidades. Te dije que estaba muy ocupado acá. Yo iría a verte en unos días.

Soltó el bolso con arrogancia sobre el sofá y caminando por la casa mirando todo alrededor comentó con una voz sarcástica e intrigosa.

— Jamás irías a verme  porque tendrías que decirme esto...

— ¿Qué cosa tendría que decirte?

— Que el marqués de Villena y heredero al ducado de Luxemburgo terminó enredado con una mujer de poca o nada de clase. Envuelta en escándalos y que además, anda en boca de todo el mundo.

Alessandro puso los ojos como platos; se levantó del sofá y ceñudo caminó hacia donde ella queriendo callarla pero la señora era de armas tomar.

— Mamá, basta. No tengo que darte explicaciones de mi vida. Por favor, vete y hablamos después.

— ¿No te da vergüenza? ¿Tener a esta cualquiera aquí en la casa que fue de tu esposa?

Miré a Alessandro y sonriendo aunque por dentro estaba humillada por lo que esa señora que no me conocía decía, comenté.

— Estaré arriba con Sofía. No quiero interrumpir

— No interrumpes amor, ven — Hizo un gesto pidiendo que me acercara — ella es mi madre.

La señora me miró con indiferencia y luego ignorándome por completo se dirigió a su hijo.

— ¿Quién es Sofía?

Alessandro, nervioso por la respuesta de su madre pero al mismo tiempo firme, contestó.

— Es mi hija, Tengo una hija con Alicia.

La señora puso los ojos como platos y su rostro se llenó de furia. Mis deseos de encontrar de cierta forma una "familia" en la familia de Alessandro se había ido por un tubo. Ella sin pensarlo dos veces comenzó a recriminarle el que según ella haya embarazado a una cualquiera.

— ¿Que? ¿un hijo con esta mujer? ¿pero te has vuelto loco? en qué estabas pensando, tú tienes una imagen que cuidar en cambio ella es...

— Es la mujer que amo y punto. No tengo que pedirte permiso de quien me enamoro y de quien no.

la mano de ella terminó azotando las mejillas de Alessandro. No podía seguir callada y menos al ver como esa mujer humillaba a su propio hijo. Me acerque a ellos y tartamudeé por el nervio.

— Señora, se que no me conoce pero no tiene idea de quién soy. Le aseguro que amo a su hijo y...

— No tengo nada de que hablar contigo, para mi sobras en esta conversación.

— No voy a permitir que le hables así a Alicia, madre. Es la mujer que amo y hazte a la idea de es la madre de mi hija te guste o no. Ahora, si no tienes nada más que aportar, puedes irte.

Apretando los labios los deje a solas porque no soportaba más la toxicidad de esa mujer. Al conocerla, muchas cosas comenzaban a enderezarse en mi cabeza. Alessandro la evitaba y ya comprendía parte de sus razones. Pretendía irme a la habitación con Sofía, pero esa mujer dijo algo que me hizo detenerme tras la pared. Comenzaron a hablar de la muerte del padre de Alessandro y él no mostraba sentimiento alguno a pesar de que había pasado recientemente. El tema lo exaltaba pero me lo exaltaba su madre. Discutían sobre algo de lo cual Alessandro jamás me había contado y yo no imaginaba ni siquiera un poco.

La teoría del amor Where stories live. Discover now