La teoría del amor

Capitulo 9: ¿Quien es en realidad?

ACTUALIZACIÓN DE LOS MIÉRCOLES 😊

Quería hacer la tarea, quería hacerla antes de que mamá llegara. Pero aunque quería hacerla no entendía nada. Los demás niños podían leer y yo solo sabía mi nombre. Mamá decía que había nacido tonta y eso no tiene remedio, pero yo quería ser como ella y ella no es tonta. No sabía hacer la tarea y tampoco como hacer los números en la hoja de papel. Movía las piernas con miedo, en cualquier momento mamá llegaría y al ver que no tenía la tarea hecha me reganaria. Agarre los crayones y una hoja de papel para dibujar una flor. Mire el florero de la mesa y luego la hoja de papel. Comencé a dibujar la flor y al terminarla me quedé mirándola..., era cierto, soy una tonta. No me quedó bonita, estaba fea. Papi apareció y me dio mucho miedo. A mi me gustaba jugar con mis muñecas pero él pensaba que yo era una también. Hacía cosas que no me gustaban pero yo no podía decirle, era tonta..., no sabía hablar. Siempre se iba después de sentarme en sus piernas y meterse la mano en el pantalón. Me daba miedo, quería a mami pero mami tampoco me quería. Papi se fue y al rato llegó mami con Valeria. Ella tenía muchos dulces y una muñeca nueva. Caminé hacia ella para ver la muñeca pero empujándome aclaró.

— ¡Es mi muñeca no tuya! No la vas a ver, eres bruta, la vas a romper.

Miré los dulces y luego miré a mamá. No había dulces para mi. Con un gesto intente pedirle uno a Valeria pero mamá a gritos se interpuso.

— ¡Para ti no hay! ¡Deja a tu hermana en paz! Siempre andas molestando a todo el mundo. ¿Hiciste la maldita tarea?

Asustada negué con la cabeza

— ¿No? ¿Por qué no? ¡Porque eres una burra! Por eso niña. Me acaban de llamar del colegio, no haces ninguna tarea, tienes cinco años y todavía no hablas y te quedas haciendo el tonto en todos lados. ¡Estoy harta de lidiar contigo!

Siempre se enojaba conmigo y no sabía porque. Quería pedirle perdón por no ser como Valeria, pero no podía. Agarré el dibujo que le hice y se lo di para que no se enojara más. Ella lo miró y aún más enojada gritó.

— ¿Crees que un dibujo te va a salvar de tu castigo? Si al menos supieras hacerlo, pero estos son puros garabatos. — Rompiendo el dibujo me agarró del brazo llevándome hasta la mesa donde estaba la tarea — ¡Quiero que lo hagas ahora!

Derrame una lágrima y agarrando el lápiz me quedé mirando la tarea.

— ¡Avanza mocosa! ¡No sé qué pecado tuve que cometer en esta vida para tener una hija como tu! Eres lenta, tonta..., ¡No sabes hacer nada! Anda, ¿qué tan difícil es escribir tu nombre estupida?

Mire a mamá y agarrando el lápiz intenté escribir mi nombre. No pude terminarlo y eso la enojó mucho. Agarró la libreta y borrando lo que había hecho dijo.

— No voy a perder el tiempo contigo. Debí abortarte, eso debí hacer porque no compones nada. Eres tan tonta que solo balbuceas. Deberías ser como tu hermana, ella si es un orgullo para cualquier padre. Pero no..., tu eres una carga que no se alivia con nada.

Mamá me hizo la tarea para que no siguiera teniendo ceros en la escuela. Yo quería que mamá también me quisiera, que me comprara dulces y me diera abrazos como a Valeria. Quería ser como ella para poder tener una mama que me diera mimos. Comencé a llorar y agarré otro crayón para intentar escribir mi nombre y así mamá estuviera contenta.

— ¡Deja de llorar! ¡Me tienes harta! ¡Vete a tu habitación!

— Ma-m-ma-mi

— ¡Que te vayas maldita sea! ¿Que no entiendes que no te quiero ver? ¡eres insoportable!

Fui corriendo a mi habitación pero allí tampoco tenía casi nada. Mamá me quitaba todos mis juguetes y solo tenia una muñeca y una cama con una cobija calientita. Me subí a la cama y agarré un libro de cuentos, quería que mamá me leyera uno antes de dormir, pero no me leía ninguno, pero me gustaba ver las imágenes y de los cuentos o escucharlos a escondidas cuando mamá se los contaba a Valeria antes de dormir. Mamá tenía razón, Valeria era mejor que yo, ella podía hablar y yo..., yo no podía.