Para esas que si son fieles y votan y comentan aquí les adelanto el capítulo de los miércoles pero no se acostumbren 🥲. Nada les cuesta dejar una estrellita y un comentario chicas. En cambio yo invierto tiempo para escribir para ustedes ❤️.————-
El vestido apretaba un poco pero debía lucir a la altura de la ocasión. Sandra daba los últimos toques al maquillaje y mis nervios no dejaban de hacer que mis tacones temblaran. Era solo un cóctel, pero era oficialmente la primera actividad en la que Alessandro me llevaba de su brazo ante todo el mundo como su pareja sin esconderlo.
— ¿Te sientes mejor teniendo guardaespaldas?
— ¿A qué te refieres?
Encogió los hombros retocando su labial
— Piensas que te siguen, quizá tener protección te hace sentir más segura.
Negué con la cabeza tensa
— Solo son dos tipos con pistola. Hay cosas que ellos no pueden evitar, de las cuales no pueden protegerme.
Sandra puso los ojos en blanco incrédula
— ¿Te empeñas en seguir con esa locura de que alguien te sigue?
— Mejor cambiemos de tema, hoy los nervios de por si están a mil.
Rosa tocó la puerta y llevando a Sofía en brazos algo intranquila entró y quiso darme a sostenerla pero evasiva y casi por impulsos me aleje.
— Señora, la bebé tiene hambre. No la ha lactado hace dos días. Le he dado fórmula pero no le gusta mucho.
— Eh..., cambia la marca. Debe ser eso. Ahora estoy algo ocupada, ¿puedes llevártela?
Sandra intervino y cargándola en brazos con indigno cuestionó el que no quisiera lactar a Sofía. Me jodia porque ni siquiera yo misma lo sabía. Solo no quería tenerla cerca, no deseaba quererla, encariñarme con ella y luego no saber qué hacer con un amor que no podría corresponder. Insistió y casi a gritos me negué saliendo de la habitación sofocada por tanto al mismo tiempo. Salí fuera de la casa dispuesta a irme de una vez a la actividad y Altagracia ya estaba esperando. Llevaba unos hábitos más discretos y en su rostro veía algo de pena. Se acercó a mí y me preguntó si mi presencia me causaría pena por el hecho de ser monja. Sonreí y negué con la cabeza asegurando que su presencia sería lo más cercano que tendría de mi madre y unos hábitos no opacarían jamás eso. Subimos al coche y está vez le pedí a los de seguridad que se quedaran en la casa con rosa y Sofía vigilando que nada malo les pase. No sabía porque pero sentía que quien fuera que quisiera atormentarme unos guardaespaldas no lo detendría. Me sentía intranquila, nerviosa y tensa. Estaba Carla en mi mente, luego Alessandro y nuevamente Carla. Aquella llamada de hace un tiempo seguía torturándome. Quería confrontarlo pero era solo una llamada, pero para mi Carla era esa fina línea entre el amor y la soledad. Llegamos a un majestuoso hotel en el centro. Habían coches lujosos en el valet y personas súper distinguidas y otros que nunca había visto pero a juzgar por cómo se veían, eran personas muy importantes. Me miré un par de veces el vestido luego el maquillaje y Altagracia sonrió.
— Te ves muy bien, aunque no me creas, eres la mejor vestida.
— Gracias por el cumplido, pero no lo creo.
Entré al gran jardín del hotel donde todos estaban reunidos deleitándose con copas de champaña, vinos carísimos y tapas exclusivas y deleitosas bajo la luz de la luna, antorchas y un fino y melodioso piano de fondo acariciando los oídos de todos los presentes. Todo estaba perfectamente planeado y acogedor. Hacía tiempo que no asistía a una velada tan agradable y sentirme con la sensación de gusto y tranquilidad que tenía en aquel momento. Busqué con la mirada entre todos los presentes a Alessandro y mi corazón saltó de emoción y un profundo amor que no se apagaba con nada al verlo a lo lejos. Llevaba puesto un elegante traje de gala y sus ojos me dejaban saber que no solo estaba feliz, también emocionado por algo que aún yo ignoraba. Caminó hacia mi y cada vez que se acercaba, mi corazón latía más fuerte. Era inexplicable como aún lograba hacerme sentir como adolescente cuando lo tenía cerca. Llovían cientos de rayos en mi interior cuando lo miraba a los ojos y el paseo de una roca se revoloteaba por mi pecho.
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La teoría del amor
RomanceTras la aparente muerte de Ryan, el amor de Alicia y Alessandro parece estar a salvo y a prueba de todo. Ella siempre creyó que la amenaza en su vida era Ryan sobre ella, pero al comenzar poco a poco a descubrirse ella misma en una nueva relación ju...