Capitulo 27: Sospechas

1.6K 324 115
                                    


Actualización de los miércoles 😃

No me tocaba, hacía días que no tenía sexo conmigo. Me evitaba o simplemente me decía que no estaba de humor. Estúpidamente creí que era solo estrés pero ahora estaba segura de que se trataba de algo más. Volví al estudio y fingí no haber visto aquellos mensajes. Solo lo miraba y trataba de encontrar en aquellos ojos alguna respuesta pero solo veía más dolor y nerviosismo que una respuesta en sí. Me senté frente a él y sin mirarlo directamente a los ojos comenté.

— Estás raro

— Estoy bien

— Desde que llegamos aquí...., estás distante.

— Son ideas tuyas.

Asentí con la cabeza con un nudo en la garganta.

— No..., no lo son. No hemos hecho el amor. Estás errático..., te enojas por todo. No eres así.

— ¡Estoy bien dije! Ya deja de dar lata con lo mismo. ¿Crees que es fácil? No no es nada fácil estar en mi situación. Estoy casi lisiado, a punto de ser "coronado" más bien encarcelado en este país y encima de todas las responsabilidades que tengo..., tengo una mujer que no me la hace nada fácil y se pone a tomar hasta perder el conocimiento. ¡No es fácil! ¡Ahora déjame solo!

Apretando los dientes creo que me comenzaba a dar por vencida. Lo que tanto temía estaba comenzando a pasar. Siempre tuve miedo de ese día. Del día en que Alessandro se hartara de mí y de quien soy. Me dolía pero en el fondo estaba preparada, más de lo que imaginé. Sonreí tenue y suspirando con tristeza respondí.

— Sabes..., siempre soñé con una familia. Con tener alguien a mi lado que me amara y tener hijos. No se porqué pero siempre tenía en la mente esa imagen de una familia feliz en un día en la playa. Siempre quise todo lo contrario a lo que viví en mi niñez. Una vez, se lo dije a mi madre. Recuerdo que tenía como quince años. Le comenté que quería algún día encontrar a un hombre con el cual tener una familia en donde sentirme a gusto. «Tendrías que volver a nacer para que alguien te ame» recuerdo que esas fueron sus palabras.

Alessandro me miraba descolocado y justo cuando intentó interrumpir continué hablando sumergida en mis propias memorias.

— Por años lo creí. Nadie merecía algo como yo. Quizá por eso aguanté tanto tiempo a Ryan. Luego llegaste tú y esa imagen de esa familia que tanto anhelaba volvió a mi mente. Me enamoré y perdí en el proceso. Me entregué por completo aún sabiendo que este día llegaría. Lo que me preguntó es..., ¿por qué sigues aquí? ¿Por lastima o por costumbre?

Sin decir nada más me puse en pie y seguido salí de la habitación con ganas de que el mundo acabara en aquel instante. Caminé por los corredores y me sentí en un circo. Como en esas películas de época solo que en pleno dos mil veinte. Habían al menos dos amas de llaves por piso y no faltaba ningún detalle por más mínimo que sea. No tenía donde esconderme porque había gente en todas partes. Quería salir corriendo pero tampoco podía pues la entrada estaba forrada de escoltas y la seguridad del castillo. Comencé a preguntarme si eso era lo que quería para mi vida. En qué momento cambie espalda por todo esto y si realmente Alessandro era el hombre indicado. No dejaba de pensar en los mensajes de Carla. Quizá ella al final ganó y logró mostrarle a Alessandro algo que yo no pude darle. Por mi mente pasaban mil escenarios y ninguno era concreto. Mi mente divagaba y mucho, quería sentirme segura pero solo conseguía morir en el intento.

— Señora...

Me volteé y Krista estaba detrás de mí con una tabla que usaba para apoyar una lista de cosas que todavía no me enteraba para que era.

La teoría del amor Where stories live. Discover now